Destrozan los capiteles de las glorietas de los Jardines de Murillo
La Asociación de Amigos de los Jardines de la Oliva reclama de nuevo la Policía Verde
Un problema endémico de la ciudad que se repite sin cesar. Los Jardines de Murillo, uno de los parques históricos de la ciudad, declarado Bien de Interés Cultural (BIC), han vuelto a ser objeto del vandalismo que campa a sus anchas por la ciudad. En esta ocasión han aparecido destrozados varios de los capiteles que adornan sus glorietas, según denunció ayer la Asociación de Amigos de los Jardines de la Oliva.
Los Jardines de Murillo y el Parque de María Luisa, especialmente las plazas de España y de América, son los recintos verdes que sufren más ataques por parte de los vándalos. El último suceso ha consistido en la destrucción de los capiteles que adornan las glorietas de los Jardines de Murillo. Además, como denunció la Asociación de Amigos de los Jardines de la Oliva, "se han llevado las cadenas que unían las columnas, así como el arco de hierro que da acceso a dicha glorieta".
Este colectivo del Polígono Sur informó ayer a través de su blog de este acto vandálico que vuelve a poner de manifiesto la necesidad de contar con una Policía dedicada a vigilar las zonas verdes de la ciudad, como señalaron: "Desde hace 15 años nos duele la boca de pedir la creación la Policía Verde, para que disuada y proteja nuestro patrimonio. Hay que tener en cuenta que la principal industria de nuestra ciudad es el turismo y, si no protegemos nuestro patrimonio, qué vamos a enseñar. Urge tomar medidas. Una vez más, exigimos a los responsables políticos tomen las medidas oportunas para evitar estos tristes espectáculos".
Las denuncias tras los actos vandálicos en los Jardines de Murillo son bastante frecuentes, tanto de colectivos especializados en la defensa de las zonas verdes como de la entidad vecinal del barrio de Santa Cruz. Las medidas de cerramiento practicadas en su día no han servido para impedir el progresivo deterioro de unos jardines necesitados de una restauración. En el año 2010 destrozaron la conocida Fuente de las Copas, diseñada por Juan Talavera. Tras la restauración, que se hizo esperar, el surtidor sufrió un recorte que no sólo le llevó a peder el agua, sino también una de sus tazas, pasando de tres a dos, disminuyendo con ello su altura y peculiar fisonomía. Esta misma fuente volvió a ser atacada en el verano de 2012, amaneciendo parcialmente guillotinada, por lo que tuvo que ser intervenida de nuevo.
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