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Disparos contra las cotorras

medio ambiente | El Ayuntamiento se reunirá con una asociación en contra de este método

La Junta avala el uso de carabinas de aire compromido para sacrificar ejemplares de esta especie invasora que transmiten enfermedades y afectan al patrimonio histórico

Un ejemplar de cotorra de Kramer posado en la rama de un árbol junto al Archivo de Indias. / Juan Carlos Muñoz
Manuel Ruesga

10 de junio 2017 - 02:35

La Junta de Andalucía avala el sacrificio de cotorras con carabinas de aire comprimido. Ésta es una de las principales conclusiones de la resolución emitida por la delegación territorial de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio a la solicitud de la empresa que se hizo con el contrato municipal para acabar con la expansión por la ciudad de las ruidosas especies de Kramer y Argentina. El equipo de Juan Espadas se encuentra estudiando distintos informes y tiene previsto reunirse en los próximos días con una plataforma de reciente creación en contra del método elegido para cazarlas.

"Teniendo en consideración que el Ayuntamiento de Sevilla es la autoridad competente y las experiencias obtenidas en otras ciudades con presencia de estas especies, que determinan que el uso de la carabina es el método más eficaz para lograr una disminución de individuos hasta en un 99%, será necesario autorizar el método de disparo con carabina por la posible afección a la fauna silvestre". En el documento, la Junta autoriza a la empresa a desarrollar una campaña para eliminar las cotorras (las zonas prioritarias son el Parque de María Luisa y el Monasterio de la Cartuja) bajo la premisa de cumplir con varios requisitos. Permite el transporte y la posesión de ejemplares, vivos o muertos, hasta el lugar donde se puedan eliminar de manera acorde con la normativa. Además, consiente dar muerte, capturar en vivo y perseguir a estas especies invasoras incluso durante la época de reproducción y crianza, así como la retirada de nidos y el cegado de huecos usados como nidos. Los técnicos indican que la autorización tiene un plazo de vigencia hasta el 31 de diciembre de este año y podrá ser renovada para sucesivas campañas incorporando mejoras técnicas disponibles.

Autoriza su captura incluso durante las épocas de reproducción y crianza

Este informe de la delegación territorial de Medio Ambiente respalda el método escogido por el gobierno local. Los técnicos de Parques y Jardines realizaron varias consultas al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y analizaron la experiencia de otras ciudades que han sufrido esta situación. Los resultados coinciden en que el control a través de destrucción de nidos no es eficaz y tardaría más de 17 años en permitir la reducción de la población necesaria; el suministro de sustancias químicas que reduzcan la fertilidad no funciona al no saber quién las toma y por la lentitud en su resultado, que no coincide con la situación de urgencia; y que la captura y sacrificio de cotorras no ha funcionado en estos últimos dos años.

La decisión política de retrasar el comienzo del sacrificio de esta especie tiene que ver con una reunión que se mantendrá con la plataforma No a la caza de cotorras, que apuesta por una captura viva con redes o jaulas trampas para su posterior traslado al Zoosanitario, donde serían esterilizadas antes de su donación. La asociación está formada por entidades animalistas y ornitológico-cientificas con expertos en capturas y seguimiento de aves, tanto autóctonas como invasoras.

El modus operandi elegido para su sacrificio es el disparo con carabina de aire comprimido (calibre 4,5 ó 5,5) con trípode y mira telescópica realizada por tirador experto. Las localizaciones para efectuar los disparos serán los parques y zonas arboladas que serán acordonadas y cerradas temporalmente al paso de visitantes. En el caso de que la empresa no capture al menos mil cotorras, sólo se le pagará por el número efectivo de aves sacrificadas.

El servicio para el control de ambas aves -incluidas en el catálogo español de especies invasoras y potenciales transmisoras de enfermedades infectocontagiosas respiratorias transmisibles al hombre- se justifica por las dificultades que genera su presencia. En el caso de la cotorra Kramer, tiene un impacto negativo sobre la salud y el bienestar humano. Su frecuente presencia en ciudades plantea una amenaza para la salud pública, ya que puede transmitir enfermedades como la psitacosis (zoonosis) aviar de gran prevalencia en aves psitácidas; el deterioro del patrimonio histórico, artístico y mobiliario urbano; y molestias por ruidos y posibilidad de comportamiento agresivo con los seres humanos. Sobre el hábitat, genera alteraciones en la estructura de la vegetación de las especies.

Los impactos negativos producidos por la cotorra argentina también son variados. Sobre la salud de las personas, ya que es un transmisor de la psitacosis. El peso de las colonias puede provocar la rotura de grandes ramas e incluso del fuste del árbol en que anidan con el consiguiente peligro para los usuarios de vías públicas. En el medio urbano, problemas por ruido asociados a la proximidad de los nidos. Al hábitat afecta en el deterioro del patrimonio histórico artístico y mobiliario urbano, y provoca alteraciones y daños en la estructura de la vegetación de las especies de las que se alimenta o en las que instala sus nidos.

En las ciudades españolas invadidas por las cotorras (Barcelona, Madrid, Valencia o Zaragoza) que han abordado o puesto en marcha experiencias de lucha y control se han experimentado varios métodos. El uso del disparo con carabina de pequeño calibre (aire comprimido), aplicado en Zaragoza y Leganés desde 2015, ha reducido la población de cotorra argentina hasta en un 99%.

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