"Combate como entrenas", el lema de los policías locales de Sevilla para intervenciones al límite
Varios de los agentes condecorados relatan las experiencias que les han llevado a ser distinguidos este año
Todos coinciden en la necesidad de la formación y el entrenamiento para ofrecer la mejor respuesta
Cuando la Policía Local montó a 14 agentes en una moto
La Policía Local de Sevilla entregó este miércoles una treintena de cruces al mérito a otros tantos agentes que participaron en intervenciones destacadas a lo largo del último de ello. Varios de estos agentes explicaron algunas de estas operaciones y todos ellos coincidieron en la necesidad de estar formados y preparados para intervenciones al límite, como las que ellos protagonizaron.
"Desde que entramos en la Policía Local de sevilla nos han enseñado una frase, que es la siguiente: 'Combate como entrenas, entrena como combates", señala Francisco José Mediano, que participó en el rescate de una familia atrapada en su vivienda del barrio de San Bernardo, en la que se había declarado un incendio. "El más virulento de todos los que me he encontrado".
"Entró una llamada del 112 a nuestra sala avisando de un incendio en la calle Cristo de la Salud. Yo formaba parte de un dispositivo de cuatro policías locales, y éramos los que más cerca estábamos. Nos acercamos, y cuando llegamos vimos que el incendio era de grandes dimensiones y estaba muy desarrollado", apunta este agente, que recibió este miércoles la cruz al mérito de la Policía Local con distintivo blanco.
La familia, para intentar aliviar el humo, cometió el error de abrir puertas y ventanas de la vivienda. "Eso fue como echar más gasolina al fuego. El humo era muy, muy denso. Preparamos la llegada de otros indicativos y entramos lo más rápido que pudimos. Había personas atrapadas que se veían por un patio", recuerda Mediano.
"Como pudimos sacamos al resto de vecinos. La experiencia nos indicaba que no podíamos meternos. Ya cuando llegaron los bomberos, forzamos puertas y ventanas y conseguimos sacar a una mujer y a su hija, que era discapacitada. Las sacamos a las dos por la ventana. Después rescatamos a un hombre, que estaba en parada cardiaca. Se puso sacar con vida, pero falleció a los pocos días en el hospital".
Este agente destaca la importancia de la formación y el entrentamiento. "El profesional sabe lo que puede hacer y hasta dónde puede llegar. Es muy duro, porque quieres auxiliar, pero si tú te metes, caes tú".
Por esta intervención también fue condecorado Santiago Raposo, que coincide con su compañero en que era el incendio en vivienda más fuerte que se ha encontrado en su carrera como policía local. "El incendio estaba muy desarrollado. Se estaba cayendo el techo. Llegó el hijo queriendo acceder a la vivienda e intentando rescatar a sus padres y a su hermana. No lo dejamos y se fue por los tejados para intentar entrar. Yo me fui detrás para pararlo, porque se hubiera matado. De tres personas que había, pudimos salvar a dos".
Ambos agentes recuerdan el estrés del momento, el subidón de adrenalina y la capacidad de gestionar una situación como aquella, con una vecina que pretendía entrar en su casa para rescatar a sus gatos, mientras la prioridad era tres personas estaban atrapadas, y la imposibilidad de dormir pese al cansancio extremo una vez acabado el turno.
Manuel Casado es uno de los cinco agentes que salvó la vida a un ciudadano que sufrió una parada cardiorrespiratoria en la calle Granada, en el centro de Sevilla. "Los compañeros que estaban en la Plaza Nueva se acercaron y comprobnaron que estaba en parada. En ese momento comenzó lo que llamamos la cadena de supervivencia, le practicamos la RCP (reanimación cardiopulmonar) y activamos los servisios de emergencias sanitarias del 061. Uno de los policías, Iván, se acercó al Ayuntamiento, donde hay un desfibrilador de acceso público".
Casado estaba en la Alfalfa. "Salí corriendo con la moto y me uní al equipo, haciendo el trabajo de RCP y desfibrilador. Estuvimos 18 minutos interviniendo. En ese momento sale la condición humana de ayudar, pero sobre todo es lo que hayas entrenado", cuenta el policía, que aprovecha para insistir en que cualquier persona debería aprender estas técnicas de reanimación y uso del desfibrilador.
"Y entrenarlo. Si lo entrenas y sabes usarlo, al final pueden ocurrir cosas como estas, que terminan con un final feliz", añade el policía, que hace unos días también protagonizó una simpática anécdota con un niño que llevaba una moto de juguete de la Guardia Civil, y que le ayudó a cortar el tráfico en una procesión.
Víctor Astillero recibió la medalla por una operación contra el tráfico de drogas. "En principio nos enfrentamos a cosas distintas cada vez que sales a la calle, nunca sabes lo que te vas a encontrar. Esta operación acabó con tres detenidos. Fue un vehículo que interceptamos porque en un principio no tenía seguro obligatorio. Una vez que empezamos a tratar con los ocupantes, se les notaba con cierto nerviosismo. Al inspeccionar el vehículo encontramos diez kilos de hachís".
En el acto de este miércoles se entregaron una treintena de cruces al mérito policial. La más aplaudida fue la de Valentín Corrales, fallecido hace unos meses, entregada a título póstumo y recogida por su hijo Alejandro.
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