Contaminación, el daño que sufren los niños
El estudio de un equipo de la Hispalense constata el aumento de los ingresos hospitalarios por la concentración de NOx y PM2,5.
Un equipo de investigación de la Universidad de Sevilla ha constatado cómo aumentan los ingresos hospitalarios de niños con problemas respiratorios cada vez que se registra una concentración elevada de partículas finas en suspensión (PM2,5) y de óxido de nitrógeno (NOx), dos contaminantes atmosféricos generados por la combustión de carburantes, principalmente diésel.
Los resultados preliminares de la investigación Impacto de la Contaminación Ambiental en la Salud Respiratoria Infantilde Sevilla desvelan que los ingresos por bronquiolisis están especialmente vinculados a la contaminación por óxido nitroso, ya que "el aumento de una micra por metro cúbico de NOx da lugar a un aumento de un 2% de ingresos hospitalarios por esta enfermedad", explican las doctoras Rocío Román y María Pablo-Romero, profesoras del departamento de Análisis Económico y Economía Política en la Hispalense, responsable del estudio. "Aunque el aumento de los ingresos del 2% parezca a primera vista un dato pequeño, realmente no lo es, ya que el impacto de la contaminación es muy grave en la salud, principalmente de los recién nacidos hasta los dos años, que son más vulnerables", añade Rocío Román.
Las autoras de este estudio se han centrado en la población infantil (de cero a 14 años) residente en la ciudad que ha requerido ingreso hospitalario en los hospitales Virgen del Rocío, Virgen Macarena y Valme entre los años 2007 y 2011 por problemas respiratorios graves. El impacto de los contaminantes en los niños es aún más generalizado, si bien la mayoría de los casos se resuelven en las consultas de Pediatría, sin requerir ingresar a los niños en el hospital.
Junto al óxido de nitrógeno, las partículas finas que produce el tráfico de vehículos tienen un impacto directo sobre los ingresos provocados por la bronquiolisis. Los recién nacidos son especialmente sensibles a estos contaminantes porque, entre otros motivos, su aparato respiratorio está en desarrollo. Los pequeños respiran tres veces más cantidad de aire que un adulto en proporción a su tamaño. Además, "su altura, sobre todo los pequeños que paseamos en carritos, los sitúa al nivel de los tubos de escape de los coches, una de las principales fuentes de contaminación urbana, lo que les hace mucho más vulnerables y sensibles a los efectos de la contaminación", precisan las investigadoras. Las partículas en suspensión de menos de 2,5 micras (PM2,5) son especialmente dañinas para ellos por su gran capacidad de penetración en las vías respiratorias. Las investigadoras la Universidad de Sevilla analizarán los efectos de otros contaminantes atmosféricos como el ozono (O3) o el dióxido de azufre (SO2) y en el plazo de unos meses esperan cosechar los resultados definitivos.
Los efectos nocivos también los sufre la población adulta. La neumonía, el asma o el agravamiento de las alergias al polen son otros de los problemas respiratorios que está vinculados a los episodios de mayor contaminación atmosférica.
"El objetivo último de este estudio es comprobar el coste económico que supone, en términos sanitarios, la contaminación atmosférica. Se trata de aportar una herramienta a los gestores", añade la profesora Román. Este informe pertenece a la Cátedra de Economía de la Energía y del Medio Ambiente y carece de estudios precedentes similares realizados en Sevilla. No obstante, otros análisis desarrollados en Madrid desvelan resultados similares sobre los efectos nocivos de la contaminación en la población infantil.
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