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Las Casitas Bajas de Amate se caen

Urbanismo La asociación de Santa Teresa advierte que la situación es "límite"

Las lluvias resaltan la deficiente construcción del barrio, sin cimientos y comido por la humedad · Cuatro familias sufren la caída de los techos del salón · La asociación de vecinos reclama realojos urgentes

A. S. Ameneiro

09 de marzo 2010 - 05:03

La humedad y el insoportable olor de las paredes apulgaradas por todos lados se está comiendo literalmente media barriada de las más de 700 Casitas Bajas de Santa Teresa, en Amate, a raíz de las lluvias que están destrozando esta zona levantada sin cimientos y con materiales pobres en pleno franquismo, hace 50 años. Cuatro familias han visto caer el techo interior de sus salones desde febrero. Las goteras infinitas, pese a los plásticos sobre las tejas, y la verdina en calles, aceras y fachadas da una idea de la situación.

La asociación de vecinos de Santa Teresa-Amate advierte que hay muchos más afectados, que cifran en 300 familias, callados por temor a que los Bomberos los obliguen a salir a toda prisa de sus infraviviendas y a costear unos gastos de apuntalamiento que no pueden permitirse. Los bloques de pisos que rodean a estas casas bajas no están afectados porque se rehabilitaron en su día con cimientos.

Una de las afectadas, Rosario Martín, una viuda de 56 años y siete hijos, recibe a este periódico sin dejar de llorar y lamentar las deudas y desgracias que se le repiten desde que enviudó hace ocho meses y se quedó con una paga de 300 euros. El 9 de febrero el agua le entró a caños en su vivienda, que aún es propiedad de la Consejería de Obras Públicas de la Junta. "De mi casa no me voy aunque se me caiga encima... Son muchos recuerdos desde que entré con 14 años y mi suegra", solloza mientras cuenta que no puede irse más tiempo a casa de su hija en Alcalá con otra de 17 años que mantener. En la Junta le dicen que contacte con la delegación provincial de Obras Públicas de San Andrés.

En un escrito enviado el jueves día 4 al concejal de Urbanismo, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, la entidad vecinal advierte de "la situación límite" creada por la lluvia, del "riesgo de derrumbe inminente" en muchas casas bajas y de la falta de medios económicos de los afectados. Hace dos años, el Ayuntamiento recomendó apuntalarlas, un plan que rechazaron los vecinos por el coste "disparatado" de 6.000 euros que debían afrontar.

Desde la directiva de la entidad vecinal, el presidente Francisco Ledesma y Rosario Morán reclaman realojos temporales de emergencia para estas familias sin recursos económicos mientras llega el plan integral de Tres Barrios-Amate. "Es una emergencia lo que tenemos y las administraciones tienen que actuar aportando un sitio seguro para alojar a las familias, que están aguantando por el miedo a la incertidumbre de dónde ir", afirman. El plan integral, aprobado ya, debe renovar por completo estas edificaciones con una cimentación adecuada. No cabe la mera rehabilitación porque las casas tienen "condiciones por debajo de los parámetros mínimos" y han "agotado su vida útil", reza el plan. El 90% de las casas son propiedad privada desde que hace un año las compraron a la Junta por unos 300 euros, y sólo un 10% siguen en manos públicas por cuestión de herencias y retraso en el papeleo.

A pocos metros de Rosario, Manuel Fernández, su esposa y dos hijos mayores viven con el salón a medio apuntalar por técnicos de Urbanismo desde el viernes y respiran porque la idea inicial era derribarla. Compraron la casa a la Junta hace un año por unos 300 euros, al igual que lo hizo el 90% de los vecinos, aún sabiendo la mala calidad de las viviendas. "No podemos pagar un alquiler de 600 euros con nuestro sueldo de empleados de limpieza; tenemos deudas", relata ella sobre la recomendación de buscar un alquiler que le ha dado el Ayuntamiento. El techo se cayó el Día de Andalucía con las paredes ya negras de la humedad.

Cuando todas las casas aún eran públicas, la Administración propuso soluciones para acabar con estas infraviviendas que el barrio no respaldó. La asociación recuerda que hace años la Junta propuso derribar el barrio y construir casas adosadas para acabar con las deficiencias constructivas con que se levantaron en los años 50, pero la mayoría de los vecinos votó en contra de asumir entorno a un 25% de la inversión. El plan se parecía a lo que se está haciendo en el Parque Alcosa, con el mismo problema que Amate agravado por un suelo de arcillas expansivas que se hincha y retrae.

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