Cruzar las Delicias a bordo del 'Centinela'
Día de las fuerzas armadas
El patrullero de altura de la Armada Española atraca en el Muelle de las Delicias y completa la presencia naval en Sevilla
El Centinela es un patrullero de altura de la Armada Española. Ha atracado en el muelle de Tablada a las cinco de la mañana y va a hacer su entrada en el Muelle de las Delicias coincidiendo con el acto de inauguración oficial de la parada naval que la Marina hace en Sevilla con motivo del Día de las Fuerzas Armadas. La Armada ha invitado a la prensa a que suba a bordo del barco para cubrir ese tramo de unos pocos cientos de metros, en el que se cruzará el puente de las Delicias.
La convocatoria cita a los periodistas entre las 10:45 y las 11:00 y se ruega puntualidad. El problema es que cuando los informadores reciben sus credenciales se enteran de que la apertura del puente de las Delicias no está prevista hasta las 12:30. Va conociendo uno que en esto de la navegación nada es rápido. Hay que esperar al práctico del Puerto para poder zarpar.
Se presenta el comandante, Iván Ron Serrano. Cuenta que es un inmenso honor para él venir a Sevilla y llevar a periodistas a bordo. Se agradece el cariño del Ejército a un oficio tan denostado en otros lares. El comandante Ron avisa de que va a hacer calor. "Pero seguro que están ustedes más acostumbrados que los ferrolanos", bromea, y pide silencio en el momento del paso por el puente, una maniobra que puede resultar complicada si no se presta la debida atención.
La tropa empieza a desatar amarras. Por la megafonía del barco suena Banderita. Efectivamente, el proceso de salida de un buque es lento. El equipo de Infantería de Marina se mantiene en sus puestos, en guardia, con el casco puesto y el pasamontañas cubriendo el rostro, dispuestos para abordar un buque mercante en alta mar si hiciera falta.
El nadador de rescate posa sobre una de las lanchas con su traje naranja. Con el traje naranja, la barba recortada, el flotador cruzado a la espalda y una mano agarrando una de las cuerdas, e inmóvil, parece una escultura griega, una especie de Doríforo moderno.
Los fotógrafos aprovechan para sacar unas perspectivas poco frecuentes del puente y del río Guadalquivir. Zarpa el práctico y se engancha al patrullero de la Armada, que leva las últimas amarras. En el puente se corta el tráfico y se acumula gente en los laterales para presenciar el paso del buque.
La pasarela se abre y las dos embarcaciones se dirigen al centro de la misma. La maniobra es rápida. En el muelle de las Delicias están ya el resto de naves que forman parte de la parada naval: los buques de acción marítima Audaz y Feroz, la patrullera de la Guardia Civil Río Segura, el cazaminas Duero y el submarino Tramontana.
A bordo del Feroz están las autoridades, dando por inaugurada la parada naval de Sevilla. En el resto de buques se aprecia el público que entra a visitarlos. Hay ambiente junto al acuario. Y también mucha seguridad, entre policías y militares.
La maniobra de atraque confirma de nuevo que se precisa de cierto tiempo. Hay un problema. El patrullero ha de dar la vuelta para colocarse con la proa hacia el puente de las Delicias, como están el resto de barcos, y hay poco calado en el río. Ante el riesgo de encallar, es preferible atracar maniobrando hacia atrás. Así se hace. El barco se pega al patrullero de la Guardia Civil. El capitán manda firmes para saludar al almirante.
Durante las más de tres horas que ha durado la cita los soldados han permanecido en sus puestos y la prensa ha paseado libremente por el barco, un patrullero que suele recorrer las aguas nacionales haciendo honor a su nombre, pero que también ha formado parte de misiones en el extranjero, como la del Golfo de Guinea. El Centinela participó en la operación Perejil, en la que se recuperó el islote invadido por Marruecos. Desde hoy puede visitarse en el muelle de las Delicias.
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