Desescalada en Sevilla: Ni una mesa vacía en los bares, ni una tienda llena en las rebajas

Segunda semana de fase 1 en Sevilla

Las calles más comerciales del centro abren a medias prácticamente ajenas al periodo de rebajas que arranca este lunes 18 de mayo

El contrapunto lo protagonizan los bares, que poco a poco van abriendo: a rebosar y de público local

El Gobierno rectifica y permite las rebajas desde este lunes en los comercios, pero sin aglomeraciones

Una dependienta espera en la puerta del comercio a los clientes para informarle de las medidas sanitarias.
Una dependienta espera en la puerta del comercio a los clientes para informarle de las medidas sanitarias. / Antonio Pizarro
Álvaro Ochoa

18 de mayo 2020 - 13:11

"En esta tienda me han tomado la temperatura al entrar, pero en aquella, donde me he comprado esta camisa, no". Las conversaciones en la calle Sierpes son un termómetro perfecto de la desescalada en Sevilla. Los comerciantes de las tiendas del centro han abierto a medias en el inicio de la segunda semana de la fase 1, que permite hacer rebajas. Casi ningún escaparate las anunciaba.

Ni rebajas ni gente dentro de las tiendas, pero sí en las mesas de los bares que han abierto. El eje General Polavieja-Albareda está al 95% de ocupación. Es decir, cuatro personas por mesa. Un porcentaje altísimo en comparación con los comercios abiertos, donde las dependientas, bote de gel hidroalcohólico en mano, esperan que los clientes se animen. Más éxito han tenido las sucursales bancarias, de las que salían una cola de personas. Y aún son, como diría la canción de Golpes Bajos, Malos tiempos para la lírica. Las librerías más céntricas están cerradas.

Lo más llamativo se encontraba en la esquina de las calles Rioja y Tetuán. El local de importante franquicia textil ha vaciado la planta baja de su establecimiento. Parece la puerta de embarque de un aeropuerto. Un espacio diáfano en el que un pasillo acordonado lleva hasta las escaleras, que suben hasta la primera planta, donde se exponen los productos. Y en la puerta, en vez de una azafata pidiendo el billete de avión, una dependienta surtiendo de gel hidroalcohólico a los visitantes.

"Parece agosto"

Una joven pasa delante del escaparate de una tienda en rebajas.
Una joven pasa delante del escaparate de una tienda en rebajas. / Antonio Pizarro

La nueva normalidad se parece poco a la que existía antes de que apareciera el coronavirus. Por ejemplo, aunque las tabernas más céntricas coticen al alza sus veladores, no hay extranjeros en ellas. No se sirven paellas al filo del mediodía ni hay personal exclusivamente dedicado a invitar a los transeúntes a probar sus platos. Los sevillanos han reconquistado muchos bares del centro. El turismo durante la fase 1 es hiperlocal. "Me he venido en el autobús a darme un paseo y parece agosto", comentaba un cliente a otro junto a la capilla de San José.

No hay turistas ni tampoco hace calor, pero la imagen de las calles Sierpes, Tetuán, Rioja, San Eloy o Cuna se parece más al verano que a la primavera. Incluso, a un verano que termina, pues se intuye actividad tras las persianas como si septiembre se acercara y la vida volviera a la ciudad tras las vacaciones. Si la fase 0 fue como un día de intensa lluvia que obligó a la reclusión en el hogar, en la 1 parece despejarse el cielo para muchos comerciantes. Algunos rayos de sol en forma de clientes comienzan a iluminar sus negocios.

Los comerciantes piden ser "parte de la solución" y aseguran "cumplir todos los protocolos sanitarios"

Antonio Pérez, presidente de la Federación de Comercio y Servicios del Centro de Sevilla (Alcentro), manifiesta su "alegría por poder abrir", aunque reconoce que "el arranque ha sido pausado". Cree que la climatología adversa de los últimos días ha jugado en contra del inicio de la fase 1 a nivel comercial. Pérez, que espera la progresiva llegada de clientes a los comercios céntricos, estima en un 40% el descenso de la facturación en 2020.

La incertidumbre es protagonista en las calles más comerciales de la ciudad, pero él insufla optimismo y pide a las administraciones que los hagan "partícipes de la solución". Es decir, que cuenten con ellos a la hora de tomar medidas y gestionar la recuperación del pequeño comercio durante la desescalada y cuando acabe el estado de alarma. Esta petición se traduce en propuestas como la flexibilización de impuestos, las ayudas para promocionar el comercio local o la expedición de certificados de higienización en los comercios que cumplen los protocolos sanitarios indicados.

Esa última idea la considera "clave" para salir "dañados, pero mejor parados". El poder "ofrecer al cliente la seguridad de que se cumplen los protocolos", finaliza Pérez, que ha sufrido en sus propias carnes el "importante golpe" que ha recibido el sector esta primavera a causa del Covid-19.

stats