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Coronavirus Sevilla: Un cuento para que los niños hospitalizados en el Valme sepan combatir el virus

Día Mundial del Niño Hospitalizado

Enfermeros de Pediatría crean un cuento para ayudar a los más pequeños a entender las medidas excepcionales contra el coronavirus

Grupo de enfermeros en la planta del servicio de Pediatría portando la iniciativa. / M. G.

El coronavirus es una enfermedad que está provocando una situación excepcional nueva para todos y complicada de asumir en general, pero en especial para los niños, y más aún para aquellos a los que les ha tocado vivir el confinamiento, o parte de él, hospitalizados por ésta u otras patología.

En el marco de la celebración del Día Mundial del Niño Hospitalizado, el próximo miércoles 13 de mayo, el servicio de Pediatría del Hospital de Valme ha llevado a cabo una iniciativa de humanización denominada Cuento para niños y niñas hospitalizados en tiempos de Covid, con el objetivo de transmitir de forma adecuada a los menores la información sobre las medidas excepcionales de seguridad llevadas a cabo por los profesionales en la planta hospitalaria para combatirlo y, al mismo tiempo, generar entre ellos hábitos para la prevención.

El 13 de mayo se celebra el Día Mundial del Niño Hospitalizado, este año en un contexto especial

Esta efemérides llega este año en un momento en el que la incertidumbre y el miedo se suma a la preocupación de aquellos que por fuerza mayor se ven obligados a ingresas en los centros hospitalarios. El Día Mundial del Niño Hospitalizado surgió para sensibilizar a toda la sociedad sobre las consecuencias de la hospitalización para los niños, pero, sobre todo, para rendir homenaje a verdaderos héroes como son los pequeños hospitalizados y sus familias. Además, también se pone en valor el esfuerzo y el trabajo diario en los hospitales de miles de profesionales que trabajan siempre pensando en hacer más agradable la estancia de los niños y promover su bienestar.

En este marco especial, y con la colaboración solidaria de la pintora sevillana María del Río Lameyer, el servicio de enfermería pediátrica de este hospital tuvo la idea de crear un cuento infantil ilustrado con el objetivo de familiarizar a los más pequeños con la situación y recordarles cuáles son sus armas especiales para luchar a diario contra el coronavirus.

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Un cuento para que los niños hospitalizados sepan enfrentarse al coronavirus

La presentación de esta original y práctica iniciativa es muy sencilla y agradable a la vista con dibujos sobre un fondo blanco y letras de gran tamaño en color negro. La narración está realizada en formato papel al objeto de conjuntar la vertiente didáctica con la lúdica, de tal modo que a la vez que ofrece la capacidad de interiorizar hábitos saludables, como el lavado de manos, el uso de las mascarillas o la forma correcta de toser, también pone a disposición de los pequeños el entretenimiento con la posibilidad de colorear los dibujos que secuencian el relato.

La enfermera Rocío Cordero entregándole a una menor el cuento y comentándolo con ella. / M. G.

Con un mensaje muy claro desde el principio que recuerda a los menores su valentía para afrontar estos tiempos duros en la primera línea de la batalla, los creadores utilizan la figura de una enfermera para ir guiando una argumentación centrada en la narración de los diversos elementos que componen la indumentaria actual de los profesionales en la planta, haciendo un paralelismo con aquellos que llevan los héroes y mostrando a los más pequeños el fundamental papel de los profesionales sanitarios como "personajes aliados que ayudarán a los niños a eliminar los virus, que son traviesos y los hacen enfermar", explican los creadores.

Pero, ¿cuáles son esas armas especiales para ganar a los virus? Mediante una narración dinámica y divertida, los enfermeros creadores de esta iniciativa explican a los menores las razones por las que utilizan todos y cada uno de los complementos que los convierten en casi irreconocibles. "Un gorro para proteger el pelo, gafas de bucear que tienen superpoderes, las mascarillas que esconden la supersonrisa de las heroínas enfermeras, la pantalla protectora similar al supercasco que llevan los bomberos, los guantes y la capa que son afines a la mayoría de los superhéroes y, finalmente, los cubrezapatos a modo de gorros de los pies".

Sin embargo, los profesionales recuerdan a los menores que necesitan la ayuda de todos para que estas armas funcionen. Es en este punto en el que los enfermeros del Valme recuerdan a los menores hospitalizados la importancia de tres acciones fundamentales: "protegerse con mascarilla, lavarse las manos y, cuando vayan a toser, hacerlo en el interior del codo", recoge literalmente la narración junto a dinujos que representan cómo hacerlo. El premio final es el regreso a casa en poco tiempo al conseguir vencer a los traviesos virus.

Metafóricamente, este final va acompañado con un laberinto que conduce a casa, destacando la importancia del rol de los niños puesto que con su ayuda, cumpliendo las citadas acciones, harán posible que los sanitarios ganen la batalla.

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