El Ayuntamiento restaura otras siete victorias aladas de la Plaza de América
Las esculturas que fueron retiradas el año pasado por su precario estado de conservación.
Una intervención necesaria que devolverá toda su monumentalidad a la Plaza de América. El Ayuntamiento ha sacado a licitación un contrato para restaurar las siete esculturas de las victorias aladas que fueron retiradas el año pasado por su precario estado de conservación. Esta actuación, con un presupuesto de más de 182.000 euros y un plazo de ejecución de seis meses, se suma a la recuperación llevada a cabo este mismo año de otras cuatro piezas. Otras cinco se encuentran protegidas en su ubicación original en este espacio del Parque de María Luisa debido a la disgregación de la piedra para evitar posibles desprendimientos de trozos.
La Plaza de América fue proyectada por Aníbal González en 1912, con algunas variaciones introducidas en 1914. La ornamentación se completa con el conjunto de las victorias aladas, semejantes a las de la Exposición de Turín del año 1911, que remataban las columnas de los bancos corridos. El Ayuntamiento celebró un concurso público en 1913 para realizar las esculturas. El fallo del jurado, dado a conocer el 27 de enero del año siguiente, encargaba su realización a Lorenzo Coullaut Valera y Manuel Delgado Brackenbury, en colaboración con Pedro Carbonell. La instalación por parte de los artistas de un taller de escultura a pie de obra fue una de las razones determinantes de que ganasen el contrato.
En total, el concurso contemplaba la instalación de 16 victorias aladas, con elementos alegóricos. De ellas, seis son obra de Coullaut Valera; seis, de Delgado Brackembury; y cuatro, de Carbonell. Todas ellas estuvieron terminadas en la primavera de 1915. “Estas esculturas tienen una especial importancia dentro de la concepción global del entorno donde se sitúan, la Plaza de América, ya que su diseño obedece a los planes proyectados por Aníbal González para este sector. Asimismo, constituyen un interesante ejemplo de mobiliario urbano y escultura de estilo regionalista”, apunta la Gerencia de Urbanismo en la licitación.
Las esculturas se encuentran elevadas sobre altas columnas con podio. Se sitúan alternativamente entre los tramos de los ocho bancos corridos que delimitan el amplio espacio rectangular de la plaza. Todas están trabajadas con la técnica de los paños mojados y en estilos que oscilan desde el tardomanierismo al neoclasicismo, pasando por una serie de eclecticismo que acentúan sus marcadas diferencias: de dibujo, de tratamiento superficial, de escala, etcétera.
Algunas portan objetos, hoy prácticamente perdidos, en sus manos: escudo y espada, corona de laurel, cuerno de la abundancia, antorcha, flores, paleta de pintura, o una rueda dentada; o posan evidenciando su modelo de estudio. “A pesar de su aparente unicidad, todas son distintas, y establecen un definido conjunto estatuario, integrado por las figuras de las jóvenes aladas”.
Cada una de las esculturas está tallada en un solo bloque de piedra hasta la peana, a excepción de las alas y en algunos casos los atributos que portan, que están realizados en piezas diferentes adheridas mediante morteros y cosidas con grapas metálicas al bloque principal. Todo el conjunto está formado por cuatro elementos bien diferenciados: basamento, fuste, capitel y estatua.
Como recoge el estudio, “el estado de conservación que presentan en la actualidad las estatuas es malo, la degradación que sufren y las pérdidas de material constitutivo es preocupantes y el avance de dicha degradación es alarmante”. La mayoría de las esculturas presentan descamación en su superficie y pérdidas de volúmenes en rostro, manos y ropajes. También se observan numerosas grietas, sobre todo en zonas de menor masa pétrea, como la cabeza, los brazos, los pies y y las alas. “Sospechamos que estas zonas sufren dicha degradación por estar sometidas a choques térmicos”.
Son visibles además cambios de coloración por distintas pátinas, costras y depósitos superficiales y en algunos casos, se apreciamos la inserción de pletinas de acero para reforzar reparaciones, “no sabemos si realizadas en el momento de su colocación o en intervenciones posteriores”. Estos elementos están fijados con tornillos y cubiertos con una fina capa de mortero, la oxidación está provocando en la actualidad la perdida de fragmentos en las zonas colindantes.
En cuanto al fuste y el basamento, su estado es “aceptable”, ya que no presentan las patologías anteriormente descritas. Sí tienen suciedad superficial y presencia de microorganismos. En muchas de las 16 esculturas se constata un movimiento más o menos notable entre el fuste y la basa, “posiblemente por perdida de adherencia entre ambos elementos”.
Las siete esculturas que serán intervenidas fueron desmontadas y almacenadas en los viveros municipales de Los Remedios. Con la actuación se restituirán a su estado original. Para ello, serán llevadas al taller del escultor donde se les aplicarán diversos tratamientos.
Por un lado, de limpieza y biocida, para la eliminación de los líquenes. En segundo lugar, se consolidarán las propias figuras, se coserán los fragmentos y se hará un sellado de grietas, fisuras y uniones. En tercer lugar, se harán las reintegraciones con mortero, se repondrán y ejecutarán los volúmenes perdidos. Una vez llevadas de nuevo a la Plaza de América, se colocarán sobre sus columnas y se coserá la base. Por último, se les dará un tratamiento de protección contra el agua.
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