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La Catedral, visitable desde sus azoteas

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Un programa del Cabildo de la Catedral de Sevilla permite acceder hasta las cubiertas de la iglesia a través de una estrecha escalera de caracol situada junto al monumento de Colón.

Foto: Antonio Pizarro
Efe, Sevilla

28 de marzo 2011 - 16:21

La Catedral de Sevilla se puede visitar desde las azoteas para admirar las distintas zonas que componen el mayor templo gótico del mundo desde más de treinta metros de altura así como acercarse, hasta casi tocar, la Giralda.

Un programa del Cabildo de la Catedral de Sevilla permite acceder hasta las cubiertas de la iglesia a través de una estrecha escalera de caracol situada junto al monumento de Colón.

Cuando acaba la escalera de caracol, una pequeña puerta da acceso a las cubiertas en el primero de los tres niveles a los que se puede subir.

Sobre el primero y segundo nivel se puede andar gracias a que los huecos de las bóvedas fueron rellenados con vasijas y tinajas de Triana hasta dejar casi plano el suelo, lo que no ocurre en el último nivel del templo, que conserva los huecos y hace impracticable caminar por esa zona.

Con ese sistema de tinajas, algunas de ellas visibles por el arreglo de dos pilares, se evitaba el peso excesivo y se creaba una cámara de aire.

Además, en una de las cubiertas quedan restos de la traza maestra, que consiste en dibujos que el maestro constructor hacía sobre el suelo con las curvas, cortes y piezas necesarias y con los que los canteros sacaban las plantillas en madera para pasarlas a la piedra.

La visita continúa por un pequeño pasillo que recorre el interior de la Catedral, que se empezó a construir en torno al año 1433 y acabó en 1506 y que también incluye restos almohades, renacentistas y barrocos.

Desde ese pasillo se tiene una visión inédita del altar mayor, de las vidrieras y de los dos órganos así como de los ángeles que los rematan, de tres metros de altura y tallados sólo en los elementos que el público ve desde abajo.

Uno de los problemas de la iglesia que puede percibir el visitante es la erosión de la piedra, traída desde El Puerto de Santa María (Cádiz) en barco, un sistema que era más barato que el transporte de la piedra por caminos desde la Sierra Norte, donde tiene mucha mayor calidad.

Uno de los guías de estas visitas, Borja Monclova, explica a los visitantes los problemas que causa la piedra de baja calidad y los trabajos de restauración que, por ello, se hacen permanentemente en el templo.

En los tejados también se observan unas piedras que, en forma de setas, tapan unos orificios hechos en las capillas para ventilar los humos del incienso y de las velas.

Para hacer la visita, el Cabildo de la Catedral exige que se haga en grupos de entre 10 y 25 personas, a los que se le cobran 10 euros con derecho a ver el templo de forma tradicional, por las azoteas y también subir a la Giralda.

Existe una limitación para la visita por las azoteas para personas con menos de 13 años y más de 70, y hay pases por la mañana y por la tarde, aunque los fines de semana sólo hay por las mañanas.

En breve estará disponible un sistema de reservas a través de internet por medio de la web oficial de la Catedral.

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