Descubren restos de un posible acueducto enterrados junto al gimnasio de Santa Justa en Sevilla

Es habitual que cuando se inicien unas obras en una ciudad tan antigua como Sevilla se destapen restos arqueológicos. Es justo lo que ha pasado junto a las instalaciones deportivas que hay en la avenida Pablo Iglesias, perpendicular a José Laguillo. Las obras de una piscina que se están realizando en la zona han dado con unos arcos enterrados que podrían ser un acueducto.

La noticia se ha conocido a través de la red social X (antes Twitter), cuando varios usuarios han publicado distintos tuits que muestran las obras y los camiones trabajando junto a esta construcción.

Aún se desconoce la antigüedad o el valor de los restos hallados, pero parecen ser de un acueducto. Se ubican justo en la zona anexa al campo de césped artificial del gimnasio gestionado por Gofit, próximo a la estación de Santa Justa.

José Luis Sanz apuntó en esa misma red social que ha contactado “con la delegación de Cultura para poner en marcha el protocolo de la Ley de Patrimonio. Ahora serán los arqueólogos provinciales los que se desplacen a las obras para valorar el alcance de estos hallazgos y determinar las acciones a seguir”. El alcalde añade que desde el Ayuntamiento seguirán desempeñando labores de vigilancia y protección del patrimonio.

La Ley de Patrimonio andaluza y estatal prescribe que cuando se produce algún hallazgo en una obra, se debe paralizar la obra y comunicar el mismo a la Consejería competente que en este caso es la Delegación de Cultura para que los arqueólogos provinciales valoren el alcance del mismo y determinen las actuaciones que haya que ejecutar.

Actualmente, en Sevilla podemos ver tres tramos de un antiguo acueducto que data de la época imperial romana en la que Julio César mandó amurallar la ciudad. Este acueducto se conoce como Los caños de Carmona, aunque el agua no procedía del municipio, sino del manantial de Santa Lucía en Alcalá de Guadaira. Sin embargo, el acueducto finalizaba en la puerta de Carmona y de ahí el nombre.

Los almohades lo reconstruyeron entre 1171 y 1172 debido al estado ruinoso en el que se encontraban. Más tarde, en el siglo XIII se llevaron a cabo reparaciones en las canalizaciones y los arcos.