Carrillo aparca el pulso con el alcalde y asume el diálogo con los sindicatos
El delegado de Recursos Humanos negocia con los trabajadores municipales · La tregua ordenada por Chaves se hace efectiva
Emilio Carrillo, nombrado a comienzos del mes de septiembre por el alcalde de Sevilla delegado de Recursos Humanos del Ayuntamiento, dio ayer el primer paso indicativo de su voluntad de aparcar momentáneamente sus diferencias con Alfredo Sánchez Monteseirín al recibir en su despacho de delegado de Recursos Humanos a un grupo de representantes del comité de empresa municipal, con quienes pactó la celebración de una ronda de reuniones conjuntas para resolver algunos de los conflictos laborales que el Consistorio arrastra desde hace años.
En julio de este año, en vísperas del Congreso del PSOE de Sevilla y en respuesta al apoyo que Carrillo había dado al secretario provincial del partido, José Antonio Viera, el alcalde destituyó a Carrillo como portavoz del gobierno municipal. Fue la escenificación de un enfrentamiento cuyo siguiente episodio fue la dimisión de Carrillo como delegado de Urbanismo y su decisión de permanecer en el Consistorio sin responsabilidades de gobierno en sus manos. El pulso estaba servido y los apoyos bien definidos después de que Manuel Chaves decidiera incluir al ex portavoz en la nueva Ejecutiva del PSOE-A en un gesto bien meditado.
"No tengo una pretensión mayor a medio plazo", aseveró Carrillo tras renunciar a sus responsabilidades, pero la respuesta del alcalde se produjo hace un mes al encomendar a su antiguo amigo y colaborador la ingrata y difícil tarea de negociar con los trabajadores en tiempos de crisis económica.
Carrillo, que se había negado a asumir el trabajo encomendado por Monteseirín al interpretarlo como una operación de castigo, ha hecho caso a Chaves y a la tregua decretada por éste para que el gobierno del Ayuntamiento se vea afectado lo menos posible por los pulsos internos del partido.
La tarea que tiene Carrillo entre sus manos no es fácil sea cual sea la perspectiva desde la que se analice, máxime teniendo en cuenta la merma de ingresos que pueden padecer los ayuntamientos a la vista del proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado.
La semana pasada, una representación de los trabajadores se personó ante la puerta de la Alcaldía para exigirle una reunión con Monteseirín, si bien éste, por medio de una persona de su confianza, emplazó a los sindicalistas a resolver los problemas existentes en una reunión con Carrillo.
Entre los retos que tiene que afrontar el responsable municipal de Recursos Humanos está la firma de un nuevo convenio colectivo para el personal laboral del Ayuntamiento, por el que se rigen alrededor de 2.300 trabajadores, ya que el vigente está prorrogado desde el año 2003. Otro tanto ocurre con el Reglamento del personal funcionario, que vincula a 3.000 personas y cuya vigencia caducó nada menos que en 1998, según informó ayer el secretario de CCOO en el Consistorio, Manuel Gutiérrez.
Este último apuntó que los trabajadores tienen también un "profundo malestar" con el gobierno local debido al incumplimiento de diversos compromisos, como los relativos a la creación de empleo en 2008, y a la "falta de diálogo" en asuntos como el sistema de promoción interna y el nombramiento de diversos cargos de responsabilidad por parte de la Junta de Gobierno.
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