El Claustro pasa de puntillas por la biblioteca del Prado

Nadie duda de que el fiasco de la biblioteca central universitaria del Prado es uno de los temas que centran el debate ciudadano y mediático de Sevilla en los últimos tiempos. Nadie menos el Claustro de la Universidad de Sevilla, que ayer dejó escapar su oportunidad de oro para profundizar en las causas, responsabilidades y alternativas a un proyecto que ha dañado la credibilidad de la institución universitaria y deja empantanada una de las zonas más significativas de la ciudad.

Ayer fue el día en el que el único candidato a rector de la Hispalense, Antonio Ramírez de Arellano, presentaba ante el Claustro su programa electoral para las próximas elecciones del día 23. De las 41 preguntas que realizaron los 182 claustrales que acudieron a la sesión en el salón de actos de la Facultad de Económicas, sólo dos trataron el tema de la biblioteca del Prado (y una de ellas, la de Francisco Garrudo, diluía el problema en uno más amplio sobre la financiación universitaria). Una omisión más que llamativa si se tiene en cuenta que Ramírez de Arellano es actualmente vicerrector de Infraestructuras, por lo que tiene información privilegiada sobre este asunto que, por mucho que el actual equipo de gobierno intenta minimizar, no deja de ser un revés importante para los intereses de la ciudad y la Universidad.

Sólo el profesor de Arquitectura José Pérez de Lama dejó claro que el candidato había pasado "de puntillas" por el asunto y le pidió que hiciese una "evaluación" de lo que había ocurrido. La respuesta de Ramírez de Arellano fue la de siempre: ha terminado el momento judicial y ahora le toca a los técnicos ver cuáles son las soluciones. Una vez más, habrá que esperar.

En general, los claustrales dejaron ver que Ramírez de Arellano no tendrá problemas para conseguir una mayoría holgada que le permita ser rector de la Universidad de Sevilla con legitimidad suficiente ante las administraciones públicas. La gran mayoría de los que intervinieron aplaudieron al rector saliente, Joaquín Luque, por la labor realizada en los últimos cuatro años, y aplaudieron a Arellano por dar el paso adelante en los actuales momentos de crisis económica. Llamativa fue la intervención del catedrático de Historia y ex vicerrector de Ordenación Académica, Juan José Iglesias, quien pese a que muchos lo suponían como uno de los posibles candidatos a rector, realizó una encendida defensa de las virtudes de Ramírez de Arellano y anunció públicamente que le daría su voto el día 23. Una ayuda y un aval que, sin duda, será importante para las pretensiones de Ramírez de Arellano.

Por su parte, la supuesta oposición a Luque y su sucesor demostró ayer que si no ha presentado un candidato alternativo es, sencillamente, porque no lo tiene. Durante la sesión, una profesora de del área de Humanidades repartió entre los claustrales una pasquín en el que se les recomendaba una serie de preguntas que, de forma coordinada, se realizaron por parte del sector más crítico de los representantes universitarios. Este papel estaba firmado por una serie de catedráticos conocidos por su opinión crítica ante la gestión de Joaquín Luque, como Francisco Garrudo, Joaquín Muñoz, Adela Muñoz, Alfredo Navarro, Andrés Sáez y Enrique Sánchez, entre otros.

En las intervenciones de este grupo se insistió en la necesidad de que el rector de la Universidad sea elegido por sufragio universal, y no por el Claustro, como sucede en la actualidad. Ante su insistencia, Ramírez de Arellano volvió a argumentar que, aunque está dispuesto a debatir sobre cualquier cuestión que consideren necesaria los claustrales, él apuesta por la "estabilidad normativa". Es decir, que las cosas se queden como están. El rectorable comenzará ya y hasta el día de las elecciones una gira por todos los centros para exponer detalladamente su programa.