“Con el dinero que nos da la Junta no tenemos ni para pagar las nóminas”
Miguel Ángel Castro, rector de la US
Miguel Ángel Castro afronta los últimos meses de su mandato "extraordinariamente preocupado" por una financiación pública "insuficiente" y la inexistencia de un plan plurianual de infraestructuras
El rector de la Universidad de Sevilla (US), Miguel Ángel Castro, afronta los últimos meses de este mandato "extraordinariamente preocupado" por la insuficiente financiación pública de 2019 y un futuro que se dibuja poco esperanzador.
–¿Cómo se presenta el nuevo curso 2019-2020?
–El curso ha arrancado sin incidencias. La Universidad de Sevilla vuelve a ser un año más la universidad andaluza con más demanda de estudiantes y con las notas de corte más altas. Hemos llenado de nuevo todas las plazas que ofertamos. Nuestra universidad es la más deseada.
–Habla de los estudiantes. ¿Y los investigadores, también prefieren trabajar en la US?
–Igual. Somos la universidad andaluza que más financiación recibe en las convocatorias competitivas. Por ejemplo, de cada tres euros que entran en Andalucía dentro del programa de investigación europeo Horizonte 2020, uno lo ha captado la US. Además, somos la tercera universidad española en captación de fondos nacionales. El índice de impacto de nuestras publicaciones supera en varios puntos a la media de España y de la Unión Europea, somos líderes en España en patentes internacionales y hemos ascendido hasta la segunda posición en patentes nacionales.
–Sin embargo, según el último informe de la Fundación CYD, la US es la tercera universidad española que menos financiación pública recibe por alumno.
–Cuando nuestra universidad se mide con otras en procedimientos competitivos, somos líderes. En la última convocatoria europea para infraestructuras, la US ha sido de nuevo la que más dinero ha captado a nivel andaluz. Pero cuando la Junta de Andalucía reparte anualmente los fondos de los que dispone, ahí no salimos tan bien parados. Esto no es competitivo, es una decisión gubernamental. Pero, teniendo en cuenta que somos de las peores universidades financiadas y, al mismo tiempo, la que más alumnos tiene de Andalucía, deberíamos realizar una valoración muy positiva de la gestión que hace la US dado los limitados recursos que posee.
–¿En qué punto se encuentran las negociaciones sobre el tan ansiado y prometido modelo de financiación?
–No hay negociaciones. Lo único que tenemos es el compromiso del señor consejero de Economía, Conocimiento, Empresas y Universidad, Rogelio Velasco, de reunirse con los rectores para expresarnos los principios fundamentales del modelo que nos quieren presentar. Yo estoy muy esperanzado y con los ojos bien abiertos.
–¿Esto último lo dice con cierto retintín?
–En absoluto. Yo no tengo retintín (sonríe). Mire, no hay partido político, dirigente o responsable de una alta institución política que, en algún momento de su discurso, sea cual sea éste y su color, no incluya en algún momento la siguiente frase: "Queremos transformar la sociedad a partir del conocimiento porque una economía basada en el conocimiento provocará un cambio positivo". Esto es como una frase necesaria para poder seguir hablando, pero después de esa frase no hay nada. Todavía no he visto después de esta frase, machacada y maltratada, ninguna acción o medida. Por eso yo, al igual que ayer, sigo esperanzado.
–¿Cómo afecta esta demora a las cuentas de la Universidad?
–De manera sustancial. Estamos en un momento extraordinariamente delicado y estoy extremadamente preocupado. Vamos a cerrar el ejercicio de 2019 con una situación especialmente delicada. Por primera vez, la Junta le ha permitido al sistema público universitario utilizar los remanentes no afectados, cifrado en 40 millones de euros, autorizando a las universidades a que incurran en un déficit controlado.
–¿Qué significan estos 40 millones exactamente?
