Las obras de los Baños de la Reina Mora podrían arrancar en verano
La Hermandad de la Vera Cruz invertirá 150.000 euros en la primera fase de la rehabilitación
La recuperación de los Baños de la Reina Mora está más cerca. La primera fase de la rehabilitación integral del valioso complejo podría comenzar este mismo verano. La hermandad de Vera Cruz, que ostenta la cesión de los baños por un periodo de 25 años, ya ha depositado el proyecto integral de restauración en el Colegio de Arquitectos de Sevilla. Una vez sea visado, esta misma semana se entregará en la Gerencia de Urbanismo para que pase el filtro de la Comisión de Patrimonio, sea aprobado de manera definitiva y se obtenga la preceptiva licencia de obras. El hermano mayor de la cofradía, José de Cristóbal, indicó a este periódico que la primera fase comenzaría este verano, como continuación de la importante obra realizada durante el pasado año en la capilla del Dulce Nombre de Jesús y en las dependencias de la hermandad.
Aunque el proyecto se ha presentado completo, la idea es actuar por fases pero sin que haya dilaciones, para que los baños, declarados Bien de Interés Cultural (BIC) puedan abrirse al público y acoger actividades lo antes posible. La primera actuación tendrá un coste de unos 150.000 euros, y se centrará el cerramiento y en cubrir el espacio, la adecuación de las escaleras y la puerta de acceso y las conducciones eléctricas.
Aunque en mayo de 2013 culminaba el proceso expropiatorio de los baños por parte del Ayuntamiento a la cofradía y a otros propietarios, en marzo de 2015, el Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla (ICAS) aprobaba cederles durante 25 años a la corporación. Según el convenio vigente, la hermandad goza del "uso privativo" de los Baños de la Reina Mora durante 25 años sin canon alguno, si bien el Ayuntamiento podrá "hacer uso del inmueble para actividades propias" y ambas partes "aprobarán un calendario consensuado de actividades" en el que el ICAS contará con un máximo de 180 días de uso. La hermandad, mediante este acuerdo, se hace cargo de "la conservación, el mantenimiento y la vigilancia de la finca", así como de sus gastos corrientes, comprometiéndose a usar el monumento "para las actividades propias y de carácter cultural de la hermandad, pudiendo programar actividades para recaudar fondos para el mantenimiento que le corresponde". También se compromete a abrir el monumento al público al menos dos días de la semana.
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