Cirujanos del Virgen del Rocío realizan el primer implante de una prótesis de esternón y ambas clavículas a medida en Andalucía

Avances médicos desde Sevilla

La cirugía buscaba frenar un sarcoma inducido por radioterapia en la zona y devolver la movilidad total

Dos meses después de la intervención el paciente se recupera con rehabilitación

El equipo de cirujanos que ha participado en la intervención en el Hospital Virgen del Rocío con el doctor Javier de la Cruz a la derecha..
El equipo de cirujanos que ha participado en la intervención en el Hospital Virgen del Rocío con el doctor Javier de la Cruz a la derecha.. / H. U. V. R.

Un grupo de cirujanos del Hospital Virgen del Rocío han logrado reconstruir una gran parte de la caja torácica de un paciente con una prótesis a medida fabricada con titanio. La intervención se realizó en la última semana de noviembre y el paciente, un hombre de 61 años, está progresando en su recuperación a más velocidad de la que esperaban los propios médicos, según reconoce el cirujano torácico que lideró la operación, el doctor Javier de la Cruz. "El paciente ha recuperado totalmente la movilidad. Ahora está en un proceso de rehabilitación porque está todo muy reciente, pero he hablado con él recientemente y está encantado de poder haber recuperado la normalidad en su vida", dice.

La implantación de prótesis óseas realizadas a medida del paciente es una rama de la medicina que ha llegado para quedarse y aportar cada vez más soluciones. La intervención realizada recientemente en el Virgen del Rocío da un salto más allá ya que ha convertido al hospital en pionero en este tipo de cirugías en Andalucía y casi de España, donde apenas se cuenta con una experiencia anterior en Bilbao, pero de menor envergadura, en implantar en un paciente una prótesis de todo el tercio superior del esternón y las dos clavículas con sus articulaciones con el fin de que tuviese una movilidad total.

El objetivo de la operación era frenar un sarcoma inducido por un tratamiento anterior de radioterapia por otro adenocarcinoma de glándula submaxilar del que el paciente llevaba unos seis años tratándose y que, tras varias intervenciones, se seguía reproduciendo. Fue en una de las últimas revisiones con los cirujanos maxilofaciales que se encargaban de su seguimiento cuando el paciente comunicó sentir un fuerte dolor y abultamiento en la zona superior del esternón que, tras el estudio en el comité de tumores torácicos del hospital, decidieron analizar pinchando dicha lesión y tomando una muestra del hueso, que determinó la localización del sarcoma radioinducido. "La radioterapia que había recibido el paciente para tratar el adenocarcinoma de glándula submaxilar tanto en el esternón como en el cuello forma parte del tratamiento adyuvante, es decir, de ayuda para limpiar la zona al estilo de la quimio, pero puede producir a largo plazo una degeneración a sarcoma y eso es lo que le había ocurrido a este paciente", explica del doctor De la Cruz. "A partir de aquí, valoramos la indicación quirúrgica de recepción para el mismo y nos pusimos todos a trabajar para generar la prótesis porque el defecto óseo era muy amplio y requería de poder hacerle recuperar su vida cotidiana", añade.

La intervención, paso a paso.
La intervención, paso a paso. / Fuente: H. U. V. R. Gráfico: Dpto. de Infografía

Para ello, se tomaron imágenes de TAC de alta resolución y se hizo una reconstrucción de la zona en tres dimensiones. Con ella, la casa comercial que suele suministrar de prótesis al Virgen del Rocío contó con la participación de un grupo de ingenieros biomecánicos de Las Palmas que fabricó las piezas a medida para este paciente. Los médicos conocían algún caso de fuera de Andalucía, en Bilbao, en el que había participado el doctor De la Cruz, y, pese a que este caso era "más espectacular" porque había que hacer más recepción del esternón y de las clavículas, optaron por esta solución pensando en que el paciente, joven y con una vida activa, se curase del cáncer y, además, pudiese preservar su movilidad. Detalle que la casa comercial resolvió colocando material esférico para que las prótesis de las clavículas tuvieran una capacidad de movimiento similar a la de las articulaciones humanas.

Doce horas de quirófano

En esta operación, la particularidad fue más allá de la gravedad del tumor. Como explica el doctor De la Cruz, la dificultad viene dada por la ubicación de la lesión. Una zona con muchísima vascularización con todos los vasos que salen del corazón y que van a la cabeza y los miembros superiores y en la que, la rotura de unos de ellos, puede suponer la muerte del paciente en quirófano. "Todo salió bien, se pudo separar todo y no hubo ninguna afectación de los vasos", detalla el cirujano.

Por su parte, la complicación de la cirugía la aporta la reconstrucción realizada a medida para el paciente a partir de imágenes en 3D (tres dimensiones). En este sentido, el defecto óseo que produce la extirpación del tumor en la zona torácica es una de las mayores dificultades del proceso. "No sólo basta con una solución estética hacia el exterior, hay que garantizar el movimiento de la caja torácica para que se puedan hacer los movimientos respiratorios y el paciente no haga una insuficiencia respiratoria", explica.

La intervención, en la que participó un equipo multidisciplinar formado por cirujanos de la unidad de Cirugía Torácica, oncólogos y profesionales de la unidad de Cirugía Plástica y Reconstructiva, tuvo una duración de doce horas, desde las nueve de la mañana. Lo primero fue extirpar la zona afectada por el tumor, más un área de seguridad, como es habitual. Entre otras cosas, se hizo una resección de todo el tercio superior del esternón y las dos clavículas con sus articulaciones correspondientes. Es decir, toda esa zona se extrajo. Después se colocó la prótesis, que llega desmontada al quirófano y los cirujanos van articulándola según la colocan en el mismo acto quirúrgico. Quedó fijada a los huesos con tornillos de titanio y con ligamentos de cadáver que proporcionó el banco de tejidos. Además, a ambas articulaciones se les hizo un refuerzo con tendones del extensor largo del pie, de unos 30 ó 40 centímetros, que también fue facilitado por el banco tumores. Por su parte, sobre la prótesis, los cirujanos plásticos hicieron un injerto con un colgajo de vasto externo del muslo del propio paciente.

Recuperación en tiempo récord

Tras el alta hospitalaria, apenas doce días después de la intervención, el paciente se encuentra en estos momentos en un proceso de rehabilitación y está en tratamiento de quimioterapia "como parte del protocolo". Pero sin rastro del tumor originario. Su vida, como el propio paciente ha dicho en declaraciones a este periódico, "ha dado un giro radical".

Para Alfonso Gamero recibir la noticia de lo que podría volver a ser un tumor en una de las últimas revisiones de seguimiento sobre un cáncer ya superado supuso un "vuelco" por "tener que volver a empezar todo el proceso". Sin embargo, el haber caído en las manos del equipo del doctor De la Cruz es algo ante lo que se queda sin palabras de agradecimiento. "No sé cómo agradecer la maravilla que han hecho. El doctor y todo su equipo se han volcado conmigo. Se han involucrado en todo, en buscar las prótesis, en hacer que todo saliera bien. No puedo estar más contento y gradecido a todos los que han participado", relata emocionado.

Su recuperación se encuentra en una fase de rehabilitación, con unos primeros ejercicios que realiza en casa por indicación médica, y que se complementará con sesiones en el hospital en las próximas semanas, pero, según su propio relato, ha recuperado totalmente la movilidad y en estos escasos dos meses desde que fue intervenido ya puede mover los brazos sin limitaciones, aunque "siempre con precaución", destaca Alfonso Gamero.

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