La ventana
Luis Carlos Peris
Reventa y colas para la traca final
El Ayuntamiento de Sevilla está priorizando sus recursos sociales para dar respuesta a las necesidades más urgentes que demanda la crisis del coronavirus. Una de ellas es la atención a los sin techo, que ha obligado a triplicar la red de infraestructuras ya existente para asistir a un total de 600 personas. Éstas están siendo atendidas en centros municipales y hasta en tres pabellones deportivos, según explica el propio alcalde, Juan Espadas.
En concreto, hace casi un mes el Ayuntamiento de Sevilla gestionó 117 plazas adicionales para poder acoger a personas sin hogar, que se suman a las 373 de carácter permanente, para alcanzar las 490 distribuidas por la ciudad. El plan era ampliar este dispositivo en caso de que fuese necesario y a día de hoy son ya 600 las que se atienden. El gobierno local ha aportado a los recursos asistenciales habituales, que ahora están disponibles las 24 horas, plazas en otras instalaciones municipales y conveniadas, incluso hostales de distintas zonas de la ciudad, así como tres pabellones deportivos en los barrios. Fuentes municipales insisten en la conveniencia de no localizar públicamente esos puntos para evitar un efecto llamada en otros municipios y provocar un colapso de esta red organizada.
El alcalde ha participado estos días en un foro de diálogo virtual en el que la Red de Ciudades del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha citado a regidores de ciudades españolas e latinoamericanas para compartir experiencias de gestión en esta crisis del coronavirus. Espadas, que coincidió también en la tertulia con la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, apunta el papel fundamental que tienen las ciudades y sus ayuntamientos en esta circunstancia. “Volvemos a estar más cerca que nadie de los ciudadanos, de los problemas, de las necesidades y tenemos que ser capaces de rearmarnos psicológicamente y en términos de recursos para priorizar y dar respuesta a lo más urgente en lo social, económico y en el empleo”, explica el alcalde.
En este sentido, Espadas destaca el esfuerzo realizado para mantener esa red asistencial con recursos propios, “a pesar de las dificultades para obtener material de protección como mascarillas o suministros básicos”. Y concreta que el foco se ha puesto también en la ayuda a las personas mayores o grandes dependientes en sus domicilios, no en residencias. “En Sevilla hay gente que vive al día, que tiene pocos recursos o que vivían por ejemplo del comercio ambulante y que nos está demandando alimentación”, confirma.
Desde el Ayuntamiento de Sevilla se está garantizando la alimentación de los menores de familias con pocos recursos que reciben en esta ocasión la comida, en lugar de en los colegios, en sus propios domicilios. “Lo estamos haciendo con una red de solidaridad y tejido social muy organizado de la que me siento muy orgulloso.La crisis que dejamos atrás hace unos años y que creíamos historia nos ha dado la posibilidad de tener una red social muy potente que ha sido fundamental para organizarnos y dar esta atención social”.
En esa misma línea, la vicealcaldesa de Madrid, que también ha participado en dicho foro, advierte o que están observando ya con preocupación en la capital de España cómo hay una gran clase media que llega al límite a final de mes o tienen un colchón de dos o tres semanas que están ya al filo de convertirse en colectivo vulnerable: “Y cuando esto pase tenemos que tener un buen plan pues lo que se avecina es una crisis económica, las entidades locales tenemos que estar muy fortalecidas para afrontar esto que se nos viene encima”.
Espadas no pierde la ocasión de ser reivindicativos con la autonomía de los ayuntamientos y advierte que la circunstancia actual demuestra mejor que nunca la necesidad de que las entidades locales tengan más recursos y capacidad de financiación e inversión pública. En las últimas semanas, Espadas ha reclamado al Gobierno de Pedro Sánchez que permita a los ayuntamientos utilizar sus propios recursos y el superávit que poseen, que hasta ahora ha estado restringido por ley y por el techo de gasto. Ese remanente se podría aplicar para paliar las consecuencias de la crisis que está causando el virus, tanto en aspectos sanitarios como sociales y de reactivación económica. “Cuando esto pase hará que inyectar obra, empleo y contar con la iniciativa privada que, en estos momentos, está siendo capaz de dar una respuesta de contención; juntos remontaremos cuanto antes”.
Los responsables locales coinciden en que, dentro de la pena y el pesimismo que supone esta crisis, hay ya un cambio de paradigna claro en la sociedad global y en las relaciones más personales. Y confían en que la salida del confinamiento se acompañe de una sociedad más humana y capaz de replantearse muchas cosas.
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