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Desmantelado un club de cannabis de la Alameda en el que se vendía droga

tráfico de drogas | primer golpe policial a una asociación de fumadores

Dos personas han sido detenidas en el registro del local, ubicado en la calle Santa Bárbara

La Policía constata que se distribuía marihuana a no socios y requisa varias plantas y hachís

La Policía saca a los dos detenidos del local, a mediodía de ayer. / Reportaje Gráfico: Antonio Pizarro
Fernando Pérez Ávila

05 de abril 2018 - 07:00

La Policía Nacional desmanteló este miércoles un club de fumadores de cannabis ubicado en la calle Santa Bárbara, en el entorno de la Alameda de Hércules. Dos personas fueron detenidas en el registro, que se prolongó durante varias horas. Los dos arrestados, un hombre y una mujer, permanecen en los calabozos de la Jefatura Superior como presuntos autores de un delito contra la salud pública. La Policía halló numerosas plantas de marihuana y también pequeñas cantidades de hachís en la sede de la asociación, que ocupa un local de dos plantas en esta pequeña calle que conecta Trajano con Jesús del Gran Poder. La operación fue desarrollada por los agentes del grupo de Policía Judicial de la comisaría del distrito Centro.

La investigación lleva abierta varios meses, después de que numerosos ciudadanos denunciaran que en este inmueble se estaba vendiendo droga a personas que no eran socias del club y en cantidades más elevadas a las permitidas legalmente para consumo propio. La asociación funcionaba en la práctica como un punto de venta de droga, similar a los que pueden existir en barrios deprimidos de la ciudad, con la salvedad de que se encontraba en pleno centro de Sevilla, a un paso de la Alameda de Hércules y de la Campana.

Un policía porta una machota para abrir una puerta.

Es la primera operación que la Policía Nacional desarrolla en Sevilla contra una asociación de fumadores de cannabis. Hay más de veinte clubes de este tipo en la ciudad. Son legales siempre que respeten una serie de premisas. Se consideran organizaciones no gubernamentales y sin ánimo de lucro. Todos sus miembros han de ser mayores de edad y consumidores de marihuana, que se abastecen y distribuyen esta sustancia entre sus propios socios en un ámbito privado, círculos cerrados en los que no se alcanza a terceras personas. De esta forma, los defensores de este tipo de asociaciones entienden que se reducen los riesgos asociados a comprar marihuana en ambientes marginales y el acercamiento a drogas duras. Los socios de una asociación cannábica realizan un acuerdo colectivo de consumo compartido, de forma que las cantidades correspondan a una previsión de consumo del colectivo, considerando la cantidad de cannabis que consume cada usuario. En ningún caso, las asociaciones pueden distribuir cannabis a personas no pertenecientes a ellas.

La Policía ha constatado que en la asociación de la calle Santa Bárbara no se respetaban estas reglas y se vendía marihuana a cualquier persona que acudiera al local, independientemente de que fuera socio del club o no. También había una plantación de marihuana en el interior. Los agentes encargados de la investigación decomisaron varias plantas. Durante un momento de la mañana fue necesaria la colaboración de los operarios de la compañía de suministro eléctrico, ya que este tipo de cultivos requieren un importante gasto energético al necesitar mucha luz y unas condiciones de calor adecuadas.

La operación se prolongó durante varias horas a lo largo de la mañana de ayer

Además de la marihuana, también se hallaron en el local pequeñas cantidades de hachís. La Policía también registró el domicilio de uno de los socios, ubicado en la misma calle Santa Bárbara, al considerar que podía haber más sustancias prohibidas dada la cercanía de esta vivienda con la asociación. Para este registro se solicitó la ayuda de la Policía Local, ya que en el piso vivía una persona de avanzada edad en condiciones infrahumanas. Por ello, la Policía Local hizo un informe dirigido a los servicios sociales del Ayuntamiento, ante lo que podría suponer un caso de síndrome de Diógenes.

Del local surgía un fuerte olor a marihuana que inundó toda la calle durante la mañana . Varios vecinos de la zona se mostraron agradecidos a la labor policial, ya que explicaron que en la asociación solía haber un trasiego continuo de personas que entraban y salían del local a horas intempestivas, aunque siempre de manera discreta. Hasta hace un año, el inmueble tenía rótulos, pero ya se los habían retirado.

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