El Defensor tilda las protestas del sindicato policial de "mal endémico"
Barranca relata las quejas recibidas por las formas empleadas por los agentes. Denuncia las "descalificaciones" recibidas por el Gepol, que investiga casos internos de corrupción.
Las protestas que organiza habitualmente el sindicato mayoritario de la Policía Local a las puertas del Ayuntamiento son un "mal endémico" que contribuye a "ultrajar y deshonrar" la autoridad que representan los agentes. Así lo denuncia el Defensor de la Ciudadanía del Ayuntamiento de Sevilla, José Barranca, en la memoria de actividades correspondiente a 2014. El texto de esta memoria, que fue remitido a finales de febrero a la Delegación de Relaciones Institucionales, lleva dos meses esperando su tramitación para que sea puesto en conocimiento del Pleno, un requisito que el concejal Javier Landa no ha cumplido sin ofrecer, por el momento, una explicación. Casi el 10% de las quejas recibidas en 2014 son por asuntos relacionados con la Policía Local. Y un 30% por temas de Movilidad.
Barranca es contundente en su análisis, dentro del capítulo que abarca las propuestas de mejora: "Cuando aparece un agente a lomos de un pollino vestido de uniforme a las puertas del Ayuntamiento, cuando aparece un agente vestido de cobrador del frac en el Pleno del Ayuntamiento, etcétera. Son ellos los que ultrajan y deshonran la autoridad que representan, además de a la propia ciudad de Sevilla". El Defensor deja claro que son "muchísimos los excelentes y magníficos profesionales" de la Policía Local: "Es evidente que no toda la Policía tiene y realiza el mismo ejemplar comportamiento. A esa minoría es a la que queremos denunciar, a esa minoría cuyo comportamiento reprobable hace que los sevillanos tengan un sentimiento negativo de ella". Asegura que las denuncias que llegan a la Oficina del Defensor son interpuestas por ciudadanos que sufren las "conductas no excesivamente correctas e idóneas de su Policía". Y precisa: "Quien hace daño a la imagen policial no es esta comisión por denunciar comportamientos indeseados e inadmisibles con los ciudadanos".
Barranca dictamina que las campañas de mejora de la imagen de la Policía Local que puedan seguir haciendo futuros gobiernos, "serán invalidadas por los comportamientos irrespetuosos de los contumaces luchadores por los derechos de los trabajadores y sus mejoras salariales, empeño en el que siempre recibirán nuestro apoyo y el de los sevillanos".
Acto seguido, Barranca defiende la labor del Gepol, el grupo de policías que se dedica a los asuntos internos en la Policía Local: "Un grupo de profesionales ha sido descalificado públicamente [...] por realizar trabajos, entre otros, de investigación de comportamientos corruptos de policías y por ello han merecido la felicitación de la fiscal jefe de Sevilla". El Defensor estima que existe una "campaña de acoso, menosprecio y desconsideración" contra el Gepol, que se evidencia en la publicación oficial del sindicato mayoritario. "Estamos muy convencidos de cómo debe actuar un agente de la autoridad. La utilización no moderada de ésta nos lleva al abuso de ella. Hay que intentar, procurar y mantener el equilibrio temperamental y no perder la compostura debida. Hay que lograr la cortesía en el trato y huir de la inflexibilidad. La causa de flexibilidad es la causante de un gran número de las quejas de los ciudadanos. Por ello los agentes deben actuar prestigiando las funciones que realizan".
El informe recoge algunas de las respuestas de agentes a los ciudadanos, según las denuncias recibidas. "No es posible, miarma", dijo un agente a un vecino. "O lo quitas tú, o lo quito yo", dijo otro al titular de un puesto ambulante. "No nos cansaremos de repetir que el trato esmerado, correcto, amable, la escucha, la empatía e incluso la sonrisa son factores que provocan la satisfacción del ciudadano. Sin ignorar u olvidar el aspecto impecable e impoluto de los miembros de la Policía".
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