–Los remanentes no afectados son el dinero que las universidades han ido acumulando año tras año porque no lo han gastado. Ojo, no nos lo gastamos no porque estuviéramos sobrefinanciados, sino porque ese dinero nunca llegó, fuimos muy prudentes en la gestión y retrasamos todos aquellos proyectos que teníamos que hacer. El remanente no afectado es el dinero que siempre prometieron y que nunca llegó. ¿Y qué ocurre ahora? Pues que la Junta aprueba un presupuesto insuficiente de nuevo y con este dinero no tenemos ni para pagar las nóminas. ¿Y cómo lo han solucionado? Autorizándonos a utilizar los remanentes no afectados e incurrir en un déficit. Pero con este dinero no puedo transformar la Politécnica o conservar el patrimonio de la Universidad, sólo puedo pagar a los profesionales que están aquí. Por tanto, preocupación absoluta.
–¿Y 2020? ¿Cómo se presenta?
–Cuando veo el anteproyecto del presupuesto de 2020, mi preocupación es mayor, ya que la situación es igual o peor. La partida en investigación es la misma, incremento cero. La de inversiones, peor, es más doloroso aún.En 2019 ya nos quitaron 30 millones y para 2020 el presupuesto es el mismo que el año anterior. Y el apartado de la operativa no crece ni un 2%. Con esto de nuevo no tenemos ni para pagar las nóminas. Ante esta situación, ya le advierto que, sin conocer el futuro modelo de financiación, si esto no cambia, en 2020 nos volverán a dar otros 40 millones de euros de los remanentes no afectados a repartir entre todas las universidades andaluzas.Si esto ocurre, se habrán cargado, no sólo la realidad actual, sino las posibilidades de futuro de un sistema que es el único que le puede prometer a la sociedad una transformación real.
–A esto hay que sumarle la deuda que la Junta arrastra con la Universidad de Sevilla ¿A cuánto asciende esta deuda a día de hoy?
–Nos tienen reconocidos casi 70 millones, pero nos lo quieren pagar con los remanentes no afectados. Es decir, nos quitan los ahorros y nos dejan más pobres y más indefensos que antes.
–Hace dos años, la Junta aprobó un sistema de bonificación para las matrículas. ¿Está pagando el gobierno andaluz a las universidades el coste de las matriculas?
–No hay retrasos, pagan religiosamente, pero ¿sabe usted cuánto le cuesta al sistema las bonificaciones? 40 millones. ¿Le suena de algo esa cantidad? ¿No será realmente que no nos están pagando las bonificaciones, que no quieren invertir en el sistema público universitario? Nos pagan 40 millones en concepto de bonificaciones de matrícula, pero al presupuesto anual le faltan 40 millones. Qué coincidencia. Decía Einstein que no existía el azar, que Dios no juega a los dados.
–Otro de los asuntos pendientes a nivel andaluz es la reorganización de los catálogos de títulos y las duplicidades. ¿Cómo puede afectar esto a la Universidad?
–Antes de contestarle, le voy a hacer tres reflexiones. En los últimos 20 años se ha repetido insistentemente esta idea de las duplicidades de títulos, de la excesiva presencia de instituciones universitarias y la calidad mediocre a nivel internacional de las universidades públicas ¿No es llamativo que seguimos teniendo el mismo número de universidades públicas y se han más que duplicado el número de universidades privadas? Lo público sigue como estaba, no ha crecido, y lo privado sí. Segunda cuestión. Cómo es posible que se piense que hay duplicidad de títulos y, al mismo tiempo, se permitan títulos a universidades privadas. Espero que la Junta haga una reflexión y que también tenga un modelo para las universidades privadas a este respecto. Y viene la tercera reflexión. No espere ver, desgraciadamente, a ninguna universidad privada española en ningún ranking. Sin embargo, todo el sistema universitario público español tiene presencia en el 5% de la elite de las universidades del mundo. Todas. Esto es algo que parece que no es interesante decirlo.
–¿Cree que las universidades privadas gozan de favoritismos?
