Ciudadanos exigirá a Millán su dimisión como portavoz y busca otro candidato para Sevilla

Política

El partido convoca con urgencia al comité provincial para analizar el fuerte malestar de los afiliados con Millán. El último episodio conocido es que firmó y registró sin éxito la orden de cese de una secretaria del grupo político en la Diputación que estaba de baja y había dado a luz hacía sólo una semana

Javier Millán / M. G.

Sevilla/El Comité Provincial de Ciudadanos ha convocado con urgencia una sesión para exigir la dimisión de Javier Millán como portavoz de Ciudadanos en la Diputación Provincial y en el Ayuntamiento de Sevilla. La formación naranja tiene claro que Millán no puede ser por más tiempo el responsable de fijar la posición política del partido ni en el grupo municipal en la Plaza Nueva, ni en el organismo provincial con sede en Menéndez Pelayo.

Millán no ha dejado de dar motivos de descontento a su partido en los últimos meses, por lo que ha ido perdiendo apoyos en las estructuras local, regional y nacional, así como ha generado un malestar generalizado entre la militancia. La paciencia de partido con Millán se ha terminado al trascender que el 10 de abril de 2017 firmó y registró en la Secretaría General de la Diputación Provincial la orden de cese de una secretaria que hacía sólo una semana que había dado a luz y que estaba de baja médica desde febrero por estar considerado su embarazo de alto riesgo. Millán pidió que el cese tuviera efectos desde el día siguiente, 11 de abril, y proponía la inmediata contratación de otra trabajadora, de la que aportaba nombre y DNI en esa misma orden de cese para que se formalizara el nuevo contrato cuanto antes. Sólo la presión de responsables de la propia Diputación y de familiares de la trabajadora hicieron ver a Millán que su decisión era "insólita", una "barbaridad" y que se arriesgaba una triple denuncia en los tribunales por parte del organismo provincial, los sindicatos y la afectada.

A la búsqueda de otro candidato

Ciudadanos Sevilla no sólo exigirá la dimisión de Millán, sino que baraja ya otros candidatos para la Alcaldía de Sevilla, pues se habrán de celebrar primarias de cara a las municipales de mayo, en las que se considera que la formación naranja debe rentabilizar el gran avance que ha registrado en las andaluzas, donde ha pasado de nueve a 21 parlamentarios. Se considera que en la actualidad, con Millán queriendo ser candidato y un grupo de solo tres concejales, Ciudadanos no tendría capacidad para aprovechar el gran momento que la formación vive en toda España.

Ese mismo año de 2017 en que Millán trató sin éxito de echar a la secretaria de la Diputación, calificó en una conversación teléfonica a Ciudadanos de "panda de amigos" y descalificó a dirigentes nacionales y a otros cargos públicos de su formación. Reconoció en la misma charla teléfonica, de la que este periódico reprodujo el contenido, que la Asamblea Nacional de Ciudadanos, celebrada en Coslada (Madrid) unos meses antes, había ido mal para sus intereses, pues quedó excluido del Consejo General del partidoquedó excluido, pese a su doble condición de portavoz (Ayuntamiento y Diputación) de la cuarta ciudad de España.

Enfrentado a Albert Rivera

Millán quedó fuera como consejero general nacional de Ciudadanos porque rompió la disciplina de voto y votó varias veces en contra de la posición del propio Albert Rivera en la ponencia de Ideario. En esta ponencia, como corresponde a su denominación, se estaba diseñando el nuevo ideario del partido, donde se consolidaba a Ciudadanos como un partido liberal, progresista y constitucionalista. En la comisión de esa ponencia, que la defendía Rivera en primera persona, estaba adscrito Javier Millán. Y el edil sevillano votó un par de veces en contra de la la línea oficial. Esta fue la causa de que se quedara fuera como consejero general.

En esa cita de Coslada se acentuó el enfrentamiento de Millán con casi todos los resortes de Ciudadanos, pues encajó muy mal no verse con plaza en ese consejo general, desconectado de los fogones del partido en Madrid. Ahí empezaron las malas relaciones de Millán con muchos de los miembros más destacados de Ciudadanos.

El desencuentro de Millán con Ciudadanos y su falta de sintonía con la cúpula de Madrid fue aumentando con los meses. Albert Riveraninguneó a Millán en una visita a Sevilla el pasado julio, donde en un foro reconoció que se buscaba un Manuel Valls para aspirar a la Alcaldía de la capital de Andalucía. Millán, que ni siquiera estaba sentado en ese foro, no existió para el líder incuestionable de la formación naranja, cuando lo habitual es que los máximos representantes de los partidos aprovechen sus visitas a otras capitales para aupar a los cargos provinciales.

Orillado de la reciente campaña

En la reciente campaña de las elecciones autonómicas, Millán ha estado alejado de los focos. El partido ha tenido especial cuidado en que no apareciera junto a los principales líderes. Ni siquiera lo hizo con ocasión de la que fue uno de sus contactos más fluidos en Madrid, la portavoz municipal Begoña Villacís.

Uno de los motivos de queja de los afiliados sobre Millán es su "falta de cercanía y colaboración". Critican que sólo acude a los sitios para "hacerse la foto" y "no aporta nada positivo para el partido", así como que ha tenido las redes sociales de Sevilla "secuestradas para hacerse autopropaganda". De hecho, se hizo cargo de las redes el todavía concejal Javier Moyano. En esas cuentas sólo se publicaban mensajes sobre Javier Millán y nada sobre la diputada autonómica Marta Escrivá o la diputada nacional Virginia Salmerón.

La cuestión de las redes sociales supuso un motivo fuerte de ruido interno, hasta tal punto que el partido tuvo que crear un perfil de redes nuevo de ámbito provincial porque no difundían ninguna acción de otros compañeros del partido que no fuese del propio Millán. Se le achaca falta de "colaboración con los afiliados". Y cuentan el caso reiterado de la instalación de carpas en la calle para promocionar al partido a las que Millán acudía como portavoz municipal y provincial, pero "se hacía una foto y a los cinco minutos se iba. Y, después, Moyano le publicaba las fotos en las redes sociales ignorando el trabajo de los afiliados que estaban allí durante horas".

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