Cáritas advierte del aumento de la pobreza y la exclusión social en Sevilla
Pobreza
Las familias atendidas por Cáritas en Sevilla aumentaron un 26,6% en 2020.
Seis barrios de Sevilla, entre los 15 más pobres de España
Cáritas advierte, en su informe 2020, del agravamiento de la pobreza y la exclusión social en Sevilla. Un indicador demoledor: las familias que necesitaron acudir a Cáritas aumentaron el pasado año un 26,6%. La inmensa mayoría de los casos requirieron ayuda para cubrir necesidades básicas, alimentos.
Estos son los datos de la labor social de la entidad de la Iglesia el año de la pandemia: 17.707 familias atendidas a través de las 251 Cáritas parroquiales distribuidas por toda la provincia. Una acción de la que se beneficiaron 50.773 personas y que supuso una inversión de 4.882.816 € (3.851.816 € de Cáritas parroquiales y 1.031.000 € del Fondo de Cáritas Diocesana), destinada principalmente a recursos básicos como la alimentación (71,39% más que en 2019) o gastos derivados de la vivienda (18,67% más que en 2019).
Esta mañana se ha presentado en rueda de prensa la Memoria 2020 de Cáritas Diocesana de Sevilla, que ha contado con Juan José Asenjo, Administrador Apostólico de la Archidiócesis de Sevilla, y Mariano Pérez de Ayala, director de Cáritas Diocesana.
La institución ha querido transmitir su pesar ante "el profundo dolor que provoca el importante número de pérdidas humanas, el sufrimiento de sus familias y las consecuencias de la enfermedad generadas por la pandemia". Como organización dedicada al ejercicio de la caridad dentro de la Iglesia, ha querido además poner el foco en el sufrimiento que miles de familias padecen a causa del grave impacto que esta crisis sanitaria ha generado también a nivel social y que se traduce en miles de pérdidas de puestos de trabajo limitando bruscamente los recursos que permiten a las personas acceder a una vida digna y normalizada.
Sucesión de crisis: 2008 y 2020
Cáritas incide en que la actual crisis provocada por la pandemia ha llegado en un contexto socioeconómico frágil y precario en el que aún se podía constatar la huella de la crisis de 2008: en una recuperación económica que no estaba llegando a todos por igual, en las altas tasas de desempleo, un gasto social muy limitado y niveles de exclusión elevados.
Los datos que arrojaba el Informe FOESSA de Cáritas en 2019, ya advertían que, en Andalucía, un millón y medio de personas se encontraba en situación de exclusión social. 770.000 de ellos vivían en exclusión severa, y de estos, 300.000 pertenecían al lado más extremo de la exclusión.
Además, uno de los datos más relevantes recaía sobre el millón de personas que vivían en una situación normalizada con recursos que permitían cubrir sus necesidades con mayor o menor dificultad, pero que vivían al borde de la exclusión y no sobrevivirían de forma autónoma a nueva crisis.
Golpe a los más vulnerables de Sevilla
"Las circunstancias vividas en 2020 han confirmado han generado el agravamiento de las situaciones de pobreza y exclusión de las personas a las que Cáritas venía acompañando", advierte la entidad.
Las restricciones de movilidad y contacto social han forzado el cierre de negocios, la intensificación de las condiciones de precariedad laboral, una gran recesión económica y, de nuevo, el ascenso de la tasa de desempleo que, a final de año, se situaba en la provincia en el 22,44%, con un total de 208.000 personas desempleadas. Esto sumado a la debilitación de las redes de apoyo y la falta de una respuesta eficaz de la Administración Pública ha tenido como consecuencia un impacto que, como siempre, se ha resentido con mayor gravedad en las personas más vulnerables.
Los pobres, aún más pobres. Una de cada cuatro familias acudió por primera vez a Cáritas o regresó después de un año o más a solicitar ayuda. Además, muchas de las personas que ya estaban siendo acompañadas han intensificado sus demandas, especialmente en los barrios más desfavorecidos.
Seis barrios de Sevilla, entre los 15 más pobres de España
Cáritas recuerda que, hace poco, el INE publicaba los quince barrios más pobres de España, seis de los cuales se encuentran en Sevilla. Una lista que, además, vuelve a encabezar el Polígono Sur.
La atención en estos barrios se ha llegado a duplicar. En los momentos más difíciles ha estado cerca de triplicar a las personas atendidas. Situadas en las zonas más empobrecidas, las parroquias de Polígono Sur, Torreblanca y Tres Barrios han pasado de atender a 1.428 familias en 2019, a 2.542 familias en 2020.
De manera particular, esta crisis se ha ensañado con más fuerza con los trabajadores de empleo precario, aquellos que trabajaban bajo la economía informal o los autónomos, entre otros. Sobre todo, aquellas personas trabajadoras en el sector servicios y de forma más acentuada en las empleadas de hogar.
Desigualdad y brecha digital
Cáritas Diocesana destaca el incremento de la desigualdad y la brecha digital en estas familias. Un año marcado por el papel fundamental de la conectividad para el desarrollo laboral, educativo e incluso afectivo, y que ha dejado atrás a todas aquellas que no disponían, ni disponen, de conexión ilimitada, dispositivos o conocimientos adecuados.
La organización observa sobre todo como ha afectado en el ámbito educativo y en la dificultad de los niños para seguir el curso e incluso terminarlo. Además, los requisitos de tramitación online han condicionado el acceso a prestaciones como Ingreso Mínimo Vital, los certificados de SEPE o la solicitud de citas previas en la Administración Pública.
Cáritas recuerda que "la crisis social no termina con la sanitaria, que poco a poco va viendo la luz al final del túnel, sino que, al contrario, hay que observarla con perspectiva y a más largo plazo, ya que las redes de ayuda y los recursos continuarán acabándose para muchas personas y harán, previsiblemente, surgir nuevos perfiles en las demandas recibidas".
Mayores y migrantes, los colectivos más vulnerables.
Cáritas Diocesana destaca los efectos que la crisis ha causado sobre dos colectivos especialmente vulnerables:
Por un lado, los mayores en situación de exclusión a los que la institución atiende han visto como la soledad y el aislamiento se han anclado en sus hogares desde que se declarara el confinamiento. Personas con escasos recursos, a menudo sin familiares cercanos y que esperan desde hace un tiempo la Prestación de Dependencia. Estas personas han estado entre las prioridades de Cáritas durante todo el año para paliar no solo las consecuencias socio-afectivas, también para reforzar el cuidado en el domicilio que no recibirían de otra forma.
Por otra parte, los migrantes en situación administrativa irregular, especialmente aquellos que llegaron como parte de su viaje a Sevilla, y les pilló la crisis de golpe, se han visto desprotegidos en todos los aspectos. No han podido acceder a ningún tipo de ayuda pública ni han podido buscarse la vida al tener que permanecer “en casa” durante el confinamiento. Cáritas también ha detectado muchos casos de irregularidad sobrevenida que ha dejado sin cobertura ni protección social a familias completas de un día para otro. "Esta situación preocupó especialmente a la Iglesia de Sevilla y de la que resultó el proyecto Hermano Migrante No Estás Solo, precisamente, para dar respuesta a esta realidad", añade.
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