La Casa Fabiola: 2.000 m2 para la Colección Bellver
El inmueble que comprará el Ayuntamiento es una construcción sevillana clásica llena de atractivos.
Un destacado exponente de casa-palacio clásica sevillana que es ideal para acoger la Colección Bellver. La próxima compra de la Casa Fabiola por parte del Ayuntamiento legará a la ciudad un nuevo espacio museístico en pleno centro histórico que parece diseñado para la gran cantidad de obras de arte que Mariano Bellver y su mujer, Dolores Mejías, han legado a la ciudad. El inmueble, que actualmente acoge la Delegación de Hacienda, dispone de 2.000 metros cuadrados distribuidos en varias plantas con numerosas estancias nobles que reúnen las condiciones adecuadas para acoger la notable conjunto de obras de arte entre las que destaca la fabulosa colección de pintura sevillana y andaluza del XIX y principios del XX.
La casa se encuentra en un estado de conservación excelente y podría acoger la Colección Bellver tras un proceso de musealización. Fue rehabilitada en su totalidad a principios de la década de 2000 tras ser adquirida a los marqueses de los Ríos por parte de la Fundación Lara. Como explican los arquitectos Antonio Urbano Castillo y Antonio Ángel Sotés Pérez en la publicación Casa Fabiola. Una sede con historia, editada por la propia Fundación Lara, el inmueble presenta una planta de trazado irregular que se distribuye en torno a un patio central.
Desde la magnífica portada de la casa ya se advierte la nobleza que aguarda en el interior. El zaguán está revestido por con un vistoso zócalo de azulejos sevillanos realizados mediante la técnica de artista en la prestigiosa fábrica de Ramos Rejano. Los responsables de la última restauración de la casa ofrecen una descripción minuciosa del fastuoso patio central: "Es el centro de relaciones de la casa con la ciudad y está construido con los elementos más cualificados: arcadas, columnas de mármol y galería en todo su contorno con grandes balconeras de carpintería de madera. Está revestido con un zócalo de azulejos, de la fábrica de Mensaque y Rodríguez".
La casa destinada a acoger la Colección Bellver es en sí misma un museo. Azulejerías, artesonados en madera policromados, pinturas decorativas, estucos, suelos hidráulicos o cenefas de escayola jalonan cada una de las estancias de las plantas baja y primera. Todos estos elementos se encuentran en un magnífico estado de conservación al haber sido restaurados con minuciosidad durante la última rehabilitación.
En la planta baja hay un buen número de despachos que se distribuyen alrededor del patio. Sus techos altos y las amplias paredes son ideales para la colección Bellver, como el propio coleccionista reconoció en una reciente visita. En uno patio secundario existe una bella fuente mural, con hornacina flanqueada por pilastras y rematadas por un frontón curvo que recuperó la policromía en la restauración.
La escalera principal está revestida de mármol blanco italiano con zócalo del mismo material. Por ella se accede a la primera planta, donde se encuentran las salas más nobles, como el antiguo salón de baile, la sala más espaciosa, que cuenta con grandes ventanales hacia la calle. En la segunda planta hay más salas multiusos y despachos que son totalmente útiles, como toda la casa, para el futuro museo. La ubicación, en pleno recorrido turístico, es también ideal para los foráneos y los propios sevillanos.
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