El Ayuntamiento extiende a Triana el ‘blindaje’ de las calles en Semana Santa

La gran novedad de la Semana Santa de 2019 en materia de seguridad será la extensión de los máximos dispositivos de seguridad a las calles Pureza y San Jacinto, la plaza del Altozano, el puente de Triana y el tramo de Reyes Católicos que aún restaba por ser incluido en el callejero sometido a vigilancia especial.

El Ayuntamiento ya trabaja en los planes para el próximo año, dada la complejidad de los sistemas que se ponen en marcha y el tiempo que se necesita para introducir cualquier novedad. El análisis de los sucesos de los últimos años aconseja extremar la precaución en el eje Triana-Reyes Católicos en la noche del Viernes Santo, puesto que la acumulación de público festivo –ajeno a la celebración religiosa– en el arrabal desde el mediodía del Jueves Santo dispara los riesgos de altercados una vez entrada la noche.

De hecho, las redes sociales multiplicaron la pasada Semana Santa la difusión de imágenes de pandillas agolpadas en la calle a la espera del paso de la cofradía de la Esperanza de Triana muchas horas antes de la salida del cortejo en un ambiente más propio de camping o de playa que de quienes aguardan el cortejo de una cofradía.

La formación de esos grupos en Triana, que pasan varias horas de consumo de alcohol, no tuvieron continuidad, al menos este 2018, con los bares de copas de los bajos del río y del Paseo de Colón con Reyes Católicos. Precisamente por este motivo, el Ayuntamiento impuso una suerte de ley seca en determinadas calles del centro la pasada madrugada con la intención de evitar cualquier incidente en la milla de oro del gin tonic (Arfe y sus aledaños).

Una vez que con el paso de los años se considera controlada la Plaza de la Encarnación y su entorno, el sector de Triana será la máxima prioridad en materia de seguridad en 2019.

Cámaras de grabación

El proyecto del Ayuntamiento es blindar este callejero con cámaras de grabación de alta definición como las que el pasado año se estrenaron en la carrera oficial y su entorno más próximo. Estas cámaras se complementan con un sistema de megafonía que, por fortuna, el Ayuntamiento no tuvo que utilizar en ningún momento la pasada Semana Santa para calmar los ánimos ante cualquier tumulto.

Las cámaras graban cuanto ocurre en la calle de forma continua y permiten reproducir con total nitidez la imagen de cualquier grupo que haya protagonizado un altercado. Se trata de cámaras que combinan las imágenes con el proceso de datos, por lo que ofrecen información precisa sobre cantidad de público (clave para establecer los aforamientos) y vectores de interés para la Policía, caso de la detección de un coche a velocidad sospechosa o un paquete que una persona haya depositado en algún lugar de forma imprevista.

Tanto la megafonía como la cámaras se complementan con un dispositivo que permite regular la luz, de tal forma que en caso de máxima emergencia se puede aumentar la intensidad del alumbrado público en muy pocos segundos para reducir la sensación de pánico e incertidumbre ante una situación de pánico que –como se ha visto en todos los años anteriores– no ha tenido nunca una causa grave, más allá del ruido que generan las avalanchas o una pelea inicial de las que ha siempre ocurrían en la Madrugada y jamás tenían mayores consecuencias.

El dispositivo de seguridad de 2019 requiere, lógicamente, de una solución económica. La pasada Semana Santa se contó con la colaboración de las empresas especializadas del sector que, mediante convenio de colaboración, estuvieron interesadas en prestar su tecnología para ponerla a prueba en situaciones reales. Está por ver la fórmula en la que se apoya el Ayuntamiento en 2019: si se repite la modalidad del convenio, o se saca a concurso la adjudicación del sistema. Hay que tener en cuenta las especiales características técnicas que requieren unas cámaras que deben tener capacidad para grabar en alta definición a muy baja luz.

También deben estar programadas para calcular la cantidad de público mediante sensores que sepan contabilizar las cabezas (formas esféricas) y los nazarenos (formas cónicas), pues solo así se pueden calcular con precisión la cantidad de público que se concentra en un lugar y, por lo tanto, establecer límites de acceso a zonas especialmente sensibles, como los alrededores de la Catedral o el Arenal.

Ley seca

El gobierno local tiene también clara la conveniencia de repetir la ley seca de la madrugada del año pasado, con la orden de cierre de los bares de las zona consideradas de alto riesgo. Esta medida, que la oposición municipal pidió que se flexibilizara, deberá ir acompañado nuevamente del control previo de las tiendas que abastecen de lotes para la botellona durante la tarde del Jueves Santo. De nada sirve cerrar los bares durante unas horas si continúan abiertos estos comercios de conveniencia o se permite una venta indiscriminada en las horas previas.