Más de 20 barrios de Sevilla se unen en una red de apoyo vecinal
Coronavirus Sevilla
Ramuca son 500 voluntarios de diversas edades y perfil que ofrecen hacer recados o dar apoyo emocional, psicológico o escolar
Se han aliado con decenas de pequeños comercios y taxistas de la ciudad
Hacer recados o gestiones varias para personas mayores, solas o enfermas (con el virus o con sospecha de tenerlo) que están confinadas y no tienen quien les eche una mano, dar apoyo emocional, psicológico o escolar a quien lo necesita, explicar los recursos y servicios sociales disponibles de las administraciones y entidades, y ofrecer asesoría legal (sobre alquiler, desahucios, pago de facturas, ERTE, etc) son algunas de las ayudas que ofrece el medio millar de personas voluntarias en Sevilla que se han constituido en la red Ramuca desde que comenzó la alerta sanitaria y la crisis socioeconómica por el coronavirus.
En casos muy extremos y urgentes compran productos de primera necesidad mientras llega la ayuda de los servicios sociales, pero recalcan que no son una red de caridad ni de asistencia. Su dedicación es cubrir las nuevas necesidades que han surgido por la pandemia. Esta misma semana, por ejemplo, han atendido la urgencia de artículos de primera necesidad para varias familias de fuera del centro, a quien también han remitido a los servicios sociales.
Son más de 500 personas voluntarias (en su mayoría mujeres), ya profesionales o ya en paro, mayores y jóvenes. Se han constituido en esta red de apoyo que por ahora funciona en 24 zonas de la capital sevillana (el detalle puede verse en el cuadro adjunto) y en Bormujos. En estos tiempos inciertos provocados por el virus la red ofrece ayuda mutua entre iguales y está abierta al que pide ayuda o al que la ofrece. Se han aliado con una veintena de pequeños comercios de barrio, donde hacen las compras, y con una decena de taxistas que llevan lo necesario a las casas.
“Somos personas normales conscientes de que todas tenemos necesidades y nos podemos ayudar unas a otras a satisfacerlas, desde la solidaridad. Las capacidades, posibilidades, habilidades y recursos son diversos y complementarios. Todo el mundo puede aportar algo”, explica Elisa, investigadora en agroecología y miembro de Ramuca en la zona centro.
Aparte de su solidaridad, algunos integrantes de esta red ponen algo de dinero para ayudar. Una parte de las cosechas y huevos que proceden de los huertos de San Jerónimo, gestionados por Ecologistas en Acción, se están donando para familias de este barrio por parte de los parcelistas que siguen yendo a cultivar.
Barrios de la Red de Apoyo Mutuo Ramuca
-Triana
-Nervión-Gran Plaza
-San Pablo
-San Jerónimo
-Pedro Salvador
-Pino Montano
-El Fontanal
-Parque Miraflores-San Diego
-Sevilla Este
-San Bernardo-Prado
-Avenida Cruz Roja-Pío XII
-Los Príncipes-Comunidades-Villegas-Begoña-Santa Justa y Rufina
-El Cerezo-El Rocío-La Carrasca-Hermandades
-León XIII-Fray Isidoro de Sevilla-El Carmen-El Rocío
-Avenida Miraflores-Carretera Carmona
-Perdigones
-Marqués de Paradas
-San Lorenzo-Jesús del Gran Poder
-Relator-San Luis
-Feria
-Pumarejo-San Marcos
-Alameda-Amor de Dios
-Puerta Osario
-San Julián-El Pelícano
-Bormujos
Desde que se puso en marcha el 14 de marzo, Ramuca ha atendido más de 300 peticiones de ayuda. La red nació en el centro y en la Macarena –de ahí su nombre-, pero ha crecido exponencialmente. Cada red local de barrio está autoorganizada, con un responsable y atiende las necesidades que surjan en su zona, y a su vez entre ellas existe una coordinación constante. Las necesidades de cada barrio son diferentes. En el casco antiguo dan más apoyo emocional a las personas mayores y que viven solas, y en el Sur y el Este surgen más necesidades materiales por el desempleo, sobre todo.
