El Ayuntamiento cerrará un bar de Arfe y anuncia más controles horarios

Más control policial sobre la milla de oro del gin-tonic. El Ayuntamiento de Sevilla anuncia que intensificará el control sobre los bares de copas de la calle Arfe, en pleno corazón del Arenal, con especial vigilancia al cumplimiento de los horarios de cierre, al consumo de bebidas en la vía pública, la emisión de ruidos y otras cuestiones que pudieran ser consideradas como infracciones. Una buena prueba del refuerzo de esta vigilancia es que la Delegación de Medio Ambiente notificará en breve la revocación de la licencia de apertura al establecimiento El Gallo Negro, ubicado en el número 7 de la calle Arfe, en el mismo local donde abrió durante décadas la cafetería Los Príncipes. El Ayuntamiento asegura que el cierre se debe a "cuestiones administrativas" que no detalla de forma oficial hasta que el titular del establecimiento no reciba el comunicado formalmente. Aun así, este periódico pudo comprobar este martes que, por ejemplo, a la Gerencia de Urbanismo no le consta ninguna petición de licencia de obra en el local, pese al evidente cambio en la fisonomía y en la estética que se han practicado en los últimos meses.

Los bares de copas se han multiplicado en la calle Arfe y su entorno inmediato en los últimos meses. A establecimientos históricos como El Postura, se sumó hace una década La Boheme y en los últimos tiempos Magallanes, Moncloa, Al Copone y El Gallo Negro, así como algunas bodeguitas que se han reciclado como bares de copas. La calle Arfe dispone hasta de un club de fumadores, cuyo titular es el mismo que el de uno de los bares de copas de esta misma calle.

El Ayuntamiento recordó este martes que la Policía Local ha emitido más de 300 denuncias en el Arenal por la aplicación de la conocida como Ley Antibotellón, aunque el problema de la calle Arfe no es precisamente el de las botellonas. El público de los bares de copas de este calle supera los 30 años, es de mayor poder adquisitivo que el habitual de las botellonas y ocupa la vía pública para fumar mientras consume la bebida, amén de por razones de falta de espacio en el interior de los establecimientos.

Los vecinos del Arenal ya han denunciado públicamente este fenómeno en más de una ocasión. De hecho, como ya avanzó este periódico, amenazan con una nueva batalla judicial contra el Ayuntamiento si no toma medidas contra los bares y contra los usuarios incaicos de la vía pública, ya que los alrededores de Arfe se han convertido en urinarios, caso de San Diego o Federico Sánchez Bedoya. Los vecinos han sufrido especialmente estos problemas en las pasadas fiestas navideñas, cuando ha habido días en que la jornada de copas comenzaba a mediodía y seguía sin interrupción hasta la noche.

Los vecinos del Arenal fueron los primeros en liderar la batalla contra la movida en los juzgados. Tras varios años de calma y tranquilidad, y una sentencia inédita del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) en el año 2002 que obligaba al Ayuntamiento a tomar medidas contra el consumo de alcohol en la calle, han visto cómo el problema ha rebrotado con fuerza ocasionando múltiples problemas de descanso y seguridad en la zona. La situación se parece a la existente en el entorno del Salvador, otro punto negro de la actual movida.

La sentencia en cuestión era clara a este respecto: "Los derechos de los jóvenes a reunirse encuentran sus límites en los derechos de los demás ciudadanos a la libre circulación, al descanso y a la propia vida, problemas a los que el Ayuntamiento de Sevilla no ha dado respuesta alguna en el caso del barrio del Arenal, donde las aglomeraciones hasta el amanecer en sus calles estrechas causan numerosas molestias a consecuencia de las voces, ruidos nocturnos, peleas y actos vandálicos".