El Ayuntamiento se marca ahora terminar las setas en junio de 2012
La obra del Metropol Parasol superará en dos años el plazo de ejecución de la línea 1 del Metro si se cumplen las previsiones del Consistorio · Urbanismo elude difundir los plazos que prevé el Plan Estratégico
Cinco fechas incumplidas y una sexta en el horizonte. El Ayuntamiento de Sevilla ha fijado por escrito un nuevo plazo de finalización del proyecto Metropol Parasol que la adjudicataria Sacyr ejecuta en la Plaza de la Encarnación desde que el arquitecto berlinés Jürgen Mayer ganara el concurso en 2004 y se iniciaran las obras en 2006. Será en el segundo trimestre de 2012, una meta que el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, refleja en la Agenda de la Modernización de la Ciudad de Sevilla que recoge media docena de proyectos emblemáticos en ejecución y que integra la documentación del Plan Estratégico Sevilla 2020 al que ha tenido acceso este periódico.
Aunque la Delegación de Urbanismo que dirige el concejal socialista Alfonso Rodríguez Gómez de Celis se viene negando a dar una fecha de conclusión del montaje de las setas de la Encarnación, la agenda de Monteseirín marca claramente que la obra seguirá en marcha a lo largo de los dos próximos años hasta junio de 2012.
Esta fecha, con todo, toma el relevo a cinco anteriores que se han ido incumpliendo sistemáticamente por problemas técnicos y también de financiación. La primera de ellas, en junio de 2007, como recogía el contrato de obras firmado entre Sacyr y el Ayuntamiento de Sevilla en diciembre de 2005, y que fijaba un máximo de 20 meses para construir la nueva Encarnación.
Meses antes de llegar a esa primera meta, la constructora anuncia una ampliación del plazo oficial para dilatar la ejecución de la misma hasta la primavera de 2008, antes de la celebración de la Semana Santa. Por entonces, la obra se hallaba sólo a nivel de cimentación.
Con el segundo plazo ya perdido, el alcalde de Sevilla visitas las obras del Metropol Parasol y anuncia una tercera fecha: último trimestre de 2009. Por aquel entonces los trabajos de las tres plazas superpuestas avanzan con lentitud y sólo hay erguido uno de los seis troncos que sustentarán la estructura del gigantesco umbráculo.
El cuarto aplazamiento fue avanzado el pasado año por el delegado de Urbanismo, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, quien durante una visita a las obras realizada en junio para presentar el montaje de las lamas de madera del penúltimo tronco anuncia una prórroga más: primer trimestre de 2010. Nada se sabía entonces de los problemas financieros por los que pasaba la adjudicataria y menos del bloqueo que las empresas madereras finlandesas y alemanas habían pactado entre sí para no suministrar más material a Sevilla si no era previo pago.
El desfase presupuestario y la imposibilidad de la adjudicataria de acceder a nuevas líneas crediticias hicieron estallar la bomba informativa en febrero, justo después del anuncio que el delegado del distrito Casco Antiguo, José Manuel García (IU), había llevado al Pleno, donde a preguntas de los comerciantes de la zona indicó que los plazos se irían a 2011.
La paralización de los trabajos de montaje de la cubierta desde otoño y el plante de Sacyr obligaron al Consistorio a recurrir al cajón del Patrimonio Municipal del Suelo y obtener cash de los convenios urbanísticos firmados al albur del PGOUde 2006 reservados a sistemas generales para cubrir el sobrecoste del proyecto de la Encarnación con un plus oficial de 18 millones de euros, lo que eleva a más de 110 millones de euros el monto global para las arcas públicas de esta faraónica obra una vez solucionado el recálculo de los costes y el cierre del proyecto constructivo.
Hay que recordar que el presupuesto de adjudicación de la obra a Sacyr en 2005 en base a un proyecto básico, sin que el arquitecto firmante del mismo hubiese desarrollado ni testado suficientemente su arriesgada apuesta, era de 51 millones de euros para la obra completa, lo que ha sido no sólo superado sobradamente, sino doblado. De hecho, el Ayuntamiento entregó 25 millones de euros a Sacyr a principios de la obra para cuadrar el cronograma financiero, a los que siguieron otros 8 millones de euros más tras la primera modificación presupuestaria, y los 18 millones de euros confirmados ahora de modo oficial -el nuevo desvío supera los 25,8 millones, por lo que no ha sido cubierto en su totalidad-. Además, el Consistorio cedió la propiedad del edificio que alberga la sede de la Delegación Municipal de Hacienda, sita en la Encarnación -el Consistorio pagará a partir de la conclusión de la obra un alquiler por mantener allí el servicio-, y la explotación de la plaza pública.
El desvío presupuestario y la dilación de los plazos de ejecución recuerdan sospechosamente a los de otra gran infraestructura acusada por comerciantes y vecinos durante los tres mandatos encadenados de Alfredo Sánchez Monteseirín: el Metro, impulsado por la Junta de Andalucía.
La ejecución de la línea 1 del suburbano hispalense ha mantenido abiertas zanjas y cortadas calles por espacio de más de 5 años desde que se iniciará la construcción en 2004 hasta su inauguración en abril de 2009. El desvío presupuestario que acusa la Administración autonómica por esta obra superó el 40% desde los 461 millones de licitación inicial (IVA incluido) hasta los 658 millones de euros reconocidos oficialmente por la Consejería de Obras Públicas de la Junta de Andalucía.
Las setas de la Encarnación, por tanto, superarán en plazo la ejecución del Metro en casi dos años si se cumplen las nuevas previsiones del Ayuntamiento, lo que supondría que el Metropol Parasol tardaría cerca de siete años en ser realidad.
En su última visita a las obras, Gómez de Celis auguró que Sacyr retomaría la construcción de los parasoles en marzo, mes en el que se izaría un andamio a 25 metros de altura para conectar las primeras lamas de madera llegadas desde Alemania entre los troncos P2 y P3. Hasta que estos dos pilares no estuviesen unidos en altura, no se anunciarían más plazos de ejecución y finalización de la obra.
Pese a que todo parece ya estar desbloqueado, la oposición municipal advierte de nuevos sobrecostes y más retrasos como consecuencia de la falta de un informe de riesgos que avale la durabilidad de la estructura del parasol y su capacidad portante durante los 40 ó 50 años que según los técnicos del proyecto debe estar en pie.
La empresa alemana que trata la madera finlandesa garantiza la inalterabilidad de la pintura marfil con que van revestidas las lamas durante 25 años, mientras que el pegamento con resinas tipo epoxi que soporta temperaturas de hasta 70 grados duplica el tiempo hasta los 50 años. Gómez de Celis, atendiendo al informe de la empresa de ingeniería Ove Arup encargada de unir la estructura de madera, aduce que se garantiza una durabilidad "casi ilimitada".
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