La DGT inició una campaña para reducir la siniestralidad de las motos

Seguridad Vial

Los motociclistas representan el 18% del total de fallecidos en las carreteras, pero un alto porcentaje de los siniestros son provocados por terceras personas.

Un motorista se somete a un control de alcoholemia, en una imagen de archivo.
Un motorista se somete a un control de alcoholemia, en una imagen de archivo.
J. Muñoz · F. Pérez Ávila

28 de mayo 2012 - 05:03

La elevada tasa de motoristas fallecidos ha sido una constante preocupación de la Dirección General de Tráfico (DGT) en los últimos años, lo que ha llevado a este organismo a impulsar el denominado proyecto Rosa (Road Safety), cuyo objetivo principal es ayudar a reducir el número de accidentes de motociclistas a través de la elaboración de un Manual de Buenas Prácticas en lo que respecta a la Seguridad Vial de los vehículos de dos ruedas motorizadas (2RM).

El proyecto se puso en marcha una vez que las autoridades constataron las preocupantes estadísticas de accidentes de motocicleta, dado que aunque estos vehículos representan sólo el 5% de los vehículos a motor que hay en la Unión Europea, los motoristas suponen el 18% del total de fallecidos en las carreteras. Además, es el único sector cuya siniestralidad se mantiene en aumento en los últimos años.

El proyecto Rosa, en el que han colaborado la DGT, la Federación Internacional de Motociclismo (FIM) y el campeonato del mundo de MotoGP, se desarrolló durante 12 meses, entre 2010 y 2011, y concluyó con la elaboración de un manual de buenas prácticas para los usuarios de las motos y los otros conductores que circulan por las carreteras.

Entre las conclusiones del estudio destacan que se debería considerar una mejora de las infraestructuras viarias, la existencia de vehículos más seguros y la formación de los ciudadanos para respetar las normas de tráfico y conducir de forma responsable.

El estudio señala que el motociclista debe ser el principal actor que vele por su propia seguridad y, para ello, debe prestar "máxima atención" a la conducción de su motocicleta.

Pero aunque a primera vista pudiera deducirse que el motorista es el principal responsable de los accidentes, la realidad muestra lo contrario y así se observa que un alto porcentaje de accidentes son causados por terceras personas, como los conductores de turismos, por ejemplo. Esto incide en la "gran debilidad" que representan los motociclistas, puesto que una distracción del conductor de otro vehículo, una deficiencia en la carretera o deslizarse a causa de una pérdida, puede contribuir a un accidente fatal para el piloto.

El estudio señala a este respecto que el motorista, debido a su estabilidad limitada, se ve obligado a conducir haciendo un esfuerzo mental añadido que otros conductores no hacen. "Conducir con seguridad requiere tener más cuidado de antemano para evitar que las maniobras de otros conductores le puedan afectar o para evitar las sorpresas que se encuentran en la carretera", por lo que debería recibir una educación y formación en conducción segura dejando claros dos aspectos: que el usuario debería ser consciente de que la motocicleta que conduce es un vehículo y en caso de sufrir accidente tiene más riesgos de sufrir lesiones; y que su seguridad depende también del buen comportamiento del resto de usuarios.

El Manual de Buenas Prácticas es el principal resultado del proyecto Rosa, que pretende mejorar la convivencia entre los motociclistas y el resto de usuarios de la carretera para reducir la elevada siniestralidad de este tipo de vehículos.

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