Para evitar contagios cuentan con protocolos de seguridad y siguen todas las recomendaciones sanitarias con vistas a no poner a nadie en riesgo.
Elisa cuenta que esta solidaridad no es nueva, aunque es verdad que se ha reforzado, ampliado y dotado de más confianza entre las personas a consecuencia de los efectos económicos, sanitarios y sociales que ha generado el coronavirus.
“Aunque alguna gente se sorprenda de esta iniciativa, en realidad en todos los barrios había redes previas, asociaciones, colectivos, movimientos sociales, de gente solidaria que se apoyaba mutuamente. Lo hay aquí y en muchos otros sitios porque ayudar también es una necesidad humana y porque todas las personas somos interdependientes, siempre, no sólo en situación de crisis”, señala.
Uno de los obstáculos con los que se encuentran para realizar su labor son los agentes de Policía. “Las amonestaciones de la Policía local y Nacional, a pesar de llevar justificantes y documentación que acreditase el acto voluntario, contrastan con el apoyo que sí estamos encontrando entre personal de centros de salud, que incluso han llegado a firmar justificantes para que sirvieran de salvoconducto”, lamenta Elisa. Por eso Ramuca reclama un mayor compromiso por parte de las autoridades municipales: que aseguren y garanticen la acción voluntaria sin perjuicio para las personas que colaboran.
Otra preocupación de la red es que “en las últimas semanas” les llegan demandas muy urgentes de alimentos y productos de primera necesidad (higiene o limpieza) de familias afectadas y no tienen los recursos ni la capacidad suficientes para hacerles frente. Creen que esta situación se solventaría con más personal y medios del Ayuntamiento de Sevilla, del que aseguran “que no está llegando ni a tiempo, ni de manera suficiente a cubrir las necesidades de la ciudadanía, mientras promete grandes recursos para invertir en el turismo a medio plazo”, advierte Elisa.
Según la red, el bono que los servicios sociales del Ayuntamiento, a través de Cruz Roja, facilita para comprar en los supermercados “está tardando en llegar 10 días desde que la persona llama para solicitar ayuda”, un plazo que no pueden esperar muchas familias.
Ramuca reclama al Ayuntamiento que aumente la dotación de recursos públicos para atender las necesidades materiales de las familias. “La situación de colapso sí ha llegado a los servicios sociales municipales, que ya venían estando saturados por los años de recortes desde la crisis de 2008. Y parece que el Ayuntamiento no está dotando del personal suficiente a estos servicios ante esta situación de aumento de demandas”, recalca.
La respuesta del Ayuntamiento
El Ayuntamiento ha respondido a este periódico que se están atendiendo las necesidades alimentarias diarias de 27.000 familias, lo que supone “prácticamente más del doble de lo que se atendía antes de la crisis sanitaria con el dispositivo municipal. La plantilla está trabajando mañana y tarde. Y se están cubriendo en líneas generales las necesidades que llegan y se acreditan”.
Respecto al bono de Cruz Roja, el Ayuntamiento precisa que “en estos momentos, desde que se valida una petición hasta que entrega el bono la tardanza, con carácter general, de dos a tres días. Siempre puede haber algún caso que tarde más por distintos motivos pero no es la norma”.
Esos bonos son para compras en supermercados (servicios básicos, de higiene y butano) y los gestionan los servicios sociales a través de Cruz Roja.
Según los datos municipales, el reparto de las personas beneficiadas por la atención municipal que se está dando en la alerta sanitaria es el siguiente:
-Contrato municipal extraordinario bonos Cruz Roja: 12.000 personas beneficiadas.
-Colaboración con entidades: 1.323 personas
-Colaboración La Caixa Pro Infancia: 7.130
-Catering y comedores sociales con financiación municipal: 2.536.
-Contrato municipal con supermercados: 3.937.
-Familias en pisos y hostales alojadas: 35.
-Menús a menores por parte de Ayuntamiento a domicilio: 220.
-Colaboración con la Junta Plan Syga (comedores escolares): 2.869.
-Alimentación dispositivos municipales personas sin hogar: 630.
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