Cae en el Vacie el Congui, uno de los delincuentes más buscados de Sevilla
Asaltó a 14 mujeres en las inmediaciones del Tanatorio de la SE-30, golpeándolas para robarles el bolso
Es muy violento y hace 15 años fue arrestado por complicidad en el asesinato de un policía portugués
Asaltó a al menos 14 mujeres cuando caminaban solas por las inmediaciones del Tanatorio de la SE-30. A todas las golpeó de forma muy violenta para robarles el bolso. Era la última forma de robar de Ricardo R. R., el Congui, de 37 años, uno de los delincuentes más buscados de Sevilla. La Policía Nacional lo detuvo en el asentamiento chabolista del Vacie, de donde es originario y donde reside su familia, el clan de los Ramírez, desde hace décadas.
Los robos a mujeres comenzaron en septiembre de 2020. Fue entonces cuando la Policía Nacional recibió la primera denuncia. Una mujer fue asaltada en la Ronda Urbana Norte, muy cerca del tanatorio, por un varón que le sustrajo el bolso con gran violencia. A partir de ahí llegaron otras 13 denuncias más. En todas ellas, las víctimas explicaban que habían sufrido robos similares y en la misma zona. El ladrón les pegaba hasta tirarlas al suelo. A alguna de las víctimas les causó lesiones por las que tuvieron que ser operadas después.
La investigación recayó en el Grupo de Policía Judicial de la comisaría del distrito Macarena. Los agentes de este grupo identificaron al autor de los robos como el Congui, un viejo conocido de la Policía. Tiene numerosas detenciones en su historial por distintos delitos, la mayoría de ellos robos. Ha ingresado en prisión numerosas veces y en alguna ocasión no regresó de un permiso, por lo que se emitieron órdenes de búsqueda.
En el año 2006 fue detenido por su presunta participación, como cómplice, en el asesinato del policía portugués Sergio Martins, asesinado el 11 de diciembre del año anterior durante un atraco a un supermercado en Lagos, en el Algarve. Los asaltantes pretendían llevarse un cajero automático del interior del local y abrieron fuego contra el agente.
El autor de los disparos fue Augusto Soares dos Anjos, el Pecas, que fue detenido por dos veces en el Vacie: la primera por el asesinato del policía y la segunda tras escapar de una cárcel portuguesa. El primero de esos arrestos se produjo el 4 de enero de 2006, casi un mes después del asesinato del policía, en una operación en la que se cerró por completo el asentamiento. Con él cayó su lugarteniente, Florentino Soares, el Pijota.
Ricardo R. R. fue el último miembro de la banda del Pecas en caer. Consiguió escapar del poblado y refugiarse en Portugal. Volvería a mediados de año a España. Fue detenido por la Policía Nacional en mayo de 2006. Quince años después de aquello, ha vuelto a ser detenido en el mismo asentamiento, mucho más reducido ya que entonces.
Para apresarlo esta vez, la Policía pidió al juzgado la autorización para entrar en tres chabolas del clan de los Ramírez, donde el Congui podría estar escondido. Para asegurar la detención, se acordonó el poblado durante la madrugada y se estableció un dispositivo formado por 25 agentes de la comisaría del Distrito Macarena y la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de la Brigada de Seguridad Ciudadana. También se desplazó al asentamiento la Unidad Especial de Subsuelo, ya que los investigadores sospechaban que el fugitivo utilizaba zulos y el sistema de alcantarillado para escapar de la Policía.
Después de dos horas de rastreo de una de las chabolas, de 20 metros cuadrados, la Policía lo localizó oculto en un pequeño agujero construido bajo el sofá de la vivienda. Al igual que él, otros miembros del clan de los Ramírez se han caracterizado por los robos violentos. Varios de sus integrantes fueron detenidos en 2019 por robos de vehículos, que sustraían tras dar palizas a sus propietarios.
La Policía aprovechó la operación para detener a otros dos delincuentes sobre los que pesaban órdenes de búsqueda y reclamaciones judiciales. Uno de ellos es José R. J., de 36 años, al que le constaban siete órdenes de ingreso en prisión vigentes. Este hombre se había fugado de la cárcel, donde cumplía condena por numerosos delitos violentos, aprovechando un permiso obtenido para visitar a un familiar enfermo.
El tercero de los arrestados es A. E. S., de 27 años, al que le constaba igualmente una orden de ingreso en prisión por un robo con fuerza.
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