Bichos verdes en Urbanismo

medio ambiente

Una plaga de galerucas invade los olmos, farolas y diversas estancias de la Gerencia

Parques y Jardines diseña un plan contra esta especie que se ha hecho habitual en verano

Las galerucas se han extendido estos días a las farolas y otros puntos de luz.
Las galerucas se han extendido estos días a las farolas y otros puntos de luz. / D. S.
Diego J. Geniz

15 de julio 2017 - 06:52

Ocurrió a principios de esta semana. Una mañana, cuando los empleados de la Gerencia de Urbanismo entraban en las caracolas de la Cartuja, se encontraron con una plaga de insectos verdes. Los extraños bichos cubrían las farolas y se habían adueñado hasta de las oficinas. No era la primera vez que sucedía. Ya los habían visto veranos anteriores. Pero en esta ocasión llamaban la atención por su elevado número, hasta el punto de ser molestos para quienes allí trabajan. El hecho de que se haya convertido en un visitante habitual en los meses estivales ha llevado a que muchos empleados de Urbanismo se aprendan hasta el nombre de esta especie que llama la atención por su colorido. Se trata de la galeruca, un coleóptero que se alimenta de las hojas del olmo, un árbol habitual en los jardines de Urbanismo.

Ese alimento del que se nutren es el que les otorga un cromatismo tan característico. Los adultos son de color verde amarillento, con bandas negras. Las hembras depositan huevos naranja en el envés de las hojas. La larva es negra. Conforme come de las hojas va transformándose en verde, al absorber la clorofila del olmo, con el consiguiente peligro para este árbol.

Los empleados de Urbanismo aseguran que son frecuentes las caídas de ramas

La Universidad de Sevilla cuenta con un extenso estudio sobre la galeruca. Este informe obedece a la gran cantidad de olmos con los que cuenta la ciudad hispalense. La población aproximada es de 1.500 ejemplares. La especie predominante es el denominado olmo siberiano. La galeruca adulta hiberna en las grietas de la corteza de su tronco. Cuando llega el buen tiempo, vuelan hacia la copa recién brotada para alimentarse de sus hojas. En ese momento colocan la larva. Con su eclosión, pasan varias semanas nutriéndose de la clorofila hasta alcanzar cierto tamaño. De nuevo descienden hasta el tronco para realizar la pupa. Pasados diez días, emerge el adulto que volará hasta la copa para gestar una nueva generación de galerucas. En Sevilla este proceso se lleva a cabo cuatro veces desde que comienza la primavera hasta finales de septiembre. Este ciclo biológico explica su abundante aparición en estos meses.

La principal afección de la galeruca es la defoliadora, puesto que la larva devora el parénquima de la hoja, por lo que la deja desprovista de tejido tierno, sin verde alguno. Los olmos atacados por esta especie son claramente identificables: tienen un aspecto quemado, ya que queda drásticamente reducida su capacidad de fotosíntesis.

La zona acotada en la sede de Urbanismo
La zona acotada en la sede de Urbanismo / M.G.

El Ayuntamiento de Sevilla es consciente de la situación que padecen los olmos de la Gerencia. Fuentes municipales aseguran que en Parques y Jardines ya se han iniciado los trámites oportunos para elaborar un plan de actuación que frene el efecto de la galeruca. En menos de un mes podría estar aprobado.

Pero, ¿llega tarde este tratamiento?¿Se podría haber evitado antes el deterioro de los olmos? Algunos empleados de la Gerencia consideran que la situación obedece a la "dejadez" que existe los últimos años en los jardines. Aseguran que varios trabajadores de los parques les han asegurado que el recorte en las partidas presupuestarias ha obligado a reducir también el personal destinado a su cuidado. "Los primeros años de estancia en la Cartuja había bastantes jardineros. Los últimos años sólo dos, que, por falta de tiempo, se encargan exclusivamente de la limpieza, sin acometer las labores propias de la jardinería", asevera un empleado de la Gerencia, quien añade que son los propios jardineros los que se quejan de esta situación. A la aparición de las galerucas suman la caída de las ramas de distintos árboles, lo que ha obligado a acotar varias zonas.

La Hispalense posee un riguroso estudio sobre la afección de la galeruca al olmo

El estudio de la Hispalense establece un método de lucha para controlar las plagas. El primer paso consiste en muestreos periódicos que localicen los focos de población más abundantes. En la corteza del tronco se recomienda utilizar un producto denominado alfacipermetrina, que también se puede emplear en la copa del olmo. Además, se sugiere la "implicación" de asociaciones vecinales para localizar los focos de las plagas.

Las altas temperaturas registradas los últimos días han hecho desaparecer las galerucas de la Gerencia, pero lo más probable es que vuelvan a estas estancias durante las próximas semanas.

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