Carcaño ante la última esperanza de hallar a Marta
El asesinato de marta · test de la verdad
El asesino se somete a la prueba del P300, donde le mostraron fotografías y textos relacionados con los escenarios en los que dijo que estuvo el cuerpo.
Miguel Carcaño ya ha cumplido su parte. El asesino confeso se mostró colaborador al someterse a la prueba que puede ser la última esperanza para encontrar el cuerpo de Marta del Castillo, la del Potencial Evocado Cognitivo (PEC). El conocido como test de la verdad le fue practicado en el Hospital Miguel Servet de Zaragoza, donde por espacio de más de una hora el neurofisiólogo José Ramón Valdizán le mostró a Carcaño varias tandas de fotografías y frases que han sido aportadas por los investigadores policiales.
Carcaño se mostró colaborador en todo momento a la hora de practicar el estudio científico, en el que, para mayores garantías del condenado, estuvieron presentes sus abogadas defensoras. Su disposición a colaborar en la búsqueda de Marta, que el asesino confeso viene manteniendo desde hace más de un año, fue corroborada el pasado 3 de febrero cuando Miguel Carcaño firmó en la cárcel de Herrera de la Mancha (Ciudad Real) el documento que acompaña esta información y en el que el joven acepta "libre y voluntariamente" que se le practique el estudio neurológico para tratar de localizar los restos de Marta. En ese escrito, firmado en presencia de una de sus abogadas y de la jefa del Grupo de Menores (Grume), que dirigió la investigación, Carcaño concluye que es su "deseo" que aparezcan los restos.
Carcaño llegó al hospital Miguel Servet de Zaragoza conducido por un furgón de la Guardia Civil sobre las 15:45 de este jueves, donde, en medio de un fuerte dispositivo policial, fue recibido con gritos de "asesino" e insultos por un grupo de personas que se hallaban en las inmediaciones del centro sanitario y que también le increparon a su salida del hospital, sobre las 18:30. Su presencia en el centro hospitalario despertó no sólo una gran expectación mediática, al concentrarse más de una docena de reporteros y cámaras, sino también entre los propios trabajadores y pacientes del hospital, que se agolparon en las ventanas para observar la entrada y salida de Carcaño, que accedió al centro por una zona contigua al tanatorio.
La apariencia física del único condenado por el crimen de Marta era completamente distinta a la que lució la última vez que fue fotografiado, el 29 abril de 2013 en los juzgados de Sevilla, cuando compareció para ratificar ante el juez su última versión. Al contrario que ocurrió en aquella ocasión, ahora Carcaño no tiene el cabello largo, sino muy corto, y lleva una barba muy cuidada. Su complexión física es mucho más atlética que la que mostraba entonces. Lo que no ha variado es su indumentaria, puesto que el joven llevaba puesto el mismo jersey de rayas oscuras que utilizó cuando incriminó a su hermano.
Nada más bajarse del furgón, el asesino quedó a disposición de los policías del Grupo de Menores (Grume) de Sevilla que han investigado el caso. En concreto, Desde Sevilla se desplazaron a la capital aragonesa cinco policías, entre ellos la jefa del Grume y el comisario jefe de la brigada provincial de Policía Judicial, José Martínez de Mandojana. También viajaron desde Madrid funcionarios del grupo de análisis de conducta.
Ya en el interior, el joven fue trasladado al servicio de Neurofisiología, donde el doctor Valdizán lo sometió a la prueba denominada P-300, con la que, según este pionero en la práctica en España, puede conocerse con un grado de fiabilidad de hasta el 95% si el asesino confeso ha dicho la verdad en su séptima versión de los hechos, respecto al lugar donde se deshizo del cuerpo, y también permitirá descartar lo que no es verdad, en alusión a los otros emplazamientos en los que se buscó a la joven, como el río Guadalquivir, el vertedero de Alcalá de Guadaíra o las zanjas de Camas.
Sobre la cabeza de Carcaño se colocó un gorro de electroencefalografía que registró su actividad cerebral en una máquina mientras en un ordenador, ubicado en una habitación aislada, se proyectaron las fotografías y las frases. La onda clave es la denominada P-300, que refleja un impulso eléctrico involuntario, por lo que es prácticamente imposible engañar a esta prueba, que no tiene nada que ver con los conocidos polígrafos.
Sobre las 18:30, Carcaño fue devuelto a la cárcel de Zuera (Zaragoza), adonde llegó el martes desde la prisión de Herrera de la Mancha, en la que cumple la condena de 21 años y tres meses de prisión por el asesinato de Marta del Castillo. Carcaño ha cumplido, ahora sólo queda que la ciencia dictamine y resuelva. Los resultados no se conocerán como mínimo hasta dentro de una semana y serán remitidos a la Policía, que a su vez deberá dar cuenta al juzgado.
Una de las personas que protestaron por la presencia del asesino confeso en Zaragoza e incluso portaba una pancarta en la que podía leerse "Carcaño asesino" es Bárbara Catalán, una joven que asegura fue hasta el hospital a mostrar su rechazo con el crimen, coincidiendo con la próxima celebración, mañana, del Día de la Mujer. "No queremos que Carcaño venga aquí ni para que diga la verdad", explicó a los periodistas la joven, que asegura que la protesta fue convocada por las redes sociales para "reclamar justicia y que las leyes cambien, que no le den un solo permiso y que cumpla la condena íntegra", aseveró.
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