El Cuco señala a Carcaño como el único que conoce dónde está Marta
Juicio Caso Marta del Castillo
Francisco Javier García Marín corrobora ante el tribunal la versión que le ha llevado a ser condenado por encubrimiento, en la que deja fuera al hermano de Miguel y a su amigo íntimo Samuel Benítez
Francisco Javier García Marín, el Cuco, selló ayer el pacto de silencio que los implicados en el asesinato y desaparición de Marta han establecido para no revelar el paradero del cuerpo de la joven. El joven, que ya no es menor y que está condenado en sentencia firme a tres años de internamiento por encubrir el crimen, llegó a la Audiencia de Sevilla poco antes de las diez de la mañana con un nuevo look absolutamente sorprendente: llevaba una larga cabellera rubia muy distinta al pelo corto y moreno que lucía en enero de 2009, cuando se produjo el asesinato. En este tiempo, su constitución física también ha cambiado, puesto que ahora es un joven más fornido y su imagen es distinta a la de fragilidad que ofrecía hace tres años. Lo que no ha variado el Cuco es su actitud con respecto al caso y su negativa a decir dónde está el cuerpo, algo que ya le reprochó el juez de Menores en la sentencia que ahora ha sido confirmada por la Audiencia de Sevilla, en la que el magistrado aseguró que no tenía dudas de que el entonces menor sabía dónde estaba el cuerpo de Marta pero se negaba a revelarlo.
Francisco Javier García Marín volvió ayer a negar que conozca el paradero del cuerpo. Lo hizo en respuesta a un llamamiento del abogado de los padres de Marta, José María Calero, quien con absoluta serenidad pidió al Cuco que acabara con la agonía de la familia. "Ahora que ha pasado su juicio, ¿quiere usted hacernos el favor de decirle al tribunal algún dato para poder encontrar a Marta y que así puedan descansar ya los padres tranquilamente?", preguntó el letrado. "Si yo lo supiera ya se lo hubiera dicho hace tiempo y si lo quieren saber, pregúntenselo a él, él es que lo tiene que saber", respondió el Cuco, que fue advertido por el presidente del tribunal por el tono altivo empleado: "Señor García Marín, eso último sobra", le espetó el juez Javier González. El abogado de la familia le formuló entonces una última pregunta al respecto, para que revelara quién es el que sabe el paradero del cuerpo de la víctima: "Miguel", contestó el testigo.
En su declaración, el Cuco mantuvo su última versión de los hechos, en la que exculpa claramente al hermano de Miguel Carcaño, Javier Delgado, y a su amigo íntimo Samuel Benítez. Del primero, volvió a decir que "nunca" le amenazó para que no contara lo que había visto en el piso de León XIII, dado que el joven rechazó nuevamente que aquella tarde estuviera en el domicilio del asesino confeso porque estuvo en dos botellonas con sus amigos. Todo lo que contó lo hizo, según el que fuera menor, por las "presiones" de la Policía y por "miedo" a que implicaran a su madre en los hechos, dado que los investigadores le dijeron que habían encontrado algo en el vehículo de su madre, el Volkswagen Polo de color blanco supuestamente empleado para deshacerse del cuerpo.
El Cuco dijo que se autoinculpó e incriminó al hermano de Miguel por esas presiones policiales, no porque tuviera un sentimiento de venganza contra el asesino confeso después de que este le implicara como encubridor de los hechos y reconoció que confesó a pesar de haberse entrevistado con su abogado con carácter previo a prestar declaración. "Me cogieron de nuevo en ese momento", llegó a decir el joven, que tuvo que ser llamado al orden hasta en tres ocasiones por el tribunal por la actitud que tenía en la sala: el juez le pidió "más educación y respeto" al responder, le llamó al orden por el tono que empleó cuando le preguntaron por el cuerpo de Marta y en la tercera ocasión fue requerido para que se apartara el cabello de la cara, que impedía al tribunal percibir la expresión de su rostro a la hora de responder.
En su declaración, el joven ofreció en algunos momentos respuestas que rayaban lo surrealista, como cuando dijo que había dormido debajo de la mesa del cuarto de Miguel -donde fue hallada una mezcla de su ADN con el de Marta que las acusaciones consideran una prueba de su participación en el asesinato y violación- y que lo hizo "en posición fetal", una vez que el abogado de la acusación le interrogó si había estado en alguna ocasión debajo de aquella silla. En otras ocasiones sus respuestas fueron algo desabridas, como cuando dijo que se le pasó la cita que tenía esa madrugada con Samuel Benítez porque se fue a su casa "a dormir la mona".
En cualquier caso, Francisco Javier García Marín rehusó dar muchos detalles concretos a lo largo de su interrogatorio y empleó en muchas ocasiones la expresión "no lo recuerdo" en respuesta a las numerosas cuestiones que se le plantearon en un intenso interrogatorio en el que hubo momento el fiscal y la acusación particular se mostraron más incisivos que en el interrogatorio de los propios acusados.
Ante las contradicciones que el fiscal y la acusación detectaron en su testimonio, se dio lectura a sus primeras declaraciones ante la Policía y el juez de Instrucción número 4 en las que confesó su participación en los hechos y de los otros implicados, y también se procedió a la reproducción del vídeo de la reconstrucción judicial que se hizo en el piso de León XIII y en la que se observa al Cuco cómo va describiendo con muchos detalles y con una apariencia de veracidad lo que vio la noche del 24 de enero de 2009 en aquel domicilio.
A la salida de los juzgados, el Cuco, acompañado de sus padres en un vehículo, fue increpado por numerosas personas que lanzaron incluso patadas al vehículo.
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