La aldaba
Carlos Navarro Antolín
¿Se imaginan un Aldama en versión sevillana?
SEVILLA
La isla de la Cartuja sigue siendo esa gran desconocida. Los que nacieron después de la Expo-92, que ya han superado la treintena, han visto el esplendor de esta zona en fotografías, postales, y recuerdos de sus familiares. Esos que pasaron las tardes en el pabellón de Australia o de fiesta en el Palenque hasta que cerraban los tornos. Las nuevas generaciones han crecido mirando a un espacio que ha seguido el dicho de renovarse o morir, que acoge macroconciertos y festivales que colapsan sus entradas y salidas, y que se ha transformado en el Parque Científico y Tecnológico (PCT) Cartuja.
Un territorio con empresas señeras a la que acuden más de 26.000 trabajadores cada día. Al hito de ser el primer ejemplo mundial de reutilización de un espacio dedicado a una Exposición Universal se suma el de ser la primera Zona de Bajas Emisiones (ZBE) de la ciudad desde hace seis meses. El objetivo es seguir ampliando el número de vía dentro de la isla, además de ampliar los metros cuadrados destinados a oficinas.
"Tenemos un plan de transformación energética de la isla de la Cartuja mucho más ambicioso que simplemente la implantación de las zonas de bajas emisiones", ha indicado a este periódico Luis Pérez, director general del Parque Tecnológico (PCT) Cartuja, quien ha recalcado que el impacto de esta medida "no ha tenido una incidencia importante". El principal cambio, más allá de los beneficios medioambientales, ha sido sobre los hábitos de los trabajadores y estudiantes.
Además, es importante señalar que en este enclave no hay zonas residenciales, ni el flujo constante de coches que puede haber en zonas más saturadas como el Casco Antiguo o Triana, que facilitan la implantación de determinadas medidas. Por otro lado, aún están fuera de las zonas reguladas algunos puntos importantes como Torre Sevilla y su centro comercial, el edificio de oficinas Torretriana (perteneciente a la Junta), y el entorno del Centro Común de Investigación (Joint Research Center) de la Comisión Europea. Tres inmuebles que aglutinan a un enorme número de trabajadores en la calle Inca Garcilaso de la Vega.
"Los siguientes pasos tendrán unas transformaciones más importantes y en todo el conjunto del Parque no podrá circular ningún vehículo de emisión. Este es el futuro que queremos construir y se implantará siempre que los empleados tengan alternativas y facilidades suficientes para llegar a sus lugares de trabajo y estudio", ha recalcado el directivo.
"Se ha quedado pequeño afortunadamente. Uno de los benditos problemas que tenemos es que nos estamos quedando sin espacio y no están viniendo tantas empresas como quieren. Hemos pasado del qué pena la Expo abandonada al qué pena, en la Cartuja ya no cabe nadie más", indica Luis Pérez. Afortunadamente ha habido alguna parcela disponible que la Dirección General de Patrimonio ya ha puesto en el mercado, y adjudicó a diferentes empresas privadas en 2022: "Se van a construir 40.000 metros cuadrados de nuevas oficinas para albergar empresas y centros de innovación". Una edificación que prevé su finalización a finales de año.
Por otro lado, aún en fase de planificación, el director ha manifestado que el Parque tiene la "oportunidad de seguir creciendo con un plan de expansión que estamos desarrollando con la Junta de Andalucía para aumentar otros 150.000 metros cuadrados, que den cabida a nuevas empresas tanto grandes como pequeñas". Este proyecto empezará a desarrollarse en cinco años. "Hemos de tener en cuenta que tiene que coordinarse muy bien con nuestro proyecto de descarbonización. Todas las nuevas edificaciones tienen que coordinarse muy bien con el plan de transformación energética que tiene Cartuja", ha recalcado el directivo.
Esta misma semana, Diario de Sevilla se hizo eco del estudioPerspectiva y futuro laboral en España. Un informe que indica que casi la mitad de los andaluces que están estudiando creen que deberán abandonar la comunidad para desarrollar su carrera profesional. Una cifra alarmante si se tiene en cuenta el desarrollo de determinados enclaves como el PCT Cartuja.
De hecho, el director considera que "se debe fortalecer la comunidad de clústeres y compañías para que este 50% no sólo no se vaya, sino que ni siquiera piense en irse". De hecho, el segundo "de los benditos problemas" que Luis Pérez y su equipo tienen que afrontar es que "las empresas no encuentran personal cualificado que trabajo en sus proyectos. Tenemos una demanda brutal de perfiles profesionales".
Otra de las cifras de este informe es que el 20% de los estudiantes están muy centrados en carrera científico-tecnológicas: "Aquí tienen una oportunidad de futuro y Sevilla tendrá una oportunidad de crecimiento increíble. No solo de estudios universitarios, también de Formación Profesional".
De hecho, el 30% de suelo del PCT Cartuja está destinado específicamente a centros de investigación. En paralelo 560 compañías que dan a cabida a 26.000 empleos y alrededor de 10.000 estudiantes conforman el ecosistema del PCT Cartuja.
La actividad económica conjunta asciende a unos 3.500 millones de euros, genera el 8% del PIB de la provincia y el 2% de Andalucía.
A pesar del potencial de la Cartuja, evidenciado por los datos, todavía quedan algunas líneas de mejora que son más que evidentes. La primera y principal que, además va en línea con esa aspiración de erigirse como un territorio libre de emisiones, es potenciar las conexiones con la ciudad. Esto evitará que se utilice el vehículo particular como opción principal.
"Esto fue un gigante que hubo que echar a andar, que ahora camina muy bien, y tenemos que hacer que corra", explica el directivo, quien indica además que otro de los desafíos fundamentales es la mejora urbanística y seguir atrayendo empresas y startups.
Además de todas la compañías se suma el mastodonte de la Agencia Espacial Española. En este sentido, el directivo ha hecho especial hincapié en que la incursión de esta institución esta generando un ecosistema “a nivel ciudad” que antes no existía. Una reden la que están involucrados el Puerto de Sevilla, La Hispalense, la Pablo de Olavide, o Aerópolis. Aliados que buscan poner a Sevilla en el centro mundial de la innovación y la tecnología.
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