–En Andalucía hay un interés en este momento importantísimo en las universidades privadas. Hay ciudades que han reservado espacios urbanos para universidades privadas, espacios urbanos. Cuando encuentre a algunas de las universidades privadas existentes o proyectadas en alguna clasificación de estas que nos dicen que nosotros no estamos, me llama para ir con usted a celebrarlo, porque es bueno que haya un sistema universitario potente, público y privado. A pesar de todo, seguirán atacando al sistema público, donde personas como usted y como yo nos formamos, y que no podíamos haberlo hecho de otra forma. ¿No hay algo interesado aquí?
–¿Le preocupa que las universidades privadas robe alumnos a la pública de Sevilla?
–¿Sabe quién va a las universidades privadas? Los que no pueden entrar aquí. No conozco a ningún aspirante a estudiante universitario que, por cuestiones académicas, prefiera irse a una universidad privada antes que a una pública. Los motivos son otros. Las universidades privadas son un negocio y no creo en su proceso de selección, un proceso que ya quisieron imponernos, ¿lo recuerda? Querían quitar la selectividad, hacer entrevistas y que las universidades seleccionásemos a nuestros alumnos. Creo en un sistema que apueste por la formación desde la igualdad de oportunidades, en el que sólo se mida el mérito y el conocimiento, no el dinero de tus padres, ni la procedencia, credo o raza.
–Ha manifestado su oposición a que se elimine la Selectividad pero qué opina de crear una prueba única a nivel nacional.
–El problema no está en que cada comunidad tenga su prueba. No importa en qué región estés. Está demostrado que la diferencia en la nota final es mínima. La gran diferencia está en el colegio o en el instituto que te hayas formado, ya que la nota cuenta el 60% de la calificación final. Ahí sí hay grandes diferencias.En Sevilla, y lo conozco bien, hay centros en los que sus alumnos, sistemáticamente, tienen una media muy superior a la nota que consiguen en Selectividad. Todavía no he visto a nadie ir a Madrid a quejarse y a mostrar su preocupación por este tema.
–Cambiando de tema, ¿cuándo podrán los filósofos disfrutar del nuevo Campus de Humanidades?
–La ausencia de un plan plurianual de infraestructuras nos obliga a sacar adelante nuestros proyectos a pulmón, y esto provoca retrasos. Vamos a la velocidad que podemos, pero avanzamos con sensatez y de acuerdo a un plan director diseñado al milímetro. En este maravilloso edificio (la antigua Fábrica de Tabacos) no sobra ni un metro cuadrado y hay que ir encajando las piezas como si de un puzle se tratase. A pesar de todo, los filósofos deberían estar aquí en el curso 2020-2021.
–La antigua Fábrica de Tabacos es un edificio que está suscitando últimamente mucho interés.
–Cada rincón de este maravilloso edificio tiene un propósito que incide en la sociedad en su conjunto. Lo digo porque se escuchan grandes ideas para hacer cosas con este edificio. Yo le recomendaría a los grandes ideólogos, politólogos y a cualquier otro ólogo que se le ocurra decir cosas sobre este edificio, que miren otros, que este edificio ya tiene un fin. Si quieren hacer grandes espacios para la ciudad, existe un montón de edificios que están desbaratados, que los arreglen, que no vengan a éste.
–¿Y la nueva Escuela Politécnica en la isla de la Cartuja? ¿Cuándo estará listo el Cateps?
–Se está trabajando a marchas forzadas. En 2020 deberían concluir las obras, pero después hay que equipar el edificio. Mi sueño es que se realice el traslado en el curso 2021-2022 o en el 2022-2023 como muy tarde.
–El próximo mes de febrero culmina su mandato. ¿Volverá a presentar su candidatura como rector?
–Mi próximo compromiso es mañana lunes ante el Claustro, al que presentaré el informe de gobierno de cuatro años. Me debo al Claustro y me examinaré ante ellos. Y el día 31, 303 personas, elegidas por toda la comunidad universitaria, votarán sobre lo que hemos hecho.
–Pero al margen de esta votación, a nivel personal ¿desea o no repetir en el cargo?
–Al margen de mi Claustro no hay nada.Yo estoy aquí porque ellos lo decidieron. Primero, escuche al Claustro y, luego, viene y me lo pregunta otra vez.
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