Desconcierto y expectación en las primeras horas del Metro
Con más de treinta años de retraso el Metro de Sevilla ha echado a andar. A pesar de que los “metroguías” llevan más de dos meses informado, el caos ha reinado en la primera jornada.
Confusión, caos, mucha expectación y alegría son las sensaciones que se han vivido durante los primeros minutos de la puesta en funcionamiento del Metro de Sevilla. Eran las 13:40 cuando, de la mano de Lourdes Sánchez, salía el primer tren desde la estación de San Bernardo tras recibir la orden del coordinador de sala del puesto central, Ramón Rodríguez.
A las 14:00 el Metro estaba ya al alcance de todos los sevillanos. Unos, los más precavidos, tenían las tarjetas preparadas. Otros esperaron llegar a las estaciones para sacar los bonos correspondientes. Un hecho éste que ha traído el caos en algunas estaciones. “La gente venía un poco acelerada y demasiado exigente. Es el primer día del Metro y deberían ser más compresibles”, se quejaban algunos “metroguías” de la estación de Prado de San Sebastián. “Muchos no tienen ni idea a pesar de que llevamos dos meses dando información”.
Los primeros viajeros iban contentos e ilusionados. Álvaro, Jonhatan, Alejandro, José Antonio, David y Adrián son unos amigos de Montequinto que se dirigían hacia la estación de Nervión “para probarlo ya que es gratis”. A pesar de que tuvieron ciertos problemas para entrar, pues la tarjeta no hacía contacto con las puertas de acceso, la sensación que tuvieron fue positiva, “va muy rápido pero nos gusta”.
Muchos de los que esperaban abajo en el andén se quejaban de la falta de información. Algunos no sabían que tren tenían que coger y en qué dirección, a pesar de que los paneles informativos lo detallaban perfectamente. ¡Qué bárbaro, parece que va a llegar un reactor!, comentaba una señora que se dirigía hacia la parada de Condequinto. Y es que el ruido de los trenes es más que evidente, como lo eran la velocidad, la falta de zonas donde agarrase y el calor excesivo dentro de los convoyes.
La expectación le llevaba a algunos a coger el Metro simplemente para probarlo; otros para ir a casa. Sarai y Vero, son dos chicas de Amate que estaban encantadas con el nuevo medio de transporte. “A partir de ahora lo cogeré siempre”, comentaba Vero quien no tuvo problema alguno en el primer día del suburbano.
Antonia y Lola, por contra, no se mostraban muy satisfechas. Y es que confundieron la dirección con el sentido del tren. A pesar que el convoy indicaba que la última parada era Cocheras, ambas se mostraban “desorientadas”. “Pensamos que todos los que iban en esta dirección llegaban a Montequinto y ahora nos tenemos que bajar y coger otro”. El desconcierto de estas señoras era cada vez mayor pues el tren estuvo parado durante varios minutos en Amate para dejar paso a otro que venía en sentido contrario: “Hemos venido para adelantar y al final...Bueno, al menos tenemos una historia que contar”. Aún así Antonia subirá al Metro a menudo ya que “trabajo en Viapol y siempre que funcione lo voy a coger”.
Las incidencias no han pasado por alto en la jornada de inauguración. Cuando llevaba menos de una hora funcionando las dos máquinas expendedoras del Prado de San Sebastián presentaban fallos. Una de ellas no aceptaba billetes, lo que ha provocado numerosas colas e indignación por parte de los usuarios; la otra no tenía cambio, por lo que “es necesario llevar el importe exacto”, decían los “metroguías”.
A pesar de todo, lo cierto es que tras más de 30 años esperando, el Metro de Sevilla es hoy día una realidad.
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