Médicos que curan por el mundo

I Jornada de Voluntariado Médico del Colegio de Médicos de Sevilla

El Colegio de Médicos de Sevilla celebra una jornada para dar a conocer las distintas caras de la cooperación internacional dirigida a facultativos interesados en realizar esta labor humanitaria

La Academia de Medicina de Sevilla crea la cátedra de cooperación internacional

Foto de familia de los ponentes que participaron en la mesa redonda. / M. G.

¿Quiénes somos? ¿qué ofrecemos? y ¿qué necesitamos? En torno a estas tres preguntas giró este jueves la celebración de la I Jornada de Voluntariado Médico organizada por el Colegio de Médicos de Sevilla y que contó con una amplia representación de los diversos perfiles que promueven la cooperación internacional desde muy diferentes ángulos, aportando una visión muy completa del prisma que supone esta actividad.

El encuentro, dirigido a médicos interesados en realizar Cooperación Internacional, contó con la participación de personas y organismos con una gran trayectoria y amplio conocimiento en la materia con el objetivo de aportar toda la información necesaria a fin de acercar a la profesión médica la labor del voluntariado y la cooperación, necesaria dentro y fuera de las fronteras.

El salón de actos del Colegio de Médicos de Sevilla donde se celebró la I Jornada de Voluntariado Médico. / M. G.

Con un cartel de lujo, el misionero José Aguilar Torner recordó sus andanzas como contraparte local durante más de 40 años en Tanzania, donde realizó múltiples actividades como misionero siempre ayudando los más necesitados y donde, tras su marcha, "forzada por enfermedad", como él mismo reconocí a preguntas de este periódico, ha podido comprobar con posterioridad en viajes que ya realizado por ocio el resultado de la "labor más bonita" a la que ha dedicado su vida.

"Creo que no hubiera entendido mi vida sin dedicarla a esa ayuda desinteresada a los demás. Ahora, sé que he estado en el sitio adecuado y siento una gran satisfacción, a pesar de los errores, que también los ha habido. Al final es eso lo que te queda, el saber que he trabajado por que aquellos que lo necesitan estén mejor. La sensación es de haber cumplido. Lo comprobé después cuando, ya recuperado de mi enfermedad, volví para despedirme, porque tuve que hacerlo casi sin decir adiós. Pude ver que se había hecho mucho", sostiene el misionero.

Cuenta que su primera misión pudo venir empujada por su "vocación a ayudar" y esa idea, reconoce que, algo exagerada, "de cambiar el mundo", pero, sobre todo, "la ilusión por conseguir un mundo mejor". Así llegó a integrarse a sus 30 años, no sin dificultades, con la legendaria tribu de los masai. Allí permaneció unos 17 años. "Con paciencia conseguimos muchos logros", afirma.

Ahora, retirado de esa misión a la que dedicó su vida, José Aguilar Torner lamenta que se esté perdiendo ese perfil del que decide dar su vida a este tipo de proyectos. "Hay muchas vías que sí se que se mantienen como el turismo de cooperación u otro tipo de actividades por momentos concretos, pero, en mi opinión, creo que entregar la vida por ello, el integrarse y aprender a vivir en una cultura tan diferente a la nuestra, diría que se ha perdido. Quizás por miedo, no lo sé", recalca.

En otro de los perfiles, el doctor Fernando de la Portilla de Juan, jefe de sección de Cirugía Colorrectal del Hospital Virgen del Rocío, es un ejemplo de que el trabajo, en ocasiones, no sólo es una obligación. También es fuente de satisfacción e incluso se puede transformar en un acto solidario. Y eso es lo que le llevó a fundar en 1997 la ONGD Ibermed, con la que suma decenas de proyectos en Guatemala, donde viaja cada año junto a su mujer -con la que hizo de su viaje de novios su primer voluntariado, origen de este proyecto humanitario con casi 30 años- y un grupo de médicos, para operar a enfermos, que de otra manera, sería muy difícil que encontraran cura.

"Ser médico es una oportunidad buenísima, no sólo para curar pacientes en nuestro ámbito, sino también para hacerlo en el ámbito de los más necesitados", indica el cirujano en respuestas a preguntas de este medio, en las que asegura que, con la participación en estos proyectos, el beneficio, más allá del que se hace sobre el lugar, "se lo trae consigo la persona que decide hacer funciones de cooperación internacional". "Es un aprendizaje que cualquier médico que está allí debería tener. El médico tiene la oportunidad de cambiar la vida diariamente, pero cuando lo hace en un ámbito de extrema necesidad, la vida cambia doblemente", apostilla.

La mesa redonda la completaban el propio presidente del Colegio de Médicos de Sevilla, Alfonso Carmona; el vicepresidente de Médicos del Mundo Andalucía, Jesús González Zambrana; Beatriz Gutiérrez Méndez de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID); José Luis Pelayo Ruiz, con 50 años de Voluntariado en Cooperación; Rosalía Pérez Moreira del Fondo de Cooperación y Ayuda Humanitaria al Desarrollo del Servicio Andaluz de Salud; y Celia Rosell Martí, directora de la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo.

Durante su desarrollo se pusieron sobre la mesa las líneas maestras del voluntariado médico en los próximos años. Entre otras conclusiones, los ponentes pusieron en valor la Cooperación Internacional como un fenómeno cada día más extendido en cualquier sociedad o colectividad, así como la apuesta de los Colegios de Médicos de España cada vez más por potenciar la organización de expediciones para paliar las deficiencias estructurales en recursos sanitarios y la necesidad de que estas colaboraciones de voluntariado estén protegidas y reúnan todos los requisitos legales necesarios para poder trabajar en destino.

"Estamos firmemente convencidos que el voluntariado nos hace mejores médicos y mejores personas, y queremos ayudar a todo aquel que quiera tener esta experiencia", concluyó el representante de Médicos de Cooperación y Acción Social del RICOMS, el doctor Bosco Barón, que hizo de moderador de la jormada.

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