Cien años educando

En el corazón de Triana y por orden del alcalde de la ciudad, Cayetano Luca de Tena, se mandó construir el que fue el primer colegio público del barrio para atender a los niños del arrabal. Obra del arquitecto Aníbal González y declarado Bien de Interés Cultural, fue inaugurado por los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia el 24 de marzo de 1909 y, posteriormente, tomó el nombre del director José María del Campo.

Durante el pasado curso, el colegio celebró su primer centenario con un variado programa de actividades lúdicas y formativas con las que se conmemoraron los cien años de labor educativa, de dedicación a los niños y a las familias del barrio de Triana. "El colegio ha estado muy vinculado al barrio, ya que se empleó como comedor social durante la guerra civil y también prestó asistencia a las familias durante las inundaciones de la ciudad", explica su directora, María Montero.

A su vez, fue el primer centro que se acondicionó para alumnos con dificultades motóricas y que cuenta con un aula de educación especial. "La oferta es muy amplia completando con los ciclos de infantil y primaria. El centro es plurilingüe, oferta inglés y francés como segunda lengua dentro de algunas asignaturas", añade la jefa de estudios, Dolores Abadías.

El programa de actividades incluyó varias conferencias, recitales de poesía, representaciones teatrales y la creación de un proyecto para la construcción de un museo pedagógico en el centro. Todas ellas se sumaron a la gran fiesta de cumpleaños en la que los alumnos, vestidos según la época, escenificaron la inauguración acontecida en 1909.

La clausura del centenario tuvo lugar ayer con el descubrimiento de una placa conmemorativa en un acto al que acudieron los delegados Esther Gil y Joaquín Díaz, el equipo directivo, profesores, padres y antiguos alumnos. Entre ellos, los hermanos Fernández guardan el mejor recuerdo de su infancia entre estas paredes adornadas por la cerámica. Junto con compañero José Valle destacan la labor de los antiguos maestros. Nombres como don Juan, don Lirio, don Sebastián o don Ángel quedarán grabados en su memoria.