Asenjo apunta al 1,5% cultural para salvar la capillita de San José

Se ofrece para tramitar ante el Ministerio de Fomento la ayuda que se destina a salvaguardar el patrimonio histórico.

Foto: Victoria Hidalgo
Foto: Victoria Hidalgo
Juan Parejo

29 de junio 2016 - 05:03

El dinero urgente que necesita la capillita de San José para evitar su grave deterioro podría estar en Madrid. Así lo advirtió ayer el arzobispo de Sevilla, monseñor Asenjo, tras visitar el excepcional templo barroco y comprobar el alarmante estado de deterioro que presentan sus pinturas y demás elementos decorativos. Asenjo, que era la primera vez que acudía a la iglesia enclavada en la calle Jovellanos, se mostró sobrecogido por su belleza y sensibilizado ante la necesaria actuación. El prelado estuvo acompañado en su visita por los miembros de Areca, asociación que promueve la restauración, José María Cabeza, ex conservador del Alcázar y premio nacional de Restauración; Isabel de León, presidenta de la Real Academia de Bellas Artes; Vicente Lleó, catedrático de Historia del Arte, Pablo Ferrand, periodista; y Joaquín Egea, presidente de Adepa; además del capuchino fray Francisco Luzón, padre guardián del templo.

"Yo estoy dispuesto a lo que ustedes me pidan", advirtió Asenjo mientras visitaba el templo. El arzobispo recibió las explicaciones del vicepresidente de Areca y profesor de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla, Juan Carlos Hernández, además de las del padre guardián. Asenjo se mostró muy interesado por conocer la historia de la bella capilla levantada por el gremio de los carpinteros y hoy propiedad de los capuchinos y se detuvo, por ejemplo, ante el órgano: "Es notable. ¿Está en uso?", a lo que los miembros de la asociación respondieron afirmativamente y añadieron que se habían hecho varios conciertos para recaudar fondos para la restauración.

Tras admirar las joyas de la capilla, Asenjo pasó a la sacristía donde se mostró dispuesto a hacer lo necesario para que la restauración fuera posible. La capilla es propiedad de los capuchinos y su condición de orden mendicante, unida a la falta de ayudas públicas, hacen inviable una urgente restauración que evite que se pierdan para siempre las pinturas y otros elementos. "La Archidiócesis no es titular ni propietaria. La capilla es de extraordinaria belleza, no la conocía. Yo me brindo a cualquier iniciativa que se puede tomar para mover a las autoridades nacionales, autonómicas y a los particulares con el apoyo de la asociación. Estoy sobrecogido por la belleza de lo que he visto. Tendríamos que trabajar todos juntos para conseguir que no se pierda esta joya esplendorosa del barroco".

El arzobispo apuntó a que se podría recurrir al programa del 1% cultural, desde el 2013 elevado al 1,5%, que el Ministerio de Fomento destina a la conservación del Patrimonio Histórico, una iniciativa que conoce bien de su etapa como delegado de Patrimonio de la Conferencia Episcopal: "No sé cómo está ahora mismo, pero estoy dispuesto a enterarme y a viajar a Madrid para visitar a los responsables del ministerio y exponerles la magnificencia de esta capillita". Juan Carlos Hernández, vicepresidente de Areca, reveló que el pasado mes de noviembre mantuvieron un encuentro con la directora de Bienes Culturales de la Junta de Andalucía. En esa reunión, además de decirles que no había dinero, les expuso que la Junta no podía gestionar la petición del 1% (como solicitaron) por ser la capilla propiedad del Arzobispado, según entendía erróneamente la Junta.

Por su parte, Isabel de León mostró la implicación de la Academia de Bellas Artes y señaló que la mejor manera de obtener financiación es ir fraccionando las actuaciones, cuyo montante total asciende a 1,4 millones de euros.

La asociación que promueve la restauración seguirá realizando actividades para concienciar a las autoridades y los sevillanos y obtener fondos. Actualmente se han recaudado 15.000 euros de los 80.000 necesarios para consolidar las pinturas y evitar que se sigan desprendiendo. Este año, además, se cumple el centenario desde que los capuchinos se hicieron cargo del templo.

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