La 'manada' insiste en su inocencia

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Los cinco jóvenes sevillanos que están acusados de la violación en los Sanfermines de 2016 se declaran inocentes en el arranque de la vista oral en Pamplona

Sólo uno admite que le robó el teléfono móvil

El furgón policial que ha trasladado al Palacio de Justicia de Pamplona a los acusados
El furgón policial que ha trasladado al Palacio de Justicia de Pamplona a los acusados / EFE
Redacción · J. M

13 de noviembre 2017 - 14:53

El juicio arranca con el alegato de inocencia de la manada. Los cinco sevillanos que se sientan en el banquillo de los acusados de la Audiencia de Navarra por la violación en grupo de una joven madrileña de 18 años en los Sanfermines de 2016 insistieron en su inocencia al inicio de la primera sesión del juicio que se celebra a puerta cerrada en el Palacio de Justicia de Navarra.

Los cinco sevillanos, que están prisión provisional desde hace 16 meses, se enfrentan a una petición de 22 años y diez meses de cárcel y al pago de una indemnización de 100.000 euros para la víctima, acusados de un delito continuado de agresión sexual, otro contra la intimidad y un tercero por robo con intimidación.

El abogado sevillano Agustín Martínez Becerra, que defiende a tres de los cinco acusados -José Ángel P. M., Jesús E. D. y Ángel B.F.-, comentó ayer a los periodistas al término de la primera sesión de la vista oral que sus clientes se han declarado "inocentes" al inicio de la vista oral, dado que siempre han sostenido a lo largo de la instrucción de la causa que las relaciones sexuales que mantuvieron con la denunciante siempre fueron consentidas, si bien no está previsto que los acusados presten declaración hasta la sesión octava del juicio, el próximo día 22..

Los otros dos acusados, el militar Alfonso Jesús C. E. y el guardia civil Antonio Manuel G. E, que han estado presos en la cárcel militar de Alcalá de Henares (Madrid), también ratificaron su inocencia respecto a la agresión sexual, aunque el último de los procesados sí admitió haber sustraído el teléfono móvil de la joven.

En su escrito de conclusiones provisionales, el Ministerio Fiscal relata que los hechos que se les atribuyen a los sevillanos se remontan a las 02:50 del 7 de julio de 2016, cuando los cinco se encontraban en la Plaza del Castillo de Pamplona, donde se celebraba un concierto con motivo de las fiestas de San Fermín, y entablaron conversación con la víctima, entonces de 18 años y natural de Madrid, quien había llegado a Pamplona con un amigo para disfrutar de las fiestas, aunque en ese momento se encontraba sola.

Pocos minutos después, la chica les comentó que se retiraba a dormir al vehículo en el que había venido a Pamplona, que estaba aparcado en la zona del Soto de Lezkairu, hasta donde los acusados le dijeron que le acompañaban, si bien "su intención era la de buscar un lugar donde mantener relaciones sexuales en grupo con ella", algo que la chica desconocía, asevera la Fiscalía.

En el camino, y mientras la chica quedaba "alejada del grupo", los acusados preguntaron al portero de un hotel si tenían una habitación libre, "que la querían para follar". Al no conseguir habitación, siguieron caminando juntos y al llegar a la confluencia de las calles Paulino Caballero con Roncesvalles, José Ángel P. M. se percató de que una mujer iba a acceder a un inmueble, por lo que se acercó y simuló que estaba alojado en uno de los domicilios, lo que le facilitó que, ya solo, franqueara el acceso a sus compañeros.

Los cinco sevillanos en una foto que ellos mismos se hicieron durante los Sanfermines de 2016
Los cinco sevillanos en una foto que ellos mismos se hicieron durante los Sanfermines de 2016 / D. S.

Dos de ellos agarraron entonces a la chica por los brazos y la metieron en el portal, donde consumaron presuntamente la violación. Dos de los acusados, "de común acuerdo con el resto, pero sin el conocimiento ni consentimiento" de la chica, hicieron vídeos y fotografías con sus teléfonos móviles, "con la intención de vulnerar la intimidad de la víctima y posteriormente mostrarlos, enviarlos y difundirlos a su grupo de amigos", algo que no llegaron a hacer pero sí anunciaron en el chat denominado La Manada.

La acusación pública añade que cuando "se dieron por satisfechos" y antes de abandonar el lugar, un portal de un céntrico edificio de Pamplona, se apoderaron del móvil de la víctima para que "no pudiera solicitar auxilio".

Durante la instrucción de la causa, los cinco sevillanos han defendido su inocencia, llegando incluso uno de los acusados, José Ángel P. M. a atribuir a la víctima la supuesta iniciativa a la hora de mantener las relaciones sexuales e incluso colaboró supuestamente en la búsqueda del lugar donde iban a mantener ese contacto sexual.

Está previsto que el juicio se prolongue hasta el día 24 a puerta cerrada para preservar la intimidad de la chica. La acusación particular que ejerce la joven reclama para los procesados una condena de 24 años y 9 meses de cárcel, mientras que las acusaciones populares -Gobierno de Navarra y el Ayuntamiento de Pamplona- solicitan más de 25 años de cárcel para cada uno.

La continuidad de estas acusaciones en el juicio fue precisamente una de las cuestiones previas que tuvo que abordar el tribunal en la primera sesión de la vista oral. Las defensas de los acusados pidieron que ambas acusaciones populares fuesen expulsadas del procedimiento, ya que la acusación la ejercen asociaciones y otras entidades, pero no las instituciones salvo que sea un caso de violencia machista y éste no lo es.

El tribunal no aceptó la cuestión previa planteada por las defensas, como tampoco la formulada por la

Agustín Martínez, el abogado de tres de los acusados a su llegada a sede judicial
Agustín Martínez, el abogado de tres de los acusados a su llegada a sede judicial / EFE

Fiscalía navarra para que los procesados sean los primeros en declarar, lo que tendría que haberse acordado para la sesión de y no para el día 22 como se ha fijado.

Una vez que la Sección Segunda de la Audiencia de Navarra ha rechazado el cambio de orden de las declaraciones, el juicio continuará hoy con el testimonio de la denunciante, para la que el tribunal ha pedido protección y que no se encuentre con los acusados en ningún momento, por lo que llegará al Palacio de

Justicia acompañada por la Policía y declarará mientras los imputados siguen su testimonio desde otra sala por videoconferencia.

Para próximos días están citadas medio centenar de personas entre policías, testigos, y peritos psicólogos y forenses que han examinado a la víctima.

Medidas de seguridad extraordinarias para garantizar la intimidad

El Palacio de Justicia de Pamplona adoptó algunas medidas extraordinarias de seguridad para garantizar la intimidad en el desarrollo del juicio por la supuesta violación grupal de los Sanfermines de 2016. La Sección Segunda de la Audiencia decretó que el juicio se desarrolle íntegramente a puerta cerrada para proteger "el derecho fundamental a la intimidad" de la denunciante, así como para salvaguardar a la joven y también a los cinco acusados de una "indeseada e indeseable exposición pública aireando aspectos relativos a su intimidad corporal y vida sexual" que pertenecen a la esfera personal. Por tanto, ni familiares de los acusados, ni de la denunciante, ni el público en general, ni los medios de comunicación pueden acceder a la sala de vistas. Además, las ventanas de la sala se han empapelado con el fin de que no se pueda ver desde el exterior el desarrollo del juicio. Igualmente, un cordón corta el acceso al pasillo que da paso a la sala y agentes de la Policía Foral controlan la zona. Del mismo modo, la denunciante accederá hoy al Palacio de Justicia, para prestar declaración, a través del garaje y será conducida por pasillos internos para evitar que pueda ser vista.

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