El Ayuntamiento mantiene que el aforamiento del Postigo evitó una tragedia
La correa de transmisión del pánico a través del ruido se reduce en las calles amplias y con menos presencia de público
Los controvertidos aforamientos llevados a cabo por el Cecop en los dos últimas Semanas Santa resultan vitales ante una situación crítica como la vivida este año. Así al menos lo asegura el informe técnico realizado por la delegación de Seguridad, Movilidad y Fiestas Mayores. Especialmente se señala a las medidas tomadas en el Arco del Postigo, lugar en el que se produjo la primera avalancha que se contagió a otras 62 calles del centro. "El aforamiento ha permitido reducir entre 500 y 600 personas en un espacio muy sensible. Esta medida ha evitado actuaciones de verdadero pánico, incluso, con heridos graves o muy graves por aplastamiento que hubiera podido tener unas consecuencias letales".
El Ayuntamiento destaca que en los últimos años se ha realizado un trabajo de reordenación y adaptación de la Semana Santa para adaptarse a las nuevas exigencias y niveles de seguridad demandados por los emergentes riesgos globales.
"Los aforamientos son necesarios y obligatorios", y es seguro que el año próximo el Ayuntamiento continúe tomando medidas preventivas o mejorando las ya existentes en "espacios críticos" como Cuna, Argote de Molina, la Cuesta del Rosario o Reyes Católicos. En el Arco del Postigo, por ejemplo, se ha reducido el aforo entre 500 y 600 personas.
La retirada de obstáculos físicos, como los puestos de venta ambulante en zonas consideradas especiales, también ha sido otra medida de éxito, según el Consistorio. Este año se ha pasado de unos 100 a 30. Se ha actuado especialmente en el eje entre el Puente de Trina y la Magdalena y en la zona de la Encarnación. "Esta reordenación ha evitado una incidencia directa en la evacuación de zonas donde se han vivido las avalanchas, como el Puente de Triana, Reyes Católicos, la Magdalena, la Plaza del Cristo de Burgos, la Encarnación o la Avenida de la Constitución".
El Cecop también se detiene en que la cercanía de los cortejos de las hermandades a la hora en la que se producen las avalanchas posibilita que sea más fácil el efecto contagio entre ellas. Las réplicas posteriores afectan ya en menor medida al no existir esa conexión. Este hecho puede ser clave de cara a la configuración de la Madrugada del próximo año, en la que se puede buscar un nuevo escenario, tanto temporal, retrasando su horario, como físico, separando los cortejos.
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