Cabrera rechaza aplicar el turno rotatorio en los taxis del aeropuerto
Opta por que una unidad policial se encargue de impedir el "intrusismo" en las paradas de San Pablo
El Ayuntamiento de Sevilla se niega a aplicar el turno rotatorio en los taxis del aeropuerto. Así lo confirmó ayer el delegado de Seguridad, Movilidad y Fiestas Mayores, Juan Carlos Cabrera, quien incidió en que el problema que se vive con la flota que opera en San Pablo se solucionará mediante el "consenso" con las dos asociaciones que representan este servicio público y mediante mayor dotación policial que impida el "intrusismo" en dicho sector.
"Ahora no se contempla el turno rotatorio, sino lograr el consenso". Ésta fue la respuesta dada por el edil socialista a las preguntas de los periodistas sobre la posibilidad -avalada por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) en 2002- de establecer turnos rotatorios en el servicio del taxi del aeropuerto, que las últimas semanas ha sido protagonista de un nuevo conflicto.
Como recordó este periódico hace unos días, el Ayuntamiento hispalense tiene desde hace 14 años la solución a este problema, motivado por los actos vandálicos que se han denunciado por parte de taxistas que aseguran que son víctimas de un grupo de compañeros que desean, de este modo, establecer un "monopolio" en el aeropuerto. Una sentencia del TSJA declaraba legal el acuerdo alcanzado el 30 de octubre de 2000 (en el primer mandato de Monteseirín) por el que se estableció el turno rotatorio en las paradas de San Pablo. De esta forma, sólo podían operar en ellas los taxis con la letra de la matrícula correspondiente al calendario oficial de descansos.
Pese a darle la razón, el gobierno en coalición del PSOE y PA prefirió guardar la sentencia en un cajón y aplicar una tarifa única (de 22 a 31 euros) exigida por el gremio. Ni Zoido recurrió a esta medida ni parece que Espadas vaya a hacer uso de ella, pese que la sentencia del TSJA que la avala establece que el Ayuntamiento tiene plena potestad para implantar dicho sistema "con el fin de mejorar y perfeccionar el servicio y su control".
Cabrera prefiere dotar de mayor presencia policial las paradas de taxis en el aeropuerto, por lo que ha optado por la presencia de una unidad "específica" de agentes que se encarguen de evitar el "intrusismo" en el servicio. Para el delegado de Movilidad, esta "intromisión" es "el problema" del taxi en el aeropuerto, por lo que pasa por alto los últimos conflictos denunciados por los mismos miembros del sector.
No debe olvidarse en este punto que Cabrera se encontraba dirigiendo el Instituto del Taxi cuando en 2002 se tomó la decisión de establecer una serie de tarifas únicas en el aeropuerto y abandonar la opción de fijar un turno rotatorio.
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