Castro dispuso de la cuenta del club como si fuera un "cajero automático"
Dos directivos reconocen a la juez que la cuenta no tenía límite de crédito ni supervisión alguna
El presidente del Sevilla, José Castro, dispuso de su cuenta de débito personal en la entidad como si fuera "un cajero automático" para la disposición de dinero en efectivo. A través de esa cuenta, "sin límite de crédito", sin plazo de devolución, sin "supervisión alguna" y de la que no tenía que dar explicaciones a la entidad, se realizaron pagos para "actividades privadas o de familiares". Así lo reconoció ayer el director de Administración y Finanzas del club, Javier Cano Navas, durante su declaración como testigo ante la juez de Instrucción número 11 de Sevilla, Cristina Loma, que investiga al presidente del Sevilla Fútbol Club, José Castro, por presuntas irregularidades en el uso de la cuenta.
Javier Cano reconoció que esa cuenta se ha realizado para hacer transferencias a empresas particulares del presidente, algo que han hecho "este presidente y también otros presidentes y miembros del consejo de administración", y agregó que esas cuentas no tenían supervisión alguna, "bastaba con la petición del titular", como miembro de administración del club.
El director general del club, José María Cruz, reconoció que Castro llegó a tener un saldo deudor de unos 325.000 euros, aunque esa cantidad quedó saldada en septiembre de 2017 con el abono de dos cheques. Este testigo también explicó a la juez que la cuenta "no tenía un tope de gasto máximo o límite de uso por el administrador ni plazo de devolución", y no ha sido hasta septiembre pasado cuando el Sevilla ha establecido un protocolo para limitar los gastos, el uso de la cuenta y la fecha de devolución de las cuantías.
Cruz ha precisado que este tipo de cuentas, de la que disponen, además del presidente, otros administradores que son socios y altos ejecutivos del club, se utilizaban para el pago de "gastos personales y no tenían ni tope de cuantía ni concepto por el que se obtenían", siendo empleadas en la práctica como "una especie de cuentas de préstamo personal con el club para gastos propios y que no tenían que justificar".
En cualquier caso, Cruz indicó que los movimientos de las cuentas se controlaban cada tres meses y añadió que "nunca" se detectó ningún riesgo de que no se devolvieran las cantidades satisfechas. Sobre la transferencia de 50.000 euros a una empresa del presidente, el director general aseguró que fue el propio Castro quien la autorizó y que tiene poder para efectuarla como presidente y consejero, a pesar de que el club, para realizar los pagos, cuenta con un poder mancomunado de tres consejeros delegados, bastando la firma de dos de los consejeros, y otro poder mancomunado del director general, del director financiero y del director deportivo, que debe ir acompañado de un consejero delegado.
Cruz concluyó diciendo que no considera "irregular" la actuación del presidente del Sevilla, ni que el uso de esta cuenta haya supuesto "ningún perjuicio al club porque ha sido reembolsada" la cantidad adeudada.
El director general y el responsable de finanzas del Sevilla estaban citados a declarar como testigos en el marco de la denuncia presentada por la Fiscalía contra el presidente del club, José Castro, por delitos de administración desleal y falsedad documental y a quien el Ministerio Público acusa de haber dispuesto "en su propio beneficio" de diversas cantidades de dinero por un importe global de 118.629,12 euros que, no obstante, ya han sido devueltas a la entidad.
Los dos directivos explicaron que este tipo de cuentas se crearon en 1998 con finalidad de recibir de los socios "aportaciones en momentos de dificultades económicas" del Sevilla, de "quiebra técnica", precisando que el club llegó incluso a adeudar a José Castro más de 600.000 euros en el periodo 1998-2005, en virtud de esas aportaciones realizadas por el actual presidente de la entidad. Por esas aportaciones, los socios nunca recibieron dinero y cuando la situación económica del Sevilla dichas cuentas se mantuvieron como una especie de "cuentas corrientes para fines privados".
Se estima que puede haber en torno a unas 15 cuentas de personas del consejo de administración, algunos socios destacados y altos ejecutivos, pero "nunca" ha habido ningún impago ni ningún problema.
Las fuentes indicaron que la utilización de esas cuentas es "absolutamente normal", dado que estaban contabilizadas, recogidas en el libro mayor y perfectamente auditadas. De hecho, los testigos señalaron que dos auditorías de cumplimiento no pusieron ningún reparo al funcionamiento de esta cuentas.
La regulación de la utilización de estas cuentas no se produjo hasta el 11 de septiembre de 2017, cuando el consejo de administración aprobó un protocolo escrito sobre el funcionamiento de las mismas, algo que los testigos enmarcaron en la regulación que el club ha venido haciendo en los últimos años de aspecto como la junta de accionistas, el consejo de administración, el código ético o la transmisión de acciones.
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