Licencia de obras en tiempo récord para las Atarazanas de Sevilla
Patrimonio
La rehabilitación de los astilleros medievales comenzará antes de 2022
Es difícil que los trabajos estén finalizados para el V Centenario de la Primera Vuelta al Mundo
Una de las licencias de obras más rápidas que se recuerdan. Las Atarazanas de Sevilla ya cuentan con el permiso de la Gerencia de Urbanismo (GMU) para que la rehabilitación del astillero medieval comience cuanto antes. Los trabajos podrán iniciarse antes de que acabe 2021, como contemplaba la Junta de Andalucía, propietaria del emblemático edificio, pero resulta complicado que este BIC pueda acoger la sede del V Centenario de la Primera Vuelta al Mundo. Debe recordarse que la ejecución del proyecto (impulsado por la Consejería de Cultura y la Fundación La Caixa) tiene una duración prevista de 18 meses, un periodo que excede de la efeméride, que finaliza en 2022.
En tiempo récord. Así definió ayer el delegado de Hábitat Urbana, Cultura y Turismo, Antonio Muñoz, lo que la GMU ha tardado en aprobar la licencia de obras para una de las iniciativas culturales más importantes que afronta la ciudad. En menos de un mes ha obtenido el permiso reglamentario. El gobierno de Juan Espadas prometió que abreviaría los plazos lo máximo posible y así ha sido. El propio Muñoz lo recordó ayer, al anunciar que este martes la rehabilitación obtendrá la licencia municipal.
Debe recordarse que el pasado 20 de octubre este proyecto recibió el visto bueno de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico, donde se estudió durante cuatro meses. Cuando ni siquiera ha pasado un mes desde entonces, y una vez analizado el expediente, Urbanismo da luz verde para que se inicien las obras. Muñoz subrayó que las Atarazanas se han “beneficiado” de la “simplificación administrativa” que se ha introducido en los trámites de la GMU, lo que permite “desastacar” muchos proyectos planteados. En este caso, además, se le ha dado “prioridad” al considerarse una iniciativa “clave” para la ciudad.
La apertura de las Atarazanas a los sevillanos y a todos los visitantes de la capital andaluza está, por tanto, más cerca tras la concesión del permiso de Urbanismo. La Junta ya anunció hace meses que las obras comenzarían antes de que acabara 2021. Ahora falta que la promotora de la iniciativa, la Fundación La Caixa, confirme la fecha exacta para iniciar unos trabajos que se prolongarán durante año y medio, un tiempo que complica que los astilleros mandados a construir por Alfonso X puedan acoger la sede del V Centenario de la Primera Vuelta al Mundo que protagonizaron Magallanes y Elcano. Esta efeméride concluye en 2022.
Luz al final de un largo túnel
Se empieza, por tanto, a ver la luz al final del un túnel demasiado largo en el que las circunstancias han jugado siempre a la contra. Este BIC pasó a manos del Ejecutivo autonómico en 1993, una recepción que pronto se convirtió en carga para la Junta de Andalucía, que no encontró la fórmula por sí misma para dotar de usos y contenidos culturales a uno de los edificios más importantes que se conservan de la Sevilla medieval.
Una situación a la que parecía ponerse fin cuando la Fundación La Caixa se fijó en este importante inmueble para abrir su cuarto Caixafórum en España, el cual finalmente se inauguró junto a Torre Sevilla, el primer rascacielos de la ciudad que pasó a ser propiedad de la entidad financiera tras la absorción de Cajasol. Hubo que reformular el proyecto, cuyo autor, el arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra, presentó como “definitivo” en vísperas de la Navidad de 2014.
Sin embargo, la asociación conservacionista Adepa llevó este replanteamiento a los tribunales, por lo que se modificó de nuevo. A finales de 2017 se volvía a desbloquear y en 2018 se firmaba otro acuerdo que incluía al colectivo proteccionista. Luego, ya con el PP al mando de la Consejería de Cultura, vendría el incremento de la inversión inicialmente prevista (10,8 millones de euros) hasta llegar a los 12,5 millones que se manejan actualmente. De esta cantidad, Caixabank se hace cargo de la cantidad contemplada en 2014 y la administración autonómica aportará el resto, según adelantó este periódico el verano pasado. El coste final de las trabajos de adecuación y puesta en funcionamiento superará los 16 millones.
Una vez que las Atarazanas vuelvan a abrirse al público, la Fundación Cajasol, de acuerdo con Caixabank y la Junta, será la encargada de dotarlas de contenido cultural. Aunque desde las partes implicadas se insiste en que aún es demasiado pronto para concretar este aspecto, la línea temática principal que se avanzó en 2014 (cuando se descartó como sede del Caixafórum) es la vinculación de Sevilla con América y el hito de la primera circunnavegación, cuyo quinto centenario se conmemora desde 2019. A este contenido permanente también se sumarían exposiciones temporales. Una de las grandes aportaciones del proyecto de Vázquez Consuegra es convertir las naves góticas de las Atarazanas en una gran plaza pública.
Una deuda con la Sevilla medieval
Anuncio tras anuncio sin que, a día de hoy, se puede disfrutar de uno de los edificios más representativos de la Sevilla medieval. Las Reales Atarazanas de Sevilla forman parte de la larga lista de proyectos que se han eternizado en la ciudad sin que se les vea el final. Al menos, el anuncio por parte del teniente de alcalde Antonio Muñoz de que la Gerencia de Urbanismo otorgará la licencia de obras a la rehabilitación planteada por Vázquez Consuegra arroja luz a una iniciativa que había llegado a la desidia.
El proyecto que obtiene el visto bueno de Urbanismo recibió hace menos de un mes el permiso de la Comision Provincial de Patrimonio. Era resultado del acuerdo que alcanzaron la Junta de Andalucía (propietaria del edificio desde hace 28 años), la Fundación Caixabank (promotora del centro cultural) y Adepa, la asociación conservacionista que llevó a los tribunales la rehabilitación que se presentó a finales de 2014.
La propuesta que comenzará a ejecutarse en próximas fechas incluye, así, cuatro incorporaciones fundamentales:la recuperación del recinto amurallado almohade, que será visitable; el refuerzo de la cimentación, si fuera necesario, en su origen;la recuperación de las dimensiones primitivas, para lo que habrá que excavar en las naves 6 y 7 hasta la cota cero (con tal fin la Junta incluyó en los presupuestos de 2021 una partida de siete millones de euros); la preservación de la fundición, la cubierta de Barrionuevo y la chimenea.
Una vez concluidas las obras, Sevilla contará con un nuevo equipamiento cultural, como afirmó ayer Antonio Muñoz, quien seguramente será testigo como alcalde de la inauguración de este centro en los antiguos astilleros. Supondrá, sin duda, uno de los hitos más importantes y un reencuentro de los sevillanos con la ciudad medieval.
Debe recordarse que las Atarazanas de Sevilla, situadas en el barrio del Arenal, constituyen uno de los mejores exponentes de la industria naval que fomentaba la Corona de Castilla. Estuvieron operativas entre los siglos XIII y XV. Se especializaron en la construcción de galeras, las cuales jugaron un papel muy importante en las luchas por el control del estrecho de Gibraltar.
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