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La juez ha enviado a prisión provisional a dos de las personas implicada en el asesinato de un joven en Coria del Río. El tercero de los arrestados permanece hospitalizado bajo custodia policial, pues resultó herido en un tiroteo con la Policía la semana pasada. El Grupo de Homicidios trata de confirmar oficialmente que el cadáver hallado en un pozo de una parcela abandonada es el joven D. P. G., que llevaba desaparecido desde el mes de abril.
La Policía Nacional lleva investigando el caso desde que la familia del desaparecido presentó una denuncia por la ausencia de éste. Los parientes pretendían dar difusión a la desaparición, pero los investigadores aconsejaron no hacerlo, ante la sospecha de que el joven ya estaba muerto. La difusión del caso podría perjudicar a la investigación.
Así, durante meses los agentes trabajaron de manera discreta y centraron sus pesquisas en el entorno de la víctima, que podría estar relacionada con el tráfico de drogas y haber contraído una deuda con los que finalmente fueron sus verdugos. El pasado jueves 29 de septiembre, la Policía organizó un registro en una finca de Coria del Río, próxima al cementerio de la localidad.
Al registro acudieron los agentes del Grupo de Homicidios, apoyados por el Grupo Operativo Especial de Seguridad (GOES). Una vez allí, dos agentes de este equipo accedieron por la parte trasera y el resto por la puerta principal. Al entrar, se accionaron unas alarmas que había en la casa y acto seguido los policías fueron recibidos a tiros.
Los agentes se vieron obligados a responder a la agresión. Uno de los investigados resultó herido en las extremidades por disparos de la Policía, que luego salvaría la vida a este hombre. Una vez derribado el primer tirado, salió una familiar de éste escopeta en mano y abrió fuego contra los funcionarios, que finalmente pudieron controlar la situación.
Varios policías aplicaron torniquetes al herido y consiguieron estabilizarlo hasta que llegara la ambulancia. De esta forma impidieron que muriera desangrado y pudo ser trasladado al hospital. Un familiar de éste que se encontraba en la parcela sufrió un infarto al presenciar el tiroteo y murió horas después.
Durante el registro de la casa, los agentes consiguieron averiguar el lugar en el que los implicados se habían desecho del cadáver, que era un pozo de una parcela abandonada. El viernes, día siguiente al registro, la Policía recuperó el cuerpo, que estaba en avanzado estado de descomposición y tendría impactos de bala. Falta por confirmar la identidad del difunto, pero todo apunta a que es el joven desaparecido.
La tarde del jueves, alguien prendió fuego a la finca donde se produjo el registro y quemó también un coche de los sospechosos, posiblemente con la intención de borrar alguna prueba o huella. La juez se trasladó ayer al hospital a tomar declaración al herido, mientras que envió a prisión a los otros dos detenidos. El caso sigue bajo secreto.
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