Notas al margen
David Fernández
El problema del PSOE-A no es el candidato, es el discurso
Ni un candado en las barandas. Así quedó ayer tarde el puente de Triana tras la operación de eliminación de más de un millar de cerrojos y candados, según fuentes municipales, solicitada por el delegado del distrito, el socialista Alberto Moriña, y ejecutada por dos operarios de la Delegación de Infraestructuras para la Sostenibilidad que dirige Antonio Rodrigo Torrijos (IU). Las tareas de eliminación de los cierres se prolongaron durante mañana y tarde, y se hizo necesaria una radial para el corte de los aros de metal. Moriña defendió ayer esta decisión política al comparar la acumulación de candados en el único puente de Sevilla declarado Monumento y Bien de Interés Cultural (BIC) con una hipotética pintada de grafitis en la Giralda. "¿A que todos estarían de acuerdo en eliminarlos de la Giralda? Pues con el puente de Triana, igual", remachó Moriña.
El concejal delegado de Triana recordó que no era la primera ocasión que se había ordenado la eliminación de los candados en el puente -ya se hizo antes del verano en dos ocasiones-, y agregó que presentará una moción al Pleno del distrito para regular la limpieza de piezas metálicas y elementos externos en las barandillas del puente cada 15 días. En relación a la propuesta trasladada por el portavoz del grupo municipal del PP, Juan Ignacio Zoido, de habilitar una zona en el Paseo de la O para que los jóvenes enamorados puedan dejar los candados, el edil comentó que no le ha llegado proposición alguna de ningún interlocutor.
La moda de instalar los denominados "candados de amor" y tirar la llave al río ha sido importada de Italia por estudiantes Erasmus. Esta fiebre comenzó en Roma tras la publicación de una novela de Federico Moccia.
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