Una plataforma única con granito gris y adoquín de Gerena en la calle Zaragoza
la esperada obra en una de las arterias del centro
El Ayuntamiento consensúa con Patrimonio una reurbanización que arrancará después de Semana Santa tras varias vicisitudes con el proyecto original
Consenso alcanzado entre el Ayuntamiento de Sevilla y la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico. La calle Zaragoza contará con plataforma única de granito gris y adoquín de Gerena. La reurbanización de una de las arterias del Casco Antiguo arrancará después de Semana Santa tras varias vicisitudes con el proyecto original.
A principios de diciembre, el gobierno socialista remitió a este órgano dependiente de la delegación territorial de Cultura y Patrimonio Histórico en Sevilla una nueva documentación complementaria de la pavimentación consensuada entre los técnicos de Emasesa, la Gerencia de Urbanismo y la delegación provincial de Patrimonio como respuesta a las cuestiones indicadas por la comisión en sus dos informes anteriores respecto a los detalles de la pavimentación proyectada, dado que para el resto de las obras ya se acordó la autorización pertinente.
En esa documentación se contempla una sección tipo en plataforma única con pavimentos de granito gris de distintos formatos para calzada y aceras conforme a las prescripciones de la normativa de accesibilidad, disponiendo además algunos tramos completos de adoquín de Gerena procedente del levantado con su cara superior cortada.
El uso de estas franjas diferenciadas se propone con varios fines: significar los cruces existentes con otro viario, aproximándolos a ellos; destacar puntos críticos muy estrechos del viario, que no posibilitan prácticamente la diferenciación entre calzada y acerado; facilitar la pavimentación en los quiebros del eje de la calle, tanto del acerado como de la calzada; y un contraste visual complementario para personas con dificultad visual. También se contempla en la propuesta la reutilización del bordillo de granito de color rojo existente a modo de encintado delimitador de la calzada.
El último rechazo que tuvo el proyecto de Zaragoza fue el pasado agosto. Patrimonio volvió a decir no a la solución que el Ayuntamiento propuso para la reurbanización de la céntrica calle. Si en el primer análisis, en noviembre de 2020, este órgano pedía más detalles y solicitaba la recuperación de los adoquines de Gerena ocultos bajo el asfalto, después reclamó un segundo reformado del proyecto de intervención para detallar todos los aspectos que se consideran poco definidos. En concreto, exigieron resolver el trazado y despiece de las distintas embocaduras, quiebros, incrustaciones y demás singularidades que se localizan a lo largo de la vía, incluidos todos los detalles necesarios para la adecuada definición de las obras de pavimentación. Cultura sí dio el visto bueno a los trabajos de sustitución de las redes, pero advirtió de que las obras no podrán empezar en ningún caso sin su autorización.
Las obras de reurbanización planteadas para Zaragoza están siendo un quebradero de cabeza para el Ayuntamiento. Los trabajos, consistentes en la renovación de las obsoletas redes de saneamiento y abastecimiento y en la reurbanización integral de la vía mediante una plataforma única para garantizar la accesibilidad universal ya deberían haber empezado hace varios meses. La Comisión Provincial de Patrimonio puso la lupa sobre el proyecto desde el principio, ya que se trata de una calle singular que conecta con el mismo corazón de la ciudad, que está dentro de la zona de amortiguamiento de los monumentos declarados Patrimonio Mundial de la Unesco y que puede marcar el modelo a seguir en otras calles cercanas que actualmente cuentan con adoquines de Gerena.
En su primera negativa, la comisión instaba al Ayuntamiento a la recuperación de los viejos adoquines ocultos bajo la capa de asfalto. Para ello, se presentó en junio un reformado del proyecto que recogía una banda doble de adoquín de Gerena recuperado en los bordes de la calle, separando la calzada de la zona peatonal, y doce franjas del mismo material con un ancho de cuatro metros atravesando la calle. El resto del pavimento se mantenía de granito gris de Quintana. El Consistorio apremiaba entonces a Cultura a emitir un dictamen rápido para que las obras, cuya inversión supera el millón de euros, pudieran estar terminadas antes de la próxima Semana Santa del año que viene.
La comisión estudió la propuesta el pasado 28 de julio, pero sólo dio el visto bueno a lo que se refiere al subsuelo, poniendo de nuevo en cuestión la terminación exterior, que seguía siendo poco detallada. En el nuevo reformado que solicitó señalaba una serie de criterios a adoptar. Por ejemplo, se instaba que las tramas generadas por las distintas pavimentaciones “deben ser lo más homogéneas y abstractas posible”, o bien, “seguir la directriz marcada en cada caso por el eje acordado de la calle y responder, en la medida de lo posible, a una modulación única”. En cuanto a los quiebros que puedan producirse dentro de una misma trama, generados por los giros de la calle, “han de resolverse buscando el acuerdo paulatino entre ambas partes”. Las soluciones que se propusieron fueron las de abanicar, labrar o crear piezas especiales que, manteniéndose dentro de las dimensiones de la trama, resuelvan los encuentros.
Otra de las cuestiones en la que incidió Patrimonio es cómo resolver el inicio y el final de la calle y su encuentro con otras vías. “En el caso de la calle Zaragoza, el proyecto extiende la trama del acerado hasta la calzada de la calle Puerta de Triana, de manera que irrumpe en la linealidad del eje Reyes Católicos-Puerta de Triana-San Pablo, el cual se entiende que debe tener prioridad en el tratamiento, por lo que el acerado afectado en este trozo debe reponerse con la solución ahora existente de loseta hidráulica, en tanto en cuanto no se plantee de nuevo una solución general del referido eje viario”.
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