La Ciudad Expo del 29 que se bebió una Copa del Rey
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De Exposición. Esta ciudad del Sol le da sombra a un barrio crecido con un enjambre de hotelitos que acogieron al personal de la Exposición Iberoamericana de 1929. En un extremo, el puente del Quinto Centenario. En el otro, el estadio.
Heliópolis. Ciudad del Sol. El nombre de un barrio de El Cairo. Barrio de un equipo con nombre de faraón. 25 de junio de 1977. Júbilo de veinte penas máximas que toda pena borraron.
García Soriano. Marca.
María Teresa Vallejo (Algeciras, 1933) llegó a Heliópolis, a los pabellones militares, en 1953. "Los entregó Franco". Allí nacieron sus siete hijos, cinco varones y dos hembras. "Mi marido y los dos mayores, Julio y Antonio, eran sevillistas. Yo siempre fui bética y el tercero, Chele, dice que nació con el corazón verde".
Guisasola. Marca.
Daoiz y Velarde fueron los primeros mandos de la Maestranza de Artillería de Madrid. El último, el coronel Julio del Junco. En casa tuvieron sus particulares pactos de la Moncloa. Zoido era muy amigo de Julio, su hijo mayor, y Javier Arenas, compañero de curso de Antonio, el segundo. "Venía a casa a tomar picacostes con cola-cao". Los vecinos que la marcaron fueron los Chaves.
Del Pozo. Marca.
Tere trabajaba en la Expo y cada vez que Chaves visitaba el recinto se le acercaba y le daba dos besos. "Me decían si era sociata". Los Chaves vivían justo encima. "Manolo venía a recoger a África, su madre, para llevarla a misa al Claret. Una vez lo vi llevándola a ver Los Puentes de Madison".
Churruca. Marca.
Los hijos llegaban como los penaltis de aquel partido: Julio, Antonio, Chele, Manoli, Pepe, Paco y Carolina, que le ha dado dos bisnietos alemanes, Leo y Marcos. "El padre es arquitecto cordobés y mi nieta traductora". Viven en la Selva Negra.
López. Marca.
En 1977, el año que el Betis gana la Copa, Antonio del Junco, sevillista del barrio del Betis, conoce a Margarita. "Fue en la esquina del Avelino. La gente de Heliópolis nos solíamos casar con gente de Los Remedios".
Escalza. Marca.
"Al paso de cebra de la calle de García Tejero con Tajo le decimos Abbey Road", dice Antonio. Allí vivió Julio Matito y en la calle Amazonas vivían los hermanos Pedro y Pepe García Mauricio. El primero estuvo en Los Lentos y fue guitarrista de Silvio. José Manuel Soto, que el 2 de julio canta en Madrid, vive en la casa que fue del biólogo Javier Castroviejo.
Biosca. Marca.
Mariano Martín Cacao nació en noviembre de 1956 en esta casa de la calle Chile esquina con Júcar. Vuelve a recoger el piano. Tenía 20 años cuando el Betis ganó la Copa. "Odiaba al Betis, porque era imposible estudiar Matemáticas los días de partido". Nació en esta Sevilla del 29 y trabajó en el Jardín Americano del 92.
Irureta. Marca.
Martín Cacao no sabe que Javier López, exportador de salazones, fue el autor de los dos goles. No se sabe el equipo del Betis, pero da la alineación de once árboles típicos de Heliópolis: fresno, naranjo amargo, almez, arce, catalpa, morera de papel, jacarandá, níspero, palo borracho, seibo, melia. Su mujer es soriana, como Luis del Sol, padrino de la Ciudad Deportiva.
Cardeñosa. El balón sale fuera.
El barrio de Heliópolis lo hizo la constructora Rus, un conjunto de hotelitos para el personal de la Exposición Iberoamericana de 1929. "Hasta que llegó la crisis algunos se llegaron a vender por dos millones de euros", dice el fotógrafo-guía. Los había de tres categorías: exentos de esquina, exentos normales y adosados.
Dani. Detiene Esnaola.
"El quiosco (da a la calle Honduras) lo abrió mi suegro para el 29". El suegro de María Perozo era de Zamora. Recuerda el jolgorio de la final de junio, "igual que los doce o trece goles que le metimos a Malta, era diciembre y la gente se bañó en la fuente".
Sabaté. Marca.
Antonio del Junco empezó con la fotografía porque era muy mediocre dibujando. "Un día vi una estampa familiar y no quise que se perdiera. Fui a Ebro, 7, donde vivía mi tía Maenia, hermana de mi padre, cogí una Voig-Lander y conseguí la foto. Ebro, 7, era el paraíso. Mis primos iban descalzos, comían bocadillos".
Amorrortu. Marca.
En la calle Amazonas había un cuartel de la Guardia Civil, cuerpo al que pertenecía Dani, autor de uno de los goles del Athletic de Bilbao que falló el penalti que conjuró el fallo de Cardeñosa. El barrio limita por un lado con el estadio; por el otro, con el puente del Quinto Centenario.
Alabanda. Detiene Iríbar.
El equipo que ganó la Copa del 77 se reunía todos los últimos viernes de mes en Cambados. Dice José Carlos Padín que desde que murió Sebastián Alabanda, ya no es lo mismo. Cambados se abre un año antes de la gesta, en 1976. El final de un sueño de Manuel Padín, un personaje digno de una novela.
Villar. Detiene Esnaola.
"Mi padre nace en Castrelo, aldea de Cambados. Se enroló en la Marina Mercante, llegó a Guinea Ecuatorial, se casó y tuvo dos niños negros. Uno vive en Londres, otro en Amsterdam. Montó un taller mecánico como el de Palmeras en la Nieve. Con el golpe de Obiang volvió a España y montó una empresa de camiones".
Esnaola. Marca.
José Carlos tenía dos años y medio cuando ganó el Betis y lleva el bar con su hermano Javier. Su madre, Rosario Sumariba, es sobrina de Canelo, que tenía una venta debajo del puente, "yendo para el lago de los hippies, la esclusa". Se casó con el gallego, se fueron a Ponferrada y en Medina del Campo tuvo un accidente de tráfico. En Sevilla, el coronel Chaves, el padre del ex presidente de la Junta, lo convence para que se haga con el bar Rías Bajas, consulado del pulpo.
Alexanco. Marca.
Llega a Cambados Pilar Parejo, la mujer de José Manuel Soto. "Mi hijo jugaba en los juveniles del Betis, pero se lesionó el menisco". En Heliópolis se practicaba el I+D+I con la Estación Biológica de Doñana y el Instituto de la Grasa. Ciencia pura.
Eulate. Marca.
El balón del partido está en la casa de Eulate en Ponferrada, donde llegó el dueño de Cambados después de sus memorias de África. Las pandillas quedaban en la placita Chica. La más grande se llama de Los Andes, la más próxima al mítico Avelino.
Rojo. Repite y marca.
El bar Jamaica es de 1966. Ya llevaba seis años Luis del Sol jugando en la Juventus de Turín. El 2 sigue parando en el bar Parada, del que era parroquiano el periodista José Antonio Blázquez, un buen sevillista del barrio-dormitorio del Betis.
Bizcocho. Marca.
Bizcocho llegó a ser concejal de Coria del Río, la Baracaldo del Sur. El equipo titular de Heliópolis lleva el nombre romano del Guadalquivir. Aquel desenlace sin fin fue la quimera de Helenio Herrera: veinte penaltis, dos equipos de diez futbolistas.
Iríbar. Detiene Esnaola.
No hay chopos en la botánica de Heliópolis. La Ciudad Expo del 29 cuando sólo estaban los hotelitos, el Claret y los pabellones militares. Alimentación Benito era una mercería donde los hijos de Tere le compraban pañuelos por su cumpleaños.
La congregación que popularizó el hockey patines
Heliópolis es uno de los barrios más singulares de Sevilla. El proyecto inicial era de 390 chalés, un complejo de arquitectura regional andaluza conocida como Hoteles u Hotelitos del Guadalquivir. Algunos de los nuevos pulmones de la ciudad, como el barrio de los Bermejales o el parque Guadaíra, nacieron en su entorno más cercano. El colegio Claret es tan popular como el estadio de fútbol: en sus aulas estudió Felipe González, que asistió en el Vicente Calderón a la final de hace cuarenta años un día después de cumplimentar al rey Juan Carlos el día de su santo, acto en el que coincidió con Suárez y con Carrillo. Los claretianos llegaron a Heliópolis en 1940, primero a una casa de la calle Amazonas, después al colegio donde popularizaron la práctica del hockey sobre patines.
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