La ex novia de Carcaño insiste en una versión que la Policía descarta
Juicio caso marta del castillo
Señala que Miguel le confesó que él y su hermano mataron a golpes a Marta pero que no se atrevió a contar "toda la verdad" porque "estaba amenazada".
La ex novia de Miguel Carcaño ratificó ayer en el juicio su última declaración, según la cual el acusado le confesó la misma noche que entre él y su hermano Javier Delgado, que está imputado por encubrimiento y amenazas, acabaron a golpes con la vida de Marta del Castillo. El problema del testimonio de Rocío, que intentó mostrarse convincente, es que se trata de la tercera versión de los hechos que ofrece esta adolescente -que está a punto de cumplir los 17 años- y que en la fase de instrucción se jactó de haber mentido a la Policía. De hecho, ni los investigadores policiales ni el propio juez instructor ni la Fiscalía ni la acusación particular dan credibilidad a esta versión de Rocío y la infructuosa búsqueda del cuerpo cerca de Camas corrobora en parte que no es cierta.
Ante el tribunal, Rocío defendió que este testimonio es toda la verdad de lo que le contó su ex pareja, que "no hay otra cosa", y justificó que si mintió con anterioridad fue porque tenía una mezcla de miedo, ante las amenazas que había recibido para que no contara lo que sabía, y porque todavía seguía enamorada de Miguel Carcaño y "no daba crédito" a que hubiese cometido el crimen.
Pero ese miedo por las supuestas amenazas -según Rocío le telefonearon el 30 de enero de 2009 y le dijeron que "rajarían de arriba abajo a su madre y a ella le darían una paliza"- no le impidió que sólo dos días después de la detención de Miguel Carcaño se prestara a acudir a un plató de televisión, acompañada de su madre, para asegurar que no sabía nada de lo que había ocurrido y Miguel no había salido en toda la noche del domicilio. Era la primera de las tres versiones de los hechos que ha ofrecido Rocío, quien en su segunda declaración dijo que fue el hermano de Miguel, Javier Delgado, quien les dio la idea de arrojar el cuerpo al río.
En el extenso interrogatorio al que se sometió la menor, que estuvo protegida en todo momento por una mampara, nadie le preguntó sobre la autoría de esas amenazas, aunque en la fase de instrucción reconoció la voz del hermano como la que oyó en la llamada, lo que motivó incluso que Javier Delgado se querellara contra la niña por calumnias y falso testimonio, una querella que fue archivada por la Fiscalía de Menores.
En su tercera versión, la que ayer defendió ante el tribunal, Rocío afirma que Miguel le confesó la misma noche del crimen que entre él y su hermano habían matado a Marta. Rocío dijo que Miguel llegó aquella noche al piso donde vivían en Camas sobre las 22:50, que después de cenar se fueron a dormir en torno a las 23:45 o 23:50, y que tras recibir una llamada de la madre de Marta -que está datada a la 1:37-, Miguel se levantó, se vistió con su ropa de trabajo, hablaron durante unos cinco minutos y se marchó por la ventana de su dormitorio.
La menor aseguró que cuando le preguntó a dónde iba, le dijo que tenía que "arreglar un problema con su hermano", que tenían que "borrar pruebas" y se refirió en concreto a un "charco de sangre". Cuando Rocío continuó preguntándole, el asesino confeso, siempre según su relato, le dijo que aquella tarde había estado con Marta, que habían discutido y que su hermano salió del dormitorio. Marta le contestó entonces a su hermano y Miguel, en un arrebato, le propinó un golpe con el cenicero. La joven cayó al suelo y entre los dos hermanos se "liaron a golpes con ella" -en su declaración ante la Policía precisó incluso que le habían dado "patadas y puñetazos"-.
En cuanto a quiénes se deshicieron del cuerpo, la controvertida testigo afirmó que Miguel le confesó que fueron "él y su hermano y unos más", aunque no le especificó quienes eran esos otros implicados. Aquella noche Miguel tardó "varias horas" en volver al domicilio de Camas, dijo la menor, que añadió que unos días después el asesino le llevó incluso a la arboleda próxima a su casa donde le había dicho que ocultaron el cuerpo.
Rocío aseguró que en esa época, con sólo 14 años, era "ingenua" y seguía queriendo a Miguel, a quien no delató antes porque éste le había dicho que "quería estar libre el tiempo que le quedara porque tarde o temprano le iban a coger".
En la sesión de ayer también declaró Soledad Gómez, la madre de Rocío, quien reconoció que comenzó a sospechar de Miguel por su forma de actuar, puesto que cada vez que le ponía las noticias en televisión sobre la desaparición de Marta, el joven "agachaba la cabeza" y hacía como que no le importaba. Sobre la noche del crimen, esta testigo dijo que cuando llegó a las 00:30 a su casa, Miguel se marchó al dormitorio y ya no volvió a verle hasta las 4:20, cuando le llamó para que fuera a trabajar. La madre de la menor reconoció que ella "se ofreció" a escribir a Miguel Carcaño y a visitarle en la prisión de Morón de la Frontera -la Policía la llevaba de su casa a la cárcel- porque quería colaborar para que se esclarecieran los hechos. Uno de sus últimos contactos fue en julio o agosto de 2009 y en él Miguel le confesó la última versión que mantiene sobre el crimen, según la cual fue Samuel Benítez quien se habría llevado el cuerpo en el coche de un tío suyo, por lo que él no sabía el paradero del cadáver.
En la octava sesión de la vista también compareció Rosa María S. M., la ex mujer de Javier Delgado, quien corroboró que el hermano de Carcaño estuvo la noche del crimen desde las 21:00 horas a las 23:30 cenando con su hija y viendo una película, y que a partir de esa hora se marchó a trabajar a su bar. La testigo relató que en una ocasión le preguntó a Miguel sobre lo que había ocurrido y éste le contestó: "yo no sé nada". La ex pareja de Javier dijo que las relaciones entre los hermanos "eran complicadas, una veces pasaban temporadas buenas y otras discutían", y dijo que estuvo presente cuando tuvo lugar la entrevista con el tío de Marta y Javier le dijo que estaba "asesorando" a su hermano sobre cómo debía de actuar, una expresión que obedecía a que en aquel momento él creía en la inocencia de su hermano, que "era muy joven y todo el mundo iba contra él".
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