El Ayuntamiento trata 60 palmeras del Real Alcázar contra el picudo rojo
Parques y Jardines
El tratamiento consistirá en duchas en todos los ejemplares de canarias y datileras
El insecto perfora el tronco o la corona hasta acabar con el árbol
El Real Alcázar tratará a 60 palmeras contra el picudo rojo, un insecto rojizo de dos a cuatro centímetros de longitud que es considerado un auténtico cáncer para estos árboles que se encuentran en los jardines del segundo monumento más visitado de la ciudad. Los trabajos mensuales comenzarán en mayo y se extenderán hasta diciembre de 2020 tras una inversión de 41.745 euros (IVA incluido). El Ayuntamiento ha redoblado el mantenimiento de las plantas del palacio después del trágico suceso del pasado 16 mayo, cuando una rama de gran porte cayó encima de un grupo de ocho personas, dejando un muerto y siete heridos.
En el documento elaborado por los técnicos del Patronato del Real Alcázar se detalla que el tratamiento mensual consistirá en duchas sobre todas las palmeras canarias y datileras con seis micro aspersores cada una, y otra directa en el centro para cubrir toda la circunferencia y reforzar la llegada del producto al cogollo.
Cada palmera recibirá un tratamiento al mes de 50 litros y cuatro al año de endoterapia colocando esa misma cantidad de unidades de Tiametoxam en botes por palmero cualificado en podas situados a una altura de un metro o metro y medio del cogollo de la palmera. Además, se realizarán cuatro cambios de tuberías anuales debido a la obstrucción del sistema por mordeduras de ratas o por crecimiento de los árboles. Además, se efectuará una revisión anual de las tuberías.
La empresa asumirá a su cargo el apeo y retirada a vertedero autorizado de aquellas palmeras que durante el período de ejecución del contrato pudieran verse afectadas por el picudo. Los tratamientos serán realizados en los horarios que se determinen por la dirección del Real Alcázar.
El picudo rojo perfora el tronco o la corona de las palmeras hasta acabar con ellas. Países como España, adonde llegó presumiblemente desde Egipto en 1996, calcula las pérdidas económicas en decenas de millones de euros. Alrededor del 5% de las palmeras de competencia pública de la ciudad han desaparecido por culpa de este insecto según los últimos datos publicados por los expertos. Esta cifra se multiplica por diez en el ámbito privado, donde las labores de prevención, bien por su elevado coste o por dejadez, han sido menores.
Este insecto hizo de las suyas en la Plaza de San Lorenzo. Cinco años después de que acabara con los dos ejemplares existentes, el Ayuntamiento plantó el verano pasado dos nuevas palmeras para satisfacer de este modo una larga reivindicación de los vecinos de este barrio.
No es la única intervención sobre las palmeras de este recinto Patrimonio de la Humanidad. Una empresa personalizada realiza una radiografía de cada árbol, determinando su nivel de riesgo, lo que servirá de base para decidir dónde y cómo actuar en cada ejemplar. Además, esta radiografía se complementa con otros estudios existentes sobre las especies de los jardines del Real Alcázar. El Ayuntamiento recurre así a métodos más precisos que la observación y la experiencia para determinar la salud de árboles de gran porte en toda su dimensión –raíces, tronco, sistema radicular, entre otros–.
A esto hay que sumar la poda de todas las palmeras del monumento ante el riesgo que suponen para los numerosos turistas que acuden todos los días tras un informe de los técnicos en el que se advierten que cuentan con un exceso de peso que puede provocar la fractura de su tronco con la consiguiente caída al suelo. En el expediente redactado por el Patronato se justificó la intervención en que “dadas las fracturas por exceso de peso, particularmente significativo en la mayoría de ejemplares de palmeras de gran altura (con angulaciones y estrechamientos) nos encontramos con ejemplares con gran cantidad de hojas e inflorescencias en la corona, lo cual provoca por un lado la caída indiscriminada de hojas secas y por otro lado un exceso de peso que puede provocar la fractura del estípite y ocasionar graves accidentes”. Los técnicos detallaron que las roturas por exceso de peso son particularmente significativas en las palmeras con más altura y tallos estilizados, aunque en ocasiones con una acusada inclinación.
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