Criminalidad en Sevilla: bajan todos los delitos salvo los homicidios y el tráfico de drogas
La delincuencia general cae en Sevilla capital por encima del 23% en los primeros
nueve meses del año
Bajan todos los delitos salvo los homicidios y el tráfico de drogas
El balance de criminalidad que cada tres meses publica el Ministerio del Interior refleja una importante caída de la gran mayoría de los delitos en Sevilla capital. Era algo más que esperado teniendo en cuenta que el periodo que comprende este balance es el de los primeros nueve meses de 2020, entre los que ha habido más de dos meses de confinamiento y varias semanas más con restricciones de la movilidad y cierre de actividades no esenciales. La caída del turismo hace que se desplomen también los hurtos, que es el delito más extendido en la capital andaluza y del que buena parte de las víctimas son turistas extranjeros.
Entre enero y septiembre de 2020 se registraron en Sevilla 27.740 infracciones penales, mientras que en el mismo periodo del año anterior se contabilizaron 36.321. Esto supone un descenso general de la delincuencia de en torno al 23%. En el anterior balance, correspondiente al primer semestre, los delitos habían caído un 30%, por lo que se aprecia que durante el verano ha habido una subida de los mismos. Sin embargo, en el acumulado del año el dato sigue siendo muy positivo gracias al periodo de cuarentena impuesto por el Gobierno central para hacer frente a la expansión del coronavirus.
El propio Ministerio del Interior así lo explica en una introducción que hace al informe estadístico: "Buena parte de dicho descenso está íntimamente correlacionado con las circunstancias derivadas de la entrada en vigor del Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que se declara el estado de alarma para la gestión de la situación de la crisis sanitaria ocasionada por el Covid-19, y que estuvo vigente hasta el día 21 de
junio". Probablemente esto provocará que 2020 sea el año con mejores estadísticas de criminalidad de los últimos ejercicios, y rompe así una tendencia creciente observada en los últimos balances.
A pesar de ello, hay un repunte de dos modalidades delictivas: los homicidios y el tráfico de drogas. Los primeros suben tanto los consumados como los que se registraron en grado de tentativa. Sólo hubo dos homicidios consumados en Sevilla capital en los primeros nueve meses de 2019, pero ya hay uno más que el mismo periodo del año anterior. El primero fue el ocurrido el 22 de enero en el barrio de La Carrasca, en la Macarena, donde un toxicómano mató a su padre. El segundo se produjo el 20 de julio la calle Josefa Rodríguez Guerrero, en las inmediaciones de la avenida de la Cruz Roja, donde un hombre mató a una mujer y luego le prendió fuego a la vivienda.
También han subido con fuerza los casos catalogados como homicidios en grado de tentativa, que pasaron de 15 en 2019 a 25 en 2020. Es decir, una subida del 67%. La mayoría de estos sucesos se registraron en zonas deprimidas de la ciudad. En el Polígono Norte, un hombre abrió fuego el 20 de agosto con una escopeta en la calle Hermano Pablo. En Torreblanca, el 18 de mayo, uno de los delincuentes más peligrosos de Sevilla, conocido como Antón, apuñaló a un joven causándole heridas de gravedad sin mediar palabra, mientras que el 18 de febrero hubo un tiroteo en el mismo barrio en venganza por una agresión anterior. En el Polígono Sur, el 25 de julio se produjo un apuñalamiento por el que más adelante fueron detenidas cuatro personas.
En la vivienda en la que ocurrieron los hechos se halló una plantación de marihuana. Probablemente el intento de homicidio estuviera relacionado con el tráfico de drogas. De hecho, este es el otro tipo delictivo que crece en Sevilla. De 130 casos registrados en los primeros nueve meses de 2019 se ha pasado a los 141 del mismo periodo de 2020. La gran mayoría de estos asuntos fueron por cultivo o tráfico de marihuana. Esta droga se ha convertido en la más demandada en toda Europa y se produce íntegramente en España.
En determinadas zonas de la ciudad abundan las plantaciones de interior, o indoor, que se instalan en viviendas, garajes, locales y naves industriales. Esto está alterando gravemente la ya de por sí deteriorada convivencia en esos barrios, con continuos apagones e incluso incendios derivados del elevado consumo eléctrico que requieren las plantaciones.
El resto de delitos baja considerablemente. Los que más caen son los hurtos, en torno a un 42,5%. Esta es la modalidad delictiva más común en Sevilla, y pasa de 13.494 casos a 7.759. Es claramente uno de los efectos de la pandemia, pues muchos de los hurtos se producían en zonas monumentales de la ciudad y las víctimas eran turistas extranjeros. Al no haberlos, la actividad de los delincuentes es también nula. Al menos en esta especialidad. Otros muchos hurtos se daban en los comercios, y los no esenciales han estado cerrado durante un tiempo en el segundo semestre del año, lo que también reduce las posibilidades de robo. Y los carteristas esperaban las fiestas de primavera para sus días grandes, aprovechándose de las grandes aglomeraciones de público y mezclándose con los asistentes a algún evento, como la salida de una cofradía, la entrada a la plaza de toros, la visita a algún monumento concurrido o la Feria de Abril. Al no haber habido Semana Santa ni Feria, ni temporada taurina, tampoco ha habido opciones para los descuideros en los meses de abril y mayo. En otras ocasiones, carteristas de otras zonas de España (generalmente originarios de países del Este de Europa) se desplazaban a la ciudad para robar en esta época.
También destaca la caída de los delitos sexuales, un tipo que venía subiendo con fuerza en los últimos años debido a lo que se llamó efecto Manada. Es decir, una ola de indignación entre las mujeres a raíz del caso de la violación múltiple cometida por los cinco miembros de la Manada en los Sanfermines de 2016, que impulsó a las mujeres que habían sufrido abusos o agresiones sexuales a denunciar más. Sin embargo, aquí se aprecian claramente el efecto del confinamiento y las restricciones. Al no poder salir tanto, al haberse suprimido las ferias no sólo en Sevilla sino en toda la provincia, los delitos sexuales han caído en picado.
Los ataques contra la libertad sexual pasaron de 228 en los primeros nueve meses de 2019 a 188 en 2020, lo que supuso una bajada del 17,5%. Especialmente llamativo fue el descenso de las violaciones, que evolucionaron de 22 a 11, es decir, cayeron a la mitad.
En el caso de los robos, bajan todos. Los que menos lo hacen son los que se cometen en los domicilios, que sólo caen un 3,4%. Los robos con violencia e intimidación, modalidad en la que encajan los atracos a mano armada, las sirlas o robos a punta de navaja, y los tirones, bajaron en total un 19,1%. Los robos con fuerza, a pesar de que los alunizajes en comercios parecen haber vuelto a subir este otoño, descendieron un 28,7%. Las sustracciones de vehículos también bajan bastante, de 1.039 a 817, un 21,4%.
Mejores datos en la capital que en la provincia
La provincia de Sevilla arroja peores datos que la capital. La delincuencia cayó en todo el territorio sevillano un 15%. Al igual que en el caso de la capital, subieron los homicidios y el tráfico de drogas, mientras que bajaron el resto de delitos. Los homicidios, tanto consumados como en grado de tentativa, crecieron con fuerza. En el caso de los primeros, hubo diez casos en los primeros nueve meses de 2020, cuando el año anterior sólo se habían registrado seis. También hubo una subida del 108% en los que se quedaron en grado de tentativa. El tráfico de drogas repuntó sólo un 0,5%, en una subida prácticamente testimonial. Aquí la provincia sí registra mejores guarismos que la ciudad. Los robos cosecharon prácticamente los mismos registros que en la capital, aunque sí llama la atención que se hayan contabilizado seis secuestros. Estos datos incluyen las estadísticas de todos los municipios con una población superior a 10.000 habitantes.
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