El Cabildo ficha a un director de seguridad para la Catedral
Asume la ejecución de un plan integral de vigilancia y prevención que abarca el templo, la Biblioteca Colombina y todos los almacenes.
El primer monumento de la ciudad ya cuenta con un director de seguridad propio. El Cabildo ha contratado a un profesional del sector para que planifique, refuerce y aumente la seguridad de la Catedral, un edificio al que acceden cerca de cuatro mil personas al mes en la visita organizada y que tiene un calendario de actos de gran afluencia de público. El templo metropolitano cuenta desde hace años con la presencias de vigilantes privados contratados expresamente, pero hasta ahora no se ha fichado a un responsable máximo dedicado especialmente a estas tareas. El principal objetivo, según explicaron fuentes del Cabildo, es desarrollar un gran plan de seguridad integral con efectos preventivos, basado por ejemplo en un uso eficiente de las cámaras de seguridad que hay repartidas por todo el edificio.
El nuevo director de seguridad es Manuel Campos Ramírez -con experiencia curricular en la seguridad de importantes museos españoles- ya ha efectuado cambios en la colocación de las cámaras, pues la eficacia de algunas era nula por una orientación deficiente. También se están analizando todas las cuestiones legales que incumben a las tareas de seguridad, como son los casos de las grabaciones.
El plan integral de seguridad abarca la Catedral, con la Parroquia del Sagrario y la Biblioteca Colombina; las oficinas de administración y los almacenes de la Plaza del Cabildo y el gran almacén situado en San Jerónimo, pues el vasto patrimonio artísticos del templo metropolitano se reparte por todas estas sedes. En las dependencias de la Plaza del Cabildo se guardan, por ejemplo, piezas de tejidos y obras pictóricas. Y en San Jerónimo se custodia el paso de la Virgen de los Reyes o el antiguo monumento eucarístico que se instalaba en la Catedral en Semana Santa.
La Catedral de Sevilla no ha tenido especiales problemas de seguridad en los últimos años. Es más, se ha especializado en planes de prevención con motivo de grandes acontecimientos, sobre todo a raíz de la boda de la infanta Elena en 1995. Las ceremonias masivas del Año Jubilar también fueron oportunidades para adquirir experiencia en la puesta a punto del templo para acoger a miles de personas en pocas horas. El Cabildo quiere ahora reforzar la seguridad en la vida ordinaria del templo. A nadie escapa que el robo del códice de la Catedral de Santiago de Compostela ha puesto en guardia a muchos cabildos de España. En el caso de Sevilla, los accesos están bastante vigilados y no hay precedentes preocupantes de robos. En el caso de Sevilla se niega oficialmente la influencia del suceso de la catedral compostelana en la contratación de un profesional específico, una decisión que se contextualiza en la de años que lleva el órgano rector del templo modernizando toda la gestión relacionada con la vida ordinaria del edificio.
La Catedral ya aplica protocolos rigurosos con el uso de su patrimonio. Cada vez que algún canónigo ha de usar una pieza valiosa para el culto ordinario, el vigilante hace constar por escrito quién retira la pieza, la fecha, el motivo y la hora. El control es absoluto de tal forma que todas las incidencias quedan registradas.
El objetivo prioritario ahora es seguir reduciendo los riesgos. El tiempo dirá si la figura del director de seguridad se queda perenne, incluido de forma definitiva en la plantilla, o si no es necesario una vez que la gestión en esta área quede racionalizada. Desde 1992 hasta hoy, la Catedral de Sevilla no ha dejado de profesionalizar y racionalizar su gestión en todos los ámbitos.
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