Aumentan un 25% en cuatro años las operaciones de cataratas en el Hospital de Valme
Salud ocular
El centro hospitalario agiliza las listas de espera con un programa de preanestesia, ejecutado el mismo día de la intervención, que logra un abordaje más eficiente y de calidad
El envejecimiento de la población, las cirugías oculares previas y los tratamientos sistémicos derivan, en muchas ocasiones, en una patología del ojo cada vez más común: la catarata. Esta opacidad del cristalino, que es la lente natural de este órgano, obstaculiza el paso de la luz hasta la retina provocando una disminución progresiva de la visión. El Hospital Virgen de Valme ha registrado, en los últimos cuatro años, un alza del 25,1% en las intervenciones para atajar este problema de visión. Así, de las 2.341 operaciones practicadas en 2016 se ha pasado a acometer 2.930 en 2019.
Dado que este hospital atiende anualmente 3.000 consultas de Anestésica para procedimientos complejos y urgentes, en pro de agilizar las listas de espera, evitar analíticas innecesarias y seguir dando una respuesta eficiente a sus pacientes, han optado por implementar un acto único de preoperatorio y cirugía que se ejecuta el mismo día de la intervención. Consiguen, de este modo, reducir los desplazamientos a las consultas y pruebas que no son imprescindibles, aportando eficiencia y calidad al proceso.
El sistema adoptado por el Valme contrasta con la dinámica tradicionalmente establecida en otros centros hospitalarios, donde la mayoría de los pacientes que esperan ser intervenidos de cataratas tienen que desplazarse semanas antes al hospital para asistir a una primera consulta de preanestesia y someterse a una analítica y a un electro.
Las doctoras ana Garía Bernal y Mercedes Echevarría, responsables de los servicios de Oftalmología y Anestesiología del Valme, resaltan la rentabilidad de esta práctica clínica que "reduce tanto número de consultas como número de pruebas y los tiempos de espera en pacientes que no precisan una consulta preanestésica".
El método del Valme tiene en cuenta las nuevas técnicas anestésicas que sustituyen el abordaje invasivo del ojo y cuentan con el respaldo de las sociedades científicas.
Desde 2013, dependiendo del tipo de anestesia que va a precisar cada paciente (tópica, locorregional o general) y a la complejidad de su caso, el trámite del preoperatorio para catarata es diferente.
Los pacientes que precisan anestesia tópica se evitan acudir a la consulta de preanestesia. Reciben un cuestionario y consentimiento informado para que lo rellenen y lo entreguen el mismo día de la intervención, sin necesidad de analítica ni electro. El anestesiólogo realiza la valoración del cuestionario previamente a la cirugía.
En caso de necesitarse anestesia locorregional hay dos escenarios posibles: que el paciente no esté anticoagulado, caso por le que se repetiría el procedimiento anterior, enviándosele la misma documentación para su cumplimentación y entrega el día de la operación, junto a un estudio analítico que se efectúa en su centro de salud, sin necesidad de desplazarse al hospital. Si, por el contrario, está coagulado se le citará a la consulta para retirarle el anticoagulante y sustituirlo por heparina, una terapia puente que se le suministraría hasta el momento de la intervención.
Los pacientes que requieren anestesia general por padecer alguna patología que les impiden colaborar, como demencia senil; o aquéllos aquejados de cataratas complejas sí se citarán a la consulta previa a la operación, para recibir la valoración previa del anestesiólogo. Este colectivo asciende sólo al 1% del total de pacientes que se somete a una intervención de cataratas